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viernes, 31 de agosto de 2007

GANATE 500 LIBROS

Hola a todos/as

Para la primera mitad de setiembre, para celebrar las 5000 visitas, estaré obsequiando mi coleccion de mas de 500 libros electronicos sobre psicologia.
Para participar, debes dejar un comentario en este o cualquier post de la pagina, con tu correo electronico de contacto.





El ganador o ganadora sera elegido/a mediante un programa electronico que seleccionará al azar de la lista de personas que iré incluyendo. Cada comentario, es una oportunidad mas de ganar, asi que puedes participar las veces que quieras. Tu participacion será confirmada a tu correo para que estés seguro/a que fuiste incluido/a

El concurso cierra el dia viernes 14 de setiembre al medio dia (hora de Costa Rica que puedes verificar al lado derecho de esta pagina). Y ese mismo dia por la tarde, publicaré el nombre o alias del ganador/a.

Suerte!

Jessica

La fatiga se ha convertido en un motivo frecuente para ir a consulta médica


 

Julio Acosta Urbaneja
Hermes  Florez Mesa

Pastillita Mágica

El término "stress" significa ansiedad, preocupación e intranquilidad. Además de los cambos en la conducta, al inadecuado manejo de la ansiedad se le involucra en la génesis de patologías de variada etiología: cardiovascular, endocrina, infecciosa, nerviosa, inmunológica, digestiva y psicológica.

El cansancio o fatiga, es motivo frecuente de consulta médica. Se trata de una desagradable y desanimada situación, confusa para los mismos pacientes. Se preguntan: "¿Estoy decaído porque estoy cansado ?; O la depresión se apoderó de mi, y esto me impide ser mucho más activo y me cansa?"

En los pacientes que refieren cansancio desde la mañana, aún al despertarse, posiblemente esté implicado la depresión. Puede, además, asociarse dolor de cabeza tensional (presión en la base del cuello), palpitaciones, mareos, náuseas y hasta vómitos, junto a mucho decaimiento. Por supuesto, todo esto, luego de descartar alguna enfermedad del sistema cardiovascular o nervioso.

En otros, por el contrario, todo el vigor y la disposición de la mañana se va perdiendo durante el día, al final del cual el cansancio merma por completo la actividad del sujeto y mediatiza la iniciativa para realizar tareas antes habituales. Si esto es diariamente, se piensa en fatiga crónica ocasionada por anemia subclínica (enmascarada, no da muchos síntomas), períodos de recuperación de enfermedades como hepatitis, mononucleosis, virosis, etc.) o cuadros infecciosos o neoplásicos en evolución.

La actividad física per sé, reduce la ansiedad y caminar es la ¨ pastillita mágica ¨. Además, logra placer al liberarse estimulantes (endógenos) como las endorfinas, adictivamente agradables.

La indicación de la ¨ pastillita mágica ¨ es una vez al día, con sufriente líquido, por 45 minutos todos los días o interdiario, antes de una de las comidas.


La moda del síndrome metabólico

La sociedad moderna está enfrentando varios retos, algunos muy serios como el sobrepeso y la obesidad.

Aunque para algunas culturas estar "gordito(a)" es reflejo de bienestar ("buen comer"), la realidad es otra. Junto a esos "kilitos de más", han surgido problemas como la hipertensión arterial, aumento de los triglicéridos, diabetes (alta elevación del azúcar en la sangre o glicemia) en adultos y jóvenes, y además, ataques del corazón.

Algunos estudios señalan que una de cada tres personas en el país observan una condición llamada "Síndrome Metabólico", el cual se establece si hay la presencia de al menos tres de los siguientes: obesidad abdominal (cintura mayor de 102 cm en hombres u 88 en mujeres), tensión arterial elevada, aumento de los triglicéridos, disminución del HDL-colesterol o colesterol ¨bueno" y glicemia alta.

A eso se le añade resistencia a la acción de la insulina con el inminente riesgo de diabetes en el corto plazo.

Evitar los carbohidratos luego del mediodía y sustituirlos, poco a poco, por proteínas, beber abundante agua y evitar las grasas saturadas, es una medida inteligente y efectiva.

Aquellos con familiares diabéticos, hipertensos y obesos, y/o sedentarios, tienen mayor riesgo de tener el Síndrome Metabólico.

Si usted es uno de esos "gorditos", la iniciativa "paso a paso", en el control de la diabetes (caminar al menos 150 minutos a la semana) es una opción válida para reducir el riesgo de diabetes y sus complicaciones, así como ataques del corazón.

La decisión definitivamente está en sus manos o, mejor dicho, "en sus pies".

ENVÍE  SUS  PREGUNTAS,  SUGERENCIAS  Y  OPINIONES A:  parrafossalud@hotmail.com

 

Tomado de www.eluniversal.com

Cómo detectar si se tiene la "cabeza quemada"

Por Andrea Sambuccetti Infobae.com
Es un síndrome muy común en los tiempos que corren, tanto que hasta se han naturalizado frases como "esto me quema el bocho" o "estoy limado". Cuándo prestar atención

Para que alguien esté "quemado" o dicho con palabras más técnicas, para que alguien padezca el síndrome de "burnout" la primera condición que debe cumplir es que "que esté trabajando y que sufra estrés laboral", asegura el Dr. Luis Mariani, médico psiquiatra, presidente de la Sociedad Iberoamericana de Salud Mental en internet y director del portal Eutimia.com.

Lo que "quema" es trabajar y sentir displacer con la tarea, es decir, manifestar malestar laboral. Esto produce un conjunto de signos y síntomas clínicos que describió el psiquiatra estadounidense Freudemberg en 1974, basado en lo que ocurría en el hospital donde se desempeñaba: el personal mostraba un agotamiento progresivo, desmotivación, mal trato a los pacientes y síntomas de ansiedad y depresión.

Si bien se pensó para el ámbito médico, este cuadro hoy se da en distintos rubros o actividades. Aunque puede decirse que el burnout se produce con mayor frecuencia en aquellos sectores donde se está atendiendo permanentemente a personas, por ejemplo, en el ámbito educativo o en atención al cliente.

"El tema de atender necesidades ajenas unido a otra serie de factores y a cómo es el ambiente laboral, pueden conducir a un agotamiento por estrés laboral. La persona refiere sentirse muy cansada a nivel mental, falta de energía, desgano, apatía, tensión, insomnio, dificultades en la concentración, de memoria y hasta síntomas de ansiedad o depresivos", explicó Mariani y agregó que "la persona que sufre de burnout suele identificarse con la siguiente frase: 'no doy más con este trabajo'".

Las 3 características de la "cabeza quemada" son:
1)
Síndrome de agotamiento emocional y físico
2) Deshumanización (que se manifiesta cuando la persona comienza a tener actitudes negativas, de insensibilidad hacia quienes los rodea o con quienes se relaciona).
3) Sentimiento de baja realización personal.

En esta patología ocurre generalmente que quien la padece comenzó a desempeñarse en su actividad con altas perspectivas en cuanto a plan de carrera, crecimiento, salario y no alcanzó a cubrirlas. Se habla también de un desequilibrio entre la cantidad de demandas o su nivel y los recursos de afrontamiento de las mismas.

"Influye el ambiente laboral, el clima, los compañeros, la remuneración, la cantidad de horas diarias que se trabaja. También el tema de atender a los demás. Hay una cuestión de empatía. Trabajar con la angustia ajena desgasta. El permanente 'ayúdeme, tengo este problema' produce desgaste emocional", dijo el experto.

Hay distintas etapas del burnout. "Existe un nivel que es irreversible y la persona se ve obligada a abandonar su trabajo, esto se da cuando no es tratado. Hay un nivel tratable, con psicoterapia y puede combinarse con medicación en caso de presentarse también ansiedad con insomnio discapacitante por ejemplo", dijo.

La detección temprana del síndrome es fundamental para evitar la prolongación del sufrimiento que conduce a la persona a un círculo vicioso de baja en el rendimiento, frustración, desmotivación y luego agotamiento, vacío, desinterés: todo, con sus lógicas consecuencias sobre la salud física.
Tomado de www.infobae.com

El pirómano

MIGUEL GUTIÉRREZ
 
 La piromanía es la provocación deliberada y reiterada de fuegos e incendios sin motivación económica que justifique dicha conducta por parte de su autor. En general, sucede tras un impulso irresistible y la persona que los causa siente ansiedad o tensión antes de actuar. Depués de llevar a cabo su actuación, puede sentir placer, gratificación o alivio. Las conductas pirómanas incrementan su frecuencia e intensidad en los momentos de mayor ansiedad o estrés y el impulso pirómano habitualmente está en armonía con los objetivos de la psique.

Una conducta pirómana puede corresponder a un trastorno del control de los impulsos o a un trastorno de personalidad. En el primer caso, pueden darse dos situaciones distintas. Una, en la que hay conducta irreflexiva, premura de la acción impulsiva y subestimación de las consecuencias inmediatas y posteriores a dicho acto. En otras, en cambio, entre el estímulo desencadenante y la conducta prirómana puede mediar una reflexión con sentimientos de culpa sobreañadidos. En estos casos, la resistencia a efectuar el acto se acompaña de ansiedad y malestar que únicamente ceden cuando se ejecuta la acción, es decir, cuando se prende fuego.

En otros casos, la piromanía se acompaña de un trastorno de la personalidad antisocial, con alcoholismo y/o abuso de determinadas sustancias. Estas personas son inadaptadas sociales que no presentan sentimientos de culpa por lo que hacen, que no respetan los derechos de los demás y que habitualmente presentan antecedentes delictivos, fracaso escolar y desajustes familiares. En muy pocos casos, la piromanía es consecuencia de trastornos psiquiátricos en los que la responsabilidad del individuo está disminuida.

Depresión y ansiedad, extraña pareja

 

Francisco Scolaro | scolaro48ar@yahoo.com.ar

(Agencia CyTA-Instituto Leloir - Por: Ricardo Gómez Vecchio) - Graciela Peyrú es médica psiquiatra egresada de la UBA. Es autora, entre otros libros, de "Aportes teórico-clínicos en Psicoterapias" y ha dictado seminarios, cursos y talleres en universidades y centros de salud de Holanda, Estados Unidos y Canadá. Actualmente preside la Fundación para la Salud Mental, una institución sin fines de lucro que tiene una línea telefónica de orientación psicológica gratuita. Entre otros casos, esta línea atiende a personas con depresión, tema sobre el cual Peyrú dicta actualmente un curso con nuevos enfoques y tratamientos que apuntan a utilizar todos los recursos actuales para mejorar el cuadro del paciente y trabajar en equipo interdisciplinario.

¿A quienes afecta la depresión?
La depresión afecta a personas de todas las edades, más allá de su situación socioeconómica, nivel educacional o género. Parece ser más frecuente en las mujeres que en los hombres. Los adolescentes son el sector de la población en la que los trastornos depresivos están creciendo más rápidamente. Aunque la prevalencia máxima de los padecimientos depresivos se da entre los 25 y los 45 años. Las depresiones son el trastorno más frecuente en salud mental y potencialmente el más letal, porque pueden llevar al suicidio.

¿Qué origina la depresión?
Además del sufrimiento que ocasionan, las depresiones generan repercusiones directas tales como aumento del dolor, los sufrimientos, la desesperación y la dificultad de resolver problemas. Tiene costos indirectos sociales y económicos.

¿A cuánta gente afecta?
Cerca del 50 por ciento de las personas en algún momento de su vida sufren algún trastorno depresivo. Actualmente su incidencia está aumentando a medida que aumenta el promedio de edad de la población. La depresión está relacionada con haber sufrido alguna pérdida o alguna experiencia que es sentida como una pérdida. Y, lógicamente, con la edad aumentan las posibilidades de experimentar pérdidas y depresiones. Una de las preocupaciones de los especialistas, en este momento, se debe precisamente al aumento de la proporción de gente de mayor edad en la población y por lo tanto de un riesgo de más vulnerabilidad a la depresión.

¿Hay alguna predisposición a tener depresión o puede ocurrirle a cualquiera?
Los últimos estudios genéticos indican que hay una vulnerabilidad genética a la depresión, pero no se trata de un factor genético de expresión simple, ya que su expresión se encuentra muy influida por las condiciones sociales. Es decir, las mismas situaciones estresantes que producen depresión en algunas personas a otras no las afectan del mismo modo según sus genes pero también según su red de contención social. También se habla de la existencia de rasgos positivos, de una cierta resistencia a la depresión que se denomina resiliencia. Se trata de la posibilidad de experimentar traumas sin sufrir por ello demasiadas secuelas. Esta característica también tiene que ver con ciertas predisposiciones genéticas y vínculos tempranos en la infancia. Ambos factores, la vulnerabilidad y la resiliencia, interactúan con numerosos factores medioambientales actuales.

¿Qué otros factores influyen en que una persona caiga en estados depresivos?
Las pérdidas, en los primeros años de la vida, de personas muy significativas o el vivir situaciones enormemente traumáticas, como guerras, catástrofes, carencias, abandono, abuso, aumentan las posibilidades de experimentar luego estados depresivos. En el caso de los abusos, se ha comprobado que no sólo dejan huellas psíquicas, sino también orgánicas, por ejemplo en las áreas de desarrollo cerebral prefrontal y límbica. Haber sufrido padecimientos muy intensos en la infancia deja huellas que facilitan que se exprese la vulnerabilidad depresiva.

¿Cómo podemos definir o entender a la depresión?
La depresión también puede ser entendida como una respuesta básica del organismo. Ante la pérdida o ante cualquier situación que signifique para el Yo una injuria o una situación de daño psíquico -en el sentido de pérdida-, éste reacciona con un período de inhibición y aislamiento, con tristeza, con lentificación y un estado de ánimo depresivo. Ciertas labores internas que realiza el psiquismo en ese periodo tratan de metabolizar o superar esa pérdida.

¿Esto sería hasta un cierto grado normal?
Sí. La depresión tiene que ver con el grado de inversión afectiva que los humanos hacemos unos en otros. Nos ligamos afectivamente, y una de las consecuencias es que, cuando sufrimos una pérdida en esta ligadura emocional, se produce un estado muy particular, caracterizado por una emoción que es la tristeza y fenómenos de inhibición psicomotriz. Llanto, aislamiento, falta de interés y una perspectiva pesimista, son parte de esa respuesta básica frente a la perdida y al desamparo.

¿De alguna manera lo que describe tiene que ver con el duelo por la pérdida de un ser querido?
En algún momento se diferenciaba mucho entre las reacciones depresivas por duelo y por otros motivos internos pero hoy, en realidad, se considera que hay toda una gama de depresiones, a lo largo de una reacción depresiva básica que sigue en distinta intensidad al hecho de que una persona haya experimentado desolación, desamparo o minusvalía. Mucha gente no puede explicarse por qué se experimentan depresiones ante el éxito, ante ganancias. Y otros le preguntan "si tenés todo ¿por qué estás deprimido?". Es que depende de cómo registró cada individuo esa ganancia. Por ejemplo, que un hijo se case es por un lado algo muy alegre, pero por otro un cambio y hasta pérdida. Casi todas las ganancias traen también alguna pérdida. Crecer, llegar a adulto, es algo que uno ambiciona, pero también significa la perder la niñez y la adolescencia. Nada tiene para los humanos una sola faz. Con lo cual, cuando alguien dice "ese se queja porque tiene la panza llena", puede no estar viendo toda la situación. El éxito no siempre va acompañado de alegría, y a veces algunas pérdidas pueden resultar un alivio.

¿Cuándo podría decirse que un duelo, digamos normal, pasa cierto límite y puede considerarse una depresión?
Es realmente una situación muy gradual, pero podríamos decir que pasa a ser una depresión cuando los fenómenos de inhibición aumentan a tal punto que una persona no puede realizar su vida cotidiana, no puede conectarse con el placer, no puede disfrutar de las cosas que habitualmente disfrutaba. Y también cuando aparecen pensamientos muy pesimistas, una autocrítica severa, culpas injustificadas. Sobre todo, esto último es uno de los indicadores importantes de depresión. Hay procesos de duelo agravados, como la pérdida de un hijo, o una enfermedad corporal seria, que a veces llevan a cuadros muy severos, que son parte del duelo, pero incluyen un estado depresivo. Sintetizando, la diferenciación entre estados depresivos y duelos ya no se realiza con tanta nitidez.

Ha habido diversas clasificaciones de las depresiones
Sí, es cierto, antes se hablaba de depresiones endógenas y exógenas, luego se habló de endoreactivas y ahora se habla directamente de depresión, y en todo caso de la severidad del cuadro depresivo. Lo que uno debe saber es que si la depresión sigue a un fenómeno de magnitud muy importante, es distinto a si sigue a una cuestión menor. Esto último podría estar indicando una vulnerabilidad mayor a la depresión, que es lo que antes se atribuía a lo endógeno. Pero actualmente el indicador que se toma más frecuentemente no es tanto la magnitud de la depresión en relación al factor externo desencadenante, sino la repetición de las depresiones.

¿Cómo sería esto?
Lo que se considera una mayor vulnerabilidad es que se repitan estados depresivos cada cierto período de tiempo. En general puede encontrarse a aquella situación que hizo sentir a la persona en un estado de abandono e indefensión, como la descalificación o la exclusión. Los seres humanos somos muy vulnerables a ser excluidos de los grupos. Algunos experimentos han revelado que exclusiones mínimas pueden generar reacciones depresivas importantes. Pero lo importante es tener en cuenta las repeticiones, digamos una depresión y luego otra, y así.

¿Cómo puede uno darse cuenta de que está deprimido en un grado tal que necesita tratamiento?
Existen mecanismos para recuperarse de la depresión que son espontáneos. Así como la depresión es una respuesta básica, los mecanismos de recupero también son espontáneos. Si una persona está deprimida trata de salir de ese estado. Primero se queda quieta, tal vez se aísla, y luego trata de salir buscando nuevos objetivos al alcance de sus posibilidades, estableciendo una nueva relación consigo mismo y con sus metas.

¿Pero que ocurre si estos mecanismos espontáneos no alcanzan?
Si estos mecanismos empiezan a fracasar, a veces incluso negando la pérdida misma, minimizándola o desvalorizándola, la persona siente que se empantana cada vez más en una tristeza permanente. A veces desde el inicio el Yo está muy anegado, es decir, la persona llora permanentemente, tiene una tristeza que no le permite levantarse o salir de la cama, enfrentar sus obligaciones cotidianas, o disfrutar cosas que disfrutaba hasta ese momento. Si en este caso uno ve que esta dificultad es "suya", porque exteriormente se le brindan algunas posibilidades y no las puede tomar, porque el pesar y la dificultad de accionar son muy continuos y las cosas le pasan por delante como una película que no le pertenece, es necesario buscar ayuda terapéutica. Uno de los síntomas frecuentes es que esas personas no pueden concentrarse ni para leer el diario.

¿Y siempre es posible para otros darse cuenta de que esa persona está deprimida?
No siempre, algunos métodos espontáneos de recuperación son complicados, porque, por ejemplo, incluyen el alcohol o la comida y suelen ser un camino hacia las compulsiones. A veces las depresiones están ocultas y aparecen como trastornos alimentarios o del sueño. Este último es el trastorno más universal en la depresión. En general es insomnio, pero puede también ser el no poder salir de la cama, lo que ya es una reacción compuesta, porque incluye la evitación, el no querer enfrentar el día. A éste le siguen los trastornos alimentarios. Las personas pueden llegar a adelgazar o engordar muchísimo tratando de evitar la depresión.

¿Hay relación entre la depresión y la ansiedad?
Desde el punto de vista psicológico consideramos que la ansiedad es una expectativa de riesgo, una reacción anticipada frente al riesgo o a aquello que se vive como riesgoso. Tiene que ver con el no poder esperar y puede originar numerosos trastornos corporales, que son de la línea general del estrés. Depresión y ansiedad están muy relacionadas con el estrés. Existen estresores externos tan importantes en nuestra cultura que ya las fantasías de la gente tienen un poco menos que ver con el sufrimiento. Hoy aparecen más manifestaciones de reacciones frente al estrés permanente.

¿Esto ha cambiado de algún modo el tratamiento de la depresión y la ansiedad?
Hace algunos años los neurólogos, los farmacólogos y también los terapeutas, comenzaron a ver que muchas sustancias que se habían desarrollado para antidepresivos, como los inhibidores de la captación de serotonina - un neurotrasmisor-, frenaban también algunos trastornos de ansiedad, como los que originan los trastornos obsesivo- compulsivos o los ataques de pánico. Hay casos en que las depresiones se presentan como depresiones ansiógenas, es decir, como combinación de ansiedad y depresión. Otro hallazgo importante relacionado con este tema tiene que ver con la neurogénesis, la génesis de neuronas. En un momento se creía que no había génesis de nuevas neuronas en el cerebro. Eso era un gran mito y se ha comprobado que no es así.

¿Y cómo se relaciona este hallazgo con la ansiedad y la depresión?
Mucho tiempo llamó la atención a los especialistas que en la recuperación de las depresiones usando medicación, el nivel de serotonina aumentaba rápidamente, que es lo que se busca, porque en la depresión decrece el nivel de ese neurotrasmisor. Sin embargo, la recuperación de la depresión comenzaba recién unas dos o tres semanas después de tomar el medicamento. No se sabía muy bien por qué ocurría este fenómeno.

¿Y pudo descubrirse?
A partir de estudios en animales de experimentación se observó que el cerebro está originando nuevas neuronas permanentemente, sobre todo en áreas como el hipocampo, muy relacionada con lo emocional. Se vio también que el estrés, y por lo tanto la ansiedad y la depresión, inhiben la neurogénesis. Según parece las dosis de antidepresivos basados en inhibidores de la captación de serotonina restauran la neurogénesis.

¿Entonces?
La conclusión sería que la demora en la recuperación que se observaba en los pacientes a partir del momento en que empezaban a tomar antidepresivos se debería a que hace falta un tiempo para que se manifieste el fenómeno biológico por el cual se generan nuevas neuronas. Estas nuevas neuronas facilitarían la instalación de nuevos circuitos de aprendizaje para que se de la salida de la depresión. El circuito cerrado que se genera es que uno necesitaría neurogénesis, y la neurogénesis en ciertos momentos estaría inhibida, sea por la ansiedad o la depresión. Por eso es importante que ante cierto grado de depresión se utilicen medicamentos de este tipo para reponer ese circuito y al mismo tiempo realizar psicoterapia. Las mejores evoluciones en la mayor parte de las depresiones son las que combinan medicación ansiolítica, medicación antidepresiva y psicoterapia.

¿Que papel cumple la psicoterapia?
En esos casos hay que aprender algo nuevo, hay que volver a conectarse, hay que restablecer la conexión con aquellas áreas de la personalidad que sienten placer, superando la pérdida. Este trabajo de reparación requiere tanto de la palabra como de la posibilidad biológica de aprovechar esa palabra. Por eso los mejores tratamientos son los tratamientos combinados. Desde mi punto de vista la población está submedicada, y eso prolonga los tratamientos. La química es vínculos y los vínculos son química. Las palabras terminan siendo química y la química termina siendo palabras. Hay un circuito que está permanentemente conectado.

¿Y este tipo de tratamiento es lo más habitual?
En general los pacientes están muy a expensas de especialistas que tienen una dirección muy rígida, o sólo se basan en los medicamentos o sólo confían excesivamente en la palabra. Todavía pareciera que sigue esa división cartesiana entre cuerpo y mente en la concepción de muchos profesionales. Y esto debería superarse. Que una depresión tenga menor duración significa también que se logra un menor costo psicológico, familiar, económico, etc. Cuando una depresión se prolonga es grave, porque el paciente se va desesperanzando cada vez más.

¿Considera que a partir de estos nuevos conocimientos está cambiando un poco la concepción de psiquiatras y de psicoterapeutas?
Debería llevar a un cambio. Los psicólogos deberían tener una formación psicofarmacológica y los médicos internos alguna formación psicoterapéutica. Se debe actuar eficazmente desde los dos lados. En esta nueva concepción parece haber una especie de vía final o foco común donde convergen estas distintas patologías, la depresión y la ansiedad. A veces vienen al consultorio pacientes que están medicados, pero incorrectamente, porque no han sido medicados por especialistas. Nuestra concepción es utilizar todos los recursos actuales que sirvan para mejorar el cuadro del paciente y trabajar en equipo interdisciplinario desde los distintos abordajes vinculados a la salud mental.

Agencia de noticias Científicas y Tecnológicas Argentina (Agencia CyTA-Instituto Leloir)
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Tomado de www.sunchaleshoy.com

Los avances de la mujer que apabullan al sexo opuesto

Los permisos que se dan hoy en día las jovencitas para mantener relaciones fuera de un contexto afectivo generan temor y ansiedad en el hombre. Un especialista explicó a Infobae.com los por qué

"En los últimos años se ve que las mujeres, principalmente las más jóvenes, han hecho un cuestionamiento a la vinculación que se hacía antes entre la sexualidad asociada al placer y al amor", contó el psicólogo social Jaime Barrientos.

Para el analista, que vino desde Chile a participar de una congreso de psicología positiva que se celebra en la Universidad de Palermo hoy y mañana, ahora, las adolescentes no sólo se inician antes en su sexualidad, equiparándose de esta manera al hombre, sino que además no necesariamente tienen sexo en un contexto que lo posibilita de una manera estructurada.

"No digo que esto sea bueno o malo, sólo que es un cambio que se viene registrando en los últimos tiempos y eso genera que las mujeres sean cada vez más atrevidas si se quiere, se permiten relaciones casuales", opinó Barreintos.

Y explicó que estos avances permiten ver una "crisis de la masculinidad". Los cambios dan cuenta de estas transformaciones de la mujer y repercuten en el hombre generándoles ansiedad y temor.

"Muchas veces pasa que hoy día los hombres no saben cómo responder a una mujer que es cada vez más autónoma, y eso le genera la ansiedad y temor a no poder responder adecuadamente", expresó.

Según el especialista, el problema que esta situación genera es que en el plano sexual las mujeres de hoy no están dispuestas a que un hombre no responda. "Pueden darle una oportunidad o dos, pero no más", sentenció.

Y agregó: "La ansiedad provoca problemas sexuales como la eyaculación precoz o inconvenientes de erección; son trabas del plano psicológico que se manifiestan en el físico".
Tomado de www.infobae.com

El síndrome posvacacional afecta la productividad, pero usted puede enfrentarla

 

 

Investigaciones demuestran que el 35 por ciento de los trabajadores en España sufren de lo que en Colombia llamamos 'locha'.

Se trata del malestar que produce la inadaptación al trabajo o la reducción de la productividad en el mismo, tras el regreso del período de descanso cuando se debe volver a los hábitos regulares de trabajo y estudio.

Es normal que la persona se llene de ansiedad y sienta "locha" o una pereza muy grande de volver a sus obligaciones.

Los síntomas reportados son: depresión leve, irritabilidad, tristeza, apatía, ansiedad, insomnio, dolores musculares, debilidad, tensión, náuseas, palpitaciones, taquicardias, sensación de ahogo y problemas de estómago, entre otros.

¿Será esta la explicación de que al regresar de vacaciones se encuentre usted con cambios de humor continuos y dificultades de concentración en el trabajo? ¿O de esa sensación de hastío y abatimiento que le embarga cuando regresa de sus felices vacaciones a reportarles de nuevo a sus jefes?

Es fácil acostumbrarse a levantarse tarde

El Dr. Germán Sánchez, especialista en Medicina Familiar, expresa que la principal causa de este trastorno es la alteración del ritmo de vida y el cambio brusco sobre el biorritmo o reloj interno, que se encarga de regular el funcionamiento del organismo según los estímulos y vivencias a los que está expuesto.

Es muy fácil acostumbrarse a levantarse y acostarse tarde, a pasar el día haciendo nuevos amigos o conociendo sitios interesantes, así como dedicarse a las actividades de ocio que normalmente no queda tiempo para hacer. Y el contraste de ese tiempo relajado y placentero, con el carácter rutinario, disciplinado y exigente del día a día al regreso, crea un desbarajuste en el organismo.

Es por esto que, con más frecuencia, este síndrome se presenta en las personas que hacen una ruptura brusca del ritmo de vacaciones y se incorporan de inmediato al trabajo o al estudio sin una pequeña adaptación a los horarios.

"Si su cargo es de mucha responsabilidad, si tiene exceso de carga laboral o si tiene mala relación con sus compañeros de trabajo, es probable que usted no sienta muchas ganas de reintegrarse", expresa Sánchez.

Lo mismo aplica si se siente descontento con su puesto de trabajo, sea porque no le gusta o porque se siente subvalorado o menospreciado por sus jefes o colegas.

Es posible que durante las vacaciones haya tenido tiempo de reflexionar y darse cuenta de que quiere otras cosas en su vida, pero se ha resignado a no tenerlas todavía y eso genera el síndrome.

Incluso, la personalidad
insegura y pesimista que tiende a ser negativa en las reflexiones del sentido de la vida y ante las dificultades en general, puede estar predispuesta a este trastorno.

Las personas que trabajan mucho, quedándose hasta tarde y trabajando los fines de semana, a veces idealizan el período de vacaciones viéndolo como la culminación de sus esfuerzos. Pero cuando deben regresar y piensan en que falta al menos otro año para volver a vivirlo, se deprimen.

La solución en sus manos

Dicen los expertos que, entre más largo sea el período de vacaciones, más costará adaptarse de nuevo al ritmo cotidiano. 

  • Las personas que tienen tendencia a sufrir de ansiedad al regreso de su descanso, deben tomar períodos fraccionados, como salir dos o tres veces al año en vez de una sola. Con esto, se busca "desconectarse" varias veces y que la persona tenga la sensación de que las vacaciones son más frecuentes, menciona el Dr. Sánchez.
  • Tratar de tener en las vacaciones un horario similar al de la rutina diaria en cuanto a las horas de sueño y las comidas. Y, en lo posible, regresar a casa dos o tres días antes de volver al trabajo para tener un período de adaptación al horario, así como para descansar del trajín del regreso y organizar sus cosas.
  • Al reintegrarse al trabajo no espere solucionar todo el mismo día quedándose hasta tarde. Tranquilícese con la pila de trabajo que lo espera, piense que sería peor si por el afán las cosas quedan mal hechas o comete algún error. Mejor lea las cosas con calma e infórmese de los cambios que hayan tenido lugar en su ausencia.
  • Reúnase con sus compañeros, intégrese al ambiente de trabajo nuevamente y retome las relaciones donde las dejó para llevarlas igual o, incluso, mejorarlas.
  • Los médicos aconsejan que se respete el descanso del fin de semana, así como evitar llevarse trabajo a la casa por la noche y continuar resolviendo cosas allí mediante el celular o el portátil.
  • Es mejor tener una vida laboral que asegure unas horas libres al día y descanso los fines de semana, que trabajar sin parar y tomar después unas vacaciones largas.
  • Cuando se hacen largos viajes en avión el organismo se deshidrata, así que beba mucha agua y evite las comidas pesadas.
  • Consuma al mínimo el café y reduzca el cigarrillo, pues al volver a estar bajo presión después de un tiempo largo de estar relajado, una gran dosis de estos estimulantes puede indisponerlo.
  • Tal vez sea el momento de tomar ese curso de yoga o meditación, o premiarse con un buen masaje Shiatsu para relajarse y vivir el regreso con calma. En todo caso, si procura mantenerlos como rutina, su salud lo agradecerá.
  • Finalmente, trate de mantener la dosis de aventura, así sea en cosas sencillas, como ir a museos, asistir a eventos culturales, reunirse con los amigos, tomar nuevos cursos o practicar deportes, clásicos o extremos.

Estas cosas ayudan a acoplarse poco a poco al ritmo cotidiano y nos muestran que la vida se disfruta no sólo cuando estamos de vacaciones.

Los niños también lo sufren

Los niños pueden deprimirse levemente ante la idea del cambio brusco entre el estilo de vida de las vacaciones y el del colegio, pues hay que reducir el tiempo de juego, volver a los horarios y a las tareas.

Sobre todo, los más pequeños son muy sensibles a los cambios bruscos. Para ello, los padres deben hacerles el cambio más fácil, hablándoles de todo lo nuevo que aprenderán, lo bueno que será reencontrarse con sus amigos y mostrarles que para papá y mamá también llega el momento de asumir las labores con alegría para poder seguir progresando.

Excepciones (para todo existen)

Hay a quienes, en cambio, regresar a la rutina les produce alivio. En estos casos, las personas se estresan durante las vacaciones, aunque suene a rareza, porque no están acostumbradas a pasar todo el día con los hijos o con su pareja y cuando surgen situaciones que no saben cómo manejar, se sienten incómodas.

También ocurre que son hiperactivos o adictos al trabajo y sienten la necesidad de volver a la adrenalina que éste les produce.

Fuentes:

Por MILENA CLAVIJO

Tomado de www.eltiempo.com

Ansiedad, tómala con calma


 

México- La duda elevada al cubo es una de las características de la ansiedad, enfermedad que hay que combatir con mucha calma, pero, sobre todo, sin olvidar que la ciencia médica posee armas que pueden hacer que la pesadilla termine y se recupere la calidad de vida.

Los especialistas dicen que se puede confundir con el miedo, que es una respuesta emotiva y fisiológica a una amenaza externa real, mientras que la ansiedad es un estado cuyos orígenes son irreales. Ambos producen fatiga o agotamiento.

Los trastornos de ansiedad aparecen en la adolescencia (15 años) y la mayoría de sus víctimas tienen entre 25 y 45 años. Se trata de personas que pueden experimentar la ansiedad normal, pero que se convierte en patológica cuando se sufren varios factores a la vez, como el tiempo que dura el ataque, su intensidad, y otros.

La Asociación Mexicana de Terapias Cognitiva Conductuales, dice que la ansiedad es consecuencia de:

1. Trastorno de Pánico o ataques de pánico. El paciente experimenta por lo menos cuatro de estos síntomas: Sensación de ahogo o falta de aliento; mareos, inestabilidad o desmayo; palpitaciones, temblores, sudoración, náuseas, sensación de irrealidad o despersonalización; escalofríos o sofocaciones, miedo a perder el control, volverse loco o morir; opresión o malestar torácico y sensación de entumecimiento u hormigueo.

2. Trastorno por estrés postraumático. Después de sufrir una experiencia traumática o estresante se pueden sentir los siguientes síntomas: recuerdos o sueños recurrentes sobre la experiencia; sensación de repetición; malestar sicológico o respuesta fisiológica al estar expuesto a un símbolo que evoque el acontecimiento; dificultad para dormir, hipervigilancia (estar vigilante o expectante para evitar sufrir nuevamente el trauma) y respuestas exageradas de sobresalto.

3. Fobia específica. Miedo persistente a un objeto, a un perro o gato, a una situación, como volar en aviones o a las alturas. La exposición a un estímulo fóbico casi siempre genera inmediatamente ansiedad.

4. Fobia social. Miedo a situaciones donde se siente sujeto a escrutinio y teme realizar algo humillante o embarazoso, como no poder ir a un restaurante por temor a ser observado y sentirse criticado, o bien no ir a fiestas por sentirse juzgado o desplazado del grupo social.

 5. Trastorno obsesivo-compulsivo. Obsesiones y compulsiones graves que provocan pérdidas de tiempo significativo o un marcado deterioro en la actividad general. 6. Trastorno de ansiedad generalizada. Ansiedad y preocupación excesiva que se observa durante un periodo de seis meses. No son simples temores pasajeros, es una experiencia continua de inquietud y aflicción sobre diversos asuntos de la vida cotidiana y que no puede ser controlada por la persona.

Tomado de www.diario.com.mx

Las huellas invisibles de la violencia doméstica


Proyecto Malva de la Fundación Salud y Comunidad

Estamos empezando a normalizar los episodios de violencia familiar dado que cada día despertamos con noticias del tipo "una víctima más de la violencia doméstica". Esta naturalización provoca que se minimice la importancia real de los diferentes episodios violentos ejercidos hacia las víctimas. Es necesario puntualizar que cuando una víctima está inmersa en una situación de maltrato, su salud puede verse mermada no sólo a nivel físico, sino también a nivel psicológico. Hay que sacar a la luz este tipo de violencia, para que las personas que la sufren sean capaces de identificarla.

A menudo las víctimas no identifican sus propias vivencias como una situación de violencia, especialmente si éstas no encajan con los estereotipos y los mitos asociados a esta problemática. La dinámica de ejercer la violencia como una pauta habitual de relación dificulta la identificación del abuso por parte de las víctimas, que progresivamente pueden perder la capacidad de reflexión y de toma de decisiones con libertad.

Por lo tanto, hay que denunciar los insultos, las amenazas, las desvalorizaciones constantes, la ridiculización, etc. como manifestaciones palpables de malos tratos psicológicos, que llevan a las víctimas a situaciones de estrés, ansiedad y desbordamiento. Esta ansiedad puede estar motivada no sólo por las agresiones directas sino por estar en alerta constante. Incluso la víctima puede llegar a padecer insomnio crónico por tener que combinar el dormir en el mismo lecho que el agresor y, a su vez, intentar evitar las posibles relaciones sexuales no deseadas o intentar proteger a sus hijos/as.

La cronicidad de los abusos psicológicos genera un cúmulo de consecuencias negativas para la salud de la víctima: dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, disminución de las defensas, sensación de fatiga crónica, asma, o un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Estas consecuencias pueden verse incrementadas con la presencia de algunos factores de riesgo que agravan la situación como es el caso del alcohol. El alcohol puede potenciar los comportamientos agresivos e incluso generarlos, y en la víctima puede disminuir su capacidad de reacción y defensa si está bajo los efectos del alcohol.

Otros síntomas a nivel psíquico que nos pueden ayudar a detectar de forma precoz que una persona está en una situación de este tipo son: la depresión, el miedo, la ansiedad generalizada, las alteraciones del sueño, la escasa autoestima, o los comportamientos autodestructivos como la automedicación (para hacer frente al malestar que genera el maltrato), pasando por el abuso de alcohol y otras drogas (como vía de escape), incluso las ideas de suicidio.

La culpabilidad experimentada por las víctimas en estas situaciones dificulta los procesos de búsqueda de ayuda y apoyo para poner fin a esta situación.

Así pues, vemos que la violencia doméstica, es un fenómeno complejo y multicausal que no puede abordarse de forma reduccionista haciendo únicamente referencia a las expresiones físicas de la violencia. Para avanzar en la prevención resulta imprescindible aislar los elementos que intervienen y abordarlos de manera eficaz.

* El Proyecto Malva de la Fundación Salud y Comunidad está subvencionado por la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana y el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad y Consumo

Tomado de www.rebelion.org

Niñas, no se quejen

 

 
Durante mucho tiempo hemos alentado a los adolescentes a buscar buenos amigos en quienes confiar sus problemas.

Un buen amigo con quien tener una buena charla, creíamos, era la mejor medicina para esa "edad difícil".

Ahora, un grupo de expertos afirma que los adolescentes -particularmente las niñas- tienen más probabilidades de sufrir ansiedad y depresión como resultado de sus extensas conversaciones con amigos sobre sus problemas.

La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Missouri-Columbia, se publica en la revista Psicología del Desarrollo, de la Asociación Psicológica Estadounidense.

"Rumia" emocional

El problema es lo que los psicólogos llaman "co-rumiación".

"La co-rumiación es estar dándole vueltas a un problema y expresando los conflictos entre pares, sin resolución de los mismos", dijo a BBC Ciencia el doctor Alfredo Cía, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad.

"Esto opera negativamente en la persona como una caja de resonancia, con la reverberación del problema", señala el experto.

Los investigadores estudiaron durante seis meses a 813 niños y niñas adolescentes de 9, 11, 13, y 15 años edad.

Los participantes respondieron cuestionarios que medían la co-rumiación, la depresión, ansiedad y la calidad de sus mejores amistades durante el año escolar.

Los científicos descubrieron que las niñas suelen involucrarse en la co-rumiación más que los niños, especialmente en la adolescencia.

Y entre las niñas, aquéllas que rumiaban más mostraron más probabilidades de sufrir depresión y ansiedad.

Curiosamente, aunque la co-rumiación estaba relacionada con mayor ansiedad y depresión, los investigadores también encontraron que ésta se vinculaba con una mayor calidad de las amistades.

Esto, dicen los autores, incluyó sentimientos de más cercanía entre los amigos.

Los niños que co-rumiaban, agregan, también cultivaron amistades más cercanas a lo largo del año escolar, pero no desarrollaron síntomas de depresión o ansiedad durante ese período.

Cuando las niñas co-rumian -dicen los científicos- pasan mucho tiempo insistiendo en problemas y preocupaciones que probablemente las hacen sentir más tristes y más desesperanzadas.

"Esos problemas están siempre presentes en su mente -agregan- y estos son los síntomas de la depresión".

Esto, dicen los expertos, se aplica especialmente a problemas que las niñas no pueden controlar, por ejemplo si son del agrado de un niño en particular, o si serán invitadas a la fiesta a la que asistirán los niños más populares.

La co-rumiación es estar dándole vueltas a un problema y expresando los conflictos entre pares, sin resolución de los mismos
Dr. Alfredo Cía, Asociación Argentina de Trastornos de Ansidedad
"La rumiación sólo puede ser favorable en un contexto de contención afectiva, de resolución o integración, en el que puede estar involucrado una persona con mayor experiencia o capacitada para ello", afirma el doctor Cía.

"De lo contrario puede generar resultados negativos, por ejemplo, puede incrementar la magnitud o las consecuencias de ese problema", agrega.

Actividades

Esto, sin embargo, no quiere decir que los adolescentes no deban hablar de sus problemas.

Los expertos afirman que se les debe alentar a que conversen con sus amigos, pero moderadamente, sin caer en la co-rumiación.

Tal como señala el doctor Alfredo Cía, en general, hablar sobre nuestros problemas y tener una red de apoyo social son factores relacionados con una vida saludable.

"Todo depende de las condiciones y el contexto -dice- y del intercambio que se dé entre las chicas".

Adolescentes
Los niños suelen "rumiar" menos sobre sus problemas.
"No pretendemos que cada uno se calle y se guarde para sí las cosas".

"Pero cuando se cae en la co-rumiación y se juntan dos personas con la misma limitación e imposibilidad para ayudarse, esas conversaciones pueden ser perjudiciales".

Según los expertos debemos alentar a los adolescentes a involucrarse en otras actividades, como los deportes.

"Una de las recomendaciones que hacemos a los pacientes que piensan demasiado y se enrollan en sus propios pensamientos es que no se queden solos y encerrados pensando", dice el doctor Cía.

Agrega que otras actividades los pueden ayudar a despejar este tipo de pensamientos recurrentes, o rumiaciones, especialmente los que se refieren a problemas que no pueden controlar.

Hasta ahora, los padres y adultos vivían con una cierta sensación de seguridad al saber que sus hijos adolescentes, especialmente las niñas, contaban con amigos aparentemente compasivos.

Quienes nos preocupaban eran de hecho los adolescentes socialmente aislados.

Este estudio, sin embargo, revela que los jóvenes rodeados de amigos cercanos también están en riesgo de desarrollar trastornos emocionales si esas amistadas están basadas en un patrón de co-rumiación.

 

Tomado de news.bbc.co.uk

Controla tu tiempo, controla tu vida

 

 

¿Padece ansiedad o estrés por su trabajo? ¿Tiene la sensación de no llegar a todo? Si su problema es que tiene demasiadas cosas que hacer y se ve obligado muchas veces a alargar su jornada o a llevarse parte de su trabajo a casa, este libro le puede ayudar a poner un poco de orden en su agenda.

Raquel Goig/ Madrid.

Planificar la jornada de trabajo del día siguiente, especificar el tiempo estimado para cada actividad y establecer prioridades son algunos de los consejos que contiene este libro. ¿El objetivo? Ayudar al lector a sacar el máximo partido a su tiempo, sin llegar a situaciones de ansiedad y estrés, enseñándole algo muy práctico: organización.

Quién no se ha sentido alguna vez estresado, frustrado o desmotivado. Estas son, a juicio de la autora, las consecuencias de no administrar bien el tiempo, por lo que el libro -que da pautas muy concretas- es útil para cualquier lector. De extensión breve y con un estilo muy ágil, Controla tu tiempo, controla tu vida es el primer paso para sacar el máximo partido a nuestro día, no sólo para trabajar, sino también para dedicarlo a las aficiones, familia y amigos.

Pero nadie dice que sea fácil. Como casi todo en la vida, aprovechar bien el tiempo es cuestión de hábito y de constancia, por lo que el esfuerzo recae en el lector que, para ser más eficaz, deberá cambiar actitudes que le perjudican, como no aceptar ayuda y pretender abarcarlo todo.

El libro es ante todo una guía que mueve a la reflexión, a la autocrítica y a adoptar el compromiso de actuar. Su carácter eminentemente práctico se aprecia en gran parte de su contenido, como el listado de "enemigos para una correcta planificación del tiempo", con el que es difícil no sentirse identificado. Algunos de estos son el desorden personal, la excesiva socialización en el trabajo, el excesivo detallismo y la incapacidad para delegar.

Pero no todo el éxito depende de la gestión del tiempo, la autora incide también en otros aspectos, como la motivación, advirtiendo que las personas motivadas son más creativas. "Lograrlo es responsabilidad de los jefes y de cada uno. Todos tenemos la obligación, sea cual sea nuestra función en la empresa, de estimular a quienes sentimos descontentos por creerse inferiores por sus capacidades", afirma.

El libro hace extensible sus recomendaciones a reuniones y entrevistas, aportando directrices para que sean igualmente eficaces. Asimismo, hace una llamada de atención sobre el volumen de trabajo que, a veces, nos supera realmente. "Es entonces cuando habría que plantearse la estrecha comunicación entre directivos y colaboradores, para buscar la solución más adecuada, que puede pasar por incrementar el personal, repartir tareas o simplificar las reuniones", advierte.

Autor: María Ángeles Chavarría

Tomado de www.expansionyempleo.com

¿ Timidez ? ... o ¿ Ansiedad Social ?

 

Fuente/Autor: Dra. Andrea R.Sala

 
Muchas personas pueden parecer tímidas, introvertidas o relativamente antisociales, en una primera impresión. Normalmente evitan la mirada a los ojos y hablan poco o en un tono muy bajo, evitando de esta manera ser el centro de la atención. Este cuadro de Ansiedad Social no es una seria debilidad o una característica de la personalidad. Es un Trastorno de Ansiedad y como tal, afecta la conducta, pensamientos y sentimientos. Es un trastorno muy frecuente, ocupando entre el 2° y 3° lugar en relación con el alcoholismo y la depresión. Las estadísticas indican que 13 de cada 100 personas sufren de este trastorno, en una proporción mayor de hombres que de mujeres.

Cuando hablamos de Trastorno de Ansiedad Social, nos estamos refiriendo a un cuadro que se caracteriza por un temor excesivo e irracional ante la posibilidad de sentirse evaluado negativamente por los otros en situaciones sociales. La ansiedad se presenta ante ciertas situaciones bien definida. Algunos sienten un miedo intenso, solamente ante una determinada situación; como por ejemplo hablar en publico. En otros, la ansiedad hace su aparición ante diversas situaciones en las que temen que su actuación o desempeño pueda llegar a ser inadecuado o ridículo, como por ejemplo: ir a una fiesta, comer o beber en lugares públicos, rendir un examen oral y relacionarse con personas del sexo opuesto.

En general las personas que padecen este trastorno suelen ponerse anormalmente ansiosos cuando hablan con jefes o personas que para ellos pueden representar la autoridad, llegando hasta el punto de rechazar ascensos u otros reconocimientos, si esto implicara una mayor exposición a la situación que les provoca ansiedad; como por ejemplo tener bajo su responsabilidad un grupo de personas a quienes supervisar.

Estas personas tienden a subestimar sus propias capacidades y cualidades y magnificar la habilidad social o personal de los otros. Habitualmente presentan dificultades para iniciar o mantener amistades, por lo que carecen o tienen un circulo restringido de amigos y conocidos, al margen de sus parientes próximos. Con frecuencia, debido a la excesiva ansiedad previa ( ansiedad anticipatoria ), deciden a ultimo momento no concurrir a reuniones o compromisos sociales para evitar la incomodidad que les pudiera provocar, siendo expertos en encontrar excusas ( las cuales la familia suele hacerse cargo de transmitir), ocasionando enojo e incomprensión.

En situaciones formales estas personas suelen ponerse ansiosos e hipercríticos pensando por ejemplo ¿Que estará pensando esa persona de mi? o ¿Que se supone que debo decir después?. Los niveles de ansiedad experimentados en dichas situaciones, pueden provocar el olvido de una serie de pensamientos ( mente en blanco ), ensalada de palabras, responder con monosílabos, comenzar a reír o quedarse mudos en momentos inapropiados. Esto se debe a que estas personas tienen una predisposición para cambiar la dirección de la atención hacia los otros y la situación, en lugar de dirigirla hacia sus propios sentimientos. Las personas que sufren de Ansiedad Social tratan de evitar el riesgo de exponerse cada vez que les sea posible.

Como temores principales podemos citar: hablar en publico o ante una audiencia, hablar con personas de autoridad, ser el centro de atención, decir cosas sin sentido, ir a una fiesta u organizarla, tener que seducir a alguien o hacer una conquista sexual, participar en grupos; comer, escribir, hablar por teléfono mientras se es observado.

Ante la extrema ansiedad que disparan estas situaciones se desencadenan una serie de sintamas físicos tales como: rubor o ponerse colorado, transpiración excesiva, temblor, taquicardia, contracciones musculares, nauseas o molestias gastrointestinales, opresión estomacal, debilidad en las piernas, deseos frecuentes de orinar. La persona reconoce la irracionalidad de lo que le pasa y tiene dos alternativas: evitar o afrontare la situación con gran dificultad.

El núcleo familiar se encuentra inevitablemente involucrado. Con frecuencia se ve en la obligación de dar la cara, para excusar las ausencias de ultimo momento del familiar afectado o acompañarlo, actuando como elemento contrafobico. Al desconocer el problema, con frecuencia la familia actúa con hostilidad, presionando al familiar enfermo a enfrentar la situación temida, tildándolo de flojo o miedoso, lo cual empeora la situación.

Este trastorno trae aparejado como principales complicaciones asociadas el abuso de alcohol, drogas, psicofarmacos y depresión. Desempleo laboral, menor educación, déficit social, mayor dependencia económica, dificultades para formar pareja y eventualmente mantenerse en el matrimonio. Se desprende de esto, el modo en que este trastorno empobrece la calidad de vida de las personas afectadas; y sin tratamiento puede llegar a convertirse en una enfermedad invalidante.

 

El acosador sexual suele ser un hombre

 
 
P. G. B., Valencia

La profesora María José Báguena que presentó ayer los resultados de un estudio titulado Acoso Psicológico y Acoso Sexual en el trabajo en mujeres y hombres en la Comunitat Valenciana expresó que las mujeres son quienes más acusan los efectos más graves sobre la salud.


Los síntomas que se producen pueden ser físicos: mareos, náuseas, dolores de cabeza y musculares, problemas de respiración; ansiedad fóbica(miedo persistente a lugares, objetos, personas o situaciones); ansiedad general (nerviosismo, tensión emocional, pánico); síntomas obsesivo-compulsivos y síntomas de intrusión (pesadillas, visualizaciones, repeticiones mentales y malestar psicológico por la angustia). Además, solo las mujeres son quienes pueden padecer depresión.
El informe recoge también que un 10% de hombres y un 24% de mujeres sufren un doble acoso: psicológico y sexual. Los hombres son quienes en mayor proporción ejercen el acoso sexual tanto sobre los hombres (en el 51% de los casos), como en las mujeres (el 93%).

La profesora Báguena indicó que la incidencia del acoso en la Comunitat Valenciana es superior a la que se observó en 2003 en la Unión Europea, donde se hablaba de una tasa del 5%, mientras que en la Comunitat es de un 7% para hombres y de un 9% para mujeres.
La autora reclamó la creación de códigos éticos en las empresas y sistemas para encauzar quejas como prevención.

Trastornos de colon irritable aumentan con la depresión, la ansiedad y el estrés

 

La preocupación no solo se siente en el corazón, también en el sistema digestivo.

La preocupación no solo se siente en el corazón: la exposición prolongada a factores que perturban el equilibrio emocional o físico agota las reservas de energía del cuerpo.

En el sistema digestivo esa situación incrementa enfermedades como la dispepsia no ulcerosa (aumento exagerado de las vías digestivas altas), que causa dolor en la boca del estómago, sensación de llenura rápida y náuseas, y el síndrome de intestino irritable, que es una respuesta aumentada del músculo intestinal a diferentes estímulos.

Este se manifiesta con dolor abdominal difuso y recurrente -que mejora con la deposición-, gases y distensión. Además se acompaña de cambios del hábito intestinal y episodios de diarrea y estreñimiento.

Problemas comunes

Estos dos males, que afectan significativamente la calidad de vida, representan la mitad de la consulta de gastroenterología. El problema se incrementa porque estos pacientes, que consultan con frecuencia, son sometidos a exámenes cuyos resultados, por lo regular, son normales.

La frustración es mayor para estas personas cuando los tratamientos no resultan efectivos o sufren recaídas.

Es difícil que los afectados entiendan que la causa de sus problemas digestivos son los problemas personales, que les generan ansiedad, depresión y trastornos psiquiátricos especiales. Estos aumentan la secreción de ácido y favorecen la presencia de úlceras duodenales y del estómago.

Existe comunicación entre la mente y las enfermedades digestivas. Por una parte, los pensamientos e ideas negativas en el cerebro se descargan en el aparato digestivo y modifican su función, produciendo los síntomas antes descritos.

Es importante tener en cuenta que no se siente con el corazón sino con el aparato digestivo, y que los síntomas de estas enfermedades permanecen por mucho tiempo, lo que en ocasiones plantea como única solución el aprender a convivir con ellos.

Esto incluye el control de una serie de factores que los exacerban, entre ellos determinados alimentos y condimentos (lácteos, grasas, picante, alcohol, café, embutidos, leguminosas), cuya ingesta debe ser orientada dentro de un programa integral.

Quizá lo más importante es el manejo de las emociones y el acondicionamiento de las personas para que toleren mejor sus cuadros clínicos y mejoren su calidad de vida.

Esto incluye el uso de medicamentos, que actúan directamente sobre el sistema digestivo, y un manejo serio de su condición mental, que puede requerir también la prescripción de fármacos para la ansiedad y la depresión, sin desconocer que la psicoterapia puede ayudar. El tratamiento debe estar en manos de un equipo interdisciplinario, encabezado por el gastroenterólogo.

Tips para relajarse

Aunque el estrés no aparece enlistado entre las principales causas de muerte en países como Estados Unidos, distintos estudios también lo relacionan con condiciones graves de salud, como la enfermedad coronaria y los accidentes cerebrovasculares.

Es necesario entender que el estrés sí puede enfermar y aprender a controlarlo. La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard sugiere hacer sesiones de minirrelajación durante el día, para evitar que este se acumule:

Cuando tenga un minuto: Ponga su mano justo bajo el ombligo y sienta cómo sube y baja apaciblemente mientras respira. Inhale lentamente, haga una pausa, cuente hasta tres y luego exhale. Siga respirando profundamente durante un minuto, haciendo pausas para contar después de cada inhalación y exhalación.

Cuando tenga dos minutos: cuente despacio de diez a cero. Con cada número haga una respiración completa, es decir inhale y exhale, despacio y profundamente. Es probable que al terminar se sienta más relajado; si no es así, repita el ejercicio.

Cuando tenga tres minutos: mientras está sentado, interrumpa lo que esté haciendo y revise si hay tensión en su cuerpo. Relaje los músculos de la cara y permita que su quijada caiga abriendo la boca ligeramente. Deje que sus brazos cuelguen a los lados, afloje las manos, sienta cómo los muslos se hunden en la silla y deje que las piernas caigan cómodamente. Inhale y exhale lentamente. Con cada aliento, trate de relajarse mucho más.

Emocionalmente agotado

"Eran varios los meses que uno de mis pacientes, funcionario público de 63 años, llevaba con dolor abdominal. Cuando consultó conmigo ya tenía toda clase de exámenes cuyos resultados eran normales. Estaba tomando medicamentos para el manejo de esa enfermedad, que incluía problemas de sueño e intolerancia por ciertos alimentos, pero no mejoraba. Entonces indagué con su familia. Así supe que estaba agotado por el estrés laboral y el temor de ser despedido a su edad. Esa ansiedad afectó su salud. Lo remití al psiquiata, quien recomendó vacaciones para la pareja y medicación especial. Hoy está mejor".

PATRICIA ÁLVAREZ MD.
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
GASTROENTERÓLOGA UNIVERSIDAD NACIONAL, AUTORA DEL LIBRO 'MENTE Y ENFERMEDADES DIGESTIVAS'. HEALTHBEAT, UNIVERSIDAD DE HARVARD.

Tomado de www.eltiempo.com

Testimonio de una adolescente absorbida por la anorexia y la bulimia

 

Cielo estuvo recientemente en Colombia apoyando la campaña 'Quiérete'.

Obsesión con la muerte y una mala jugada del amor hacen también parte de la historia de Cielo Lantini, quien dejó todo atrás y se lanzó a contarlo todo en un libro.

Ella es una sobreviviente del mundo de la autodestrucción. En su libro narra la etapa de su vida en la que estuvo al borde del abismo. A los 12 años pesaba 64 kilos y ella misma dice que era la gordita del grupo, discriminada, solitaria, aburrida y muy infeliz.

En la búsqueda de lo que ella pensaba que era la perfección, creyó que sus aliados eran la anorexia y la bulimia y así empezó su deterioro. Su camino fue tortuoso: temporadas de hambre que terminaron con la autoflagelación y un inmenso deseo de morir.

Hoy Cielo tiene 23 años y se ha unido a la campaña 'Quiérete' de Cyzone, para prevenir a las jóvenes acerca de estas enfermedades, con la idea de difundir en una gira por Latinoamérica un mensaje positivo que incentive a las adolescentes a quererse a ellas mismas.

Lantini estudió comunicación periodística en la Universidad Católica Argentina y su primer libro es 'Abzurdah', que publicó Editorial Planeta y que utilizó como método terapéutico luego de haber salido del infierno al que la arrastraron la anorexia y la bulimia.

¿Viví una infancia feliz?

"Uff.... Qué difícil empezar a escribir un libro. Bueno en primer lugar tendría que presentarme, decirles quién soy. O mejor dicho quién no soy: no soy normal. No soy una mujer a quien las cosas le fueron difíciles en la vida: nunca me tocó sufrir dificultades de dinero, ni divorcios de padres, ni problemas escolares, digamos que siempre tuve una vida lo suficientemente calmada como para aburrirme hasta límites insospechados.

"Pero por sobre todas las cosas no tenía amigas. Literalmente, y no estoy exagerando, no tenía una puta amiga.

"Lo que decían de mi me afectaba absolutamente demasiado y, seamos sinceros, los comentarios de los infantes pueden ser muy destructivos. Sobre todo si tenés doce años y pesás 64 kilos.

"Medía poco más que un ficus enano y ya pesaba más que mi viejo. Era escandalosamente gorda. Abominable. Bueno no tanto, pero esa imagen pensaba yo que los demás tenían de mí.

"Durante el verano del 98, en un viaje familiar, me peleé con mis padres por alguna razón sin sustento y dejé de comer.

"Pensé que así se preocuparían por mí y quizá me pedirían perdón. Cuando uno tiene 13 años busca maneras insólitas de remendar situaciones que parecen terribles. Mi manera de llamar la atención fue dejar de comer".

Un mal amor

"Clara 14, ese era mi nombre en la red.

"Lo cierto es que había muchísimas bestias en Internet, así que no fue muy difícil distinguir al único ser inteligente: Hogweed (Alejo).
"Volvió. El volvió, o volví yo. No iba a terminar, sabía que no iba a terminar. Soy enfermizamente débil. Después de diez meses, otra vez Alejo. Como en la canción de Genesis, el gigante volvió y enredó al mundo con sus hojas violentas, con sus palabras dolorosas, con sus actitudes hirientes.

"Su comportamiento no cambió, simplemente se le ocurrió volver, quién sabe por qué razón. Siempre dispuesta a recibirlo yo no me quejé.

"¡Qué bajo cayó mi imagen de Alejo! Me abandonó justo en el momento cuando más lo necesito. Siento que la bulimia me consume, que es más que la comida lo que abandona mi cuerpo cada vez que vomito. Estoy vomitando pedazos de alma. Pero está bien, tengo que seguir con mi vida. No se si lo voy a ver de nuevo ahora que se mudó, tendrá otras mujeres que le quedarán más cómodas, de hecho".

Medidas extremas

"Al vomitar experimenté una descarga que no había sentido antes: flotaban entonces ñoquis con licor de melón y muchas penas concebidas por Alejo (el novio) aquellos últimos días.

"Muy bien, vomitar iba a ser mi secreto: nadie tenía que enterarse. No porque pensase que estaba mal lo que estaba haciendo, sino porque no quería que se crearan rumores y porque no quería que nadie develara mi fórmula para estar mejor. La había inventado yo, eso creía.

"Poco tiempo después de haber empezado a vomitar y de haber intentado llamar la atención de Alejo sin ninguna señal de éxito, me propuse entonces un nuevo desafío. Siempre siguiendo la línea de lo que creo que es lógico, me dije: Si como y vomito, me hago mal; quizá lo mejor sea dejar de comer del todo. No me costó demasiado empezar a vivir en un mundo sostenido por las mentiras".

Nuevas esperanzas

"A veces los recuerdos surgen tan fuertes, tan prepotentes que tengo que calmarme y pensar (darme cuenta) que ya todo pasó, que no soy más aquello que escribí. Me extraña y atemoriza saber que quizá soy una versión desmejorada. Mejoradísima, pensarían otros. Yo no lo sé, simplemente quise escribir y vinieron a tocarme la puerta decenas de fantasmas olvidados, de haches colgadas de mis músculos, cientos de ecos rellenándome los huesos.

"Quiero dejar de ser la mujer que tuvo un pasado oscuro, quiero ser la del futuro prometedor, la que sonría sin tener que esforzarse. Quiero dejar de ser inconstante y absurda y quiero por fin tomar una decisión que dure más de cinco minutos. Quiero ser fuerte. Antes no quería nada. Era la negación en persona, la nada misma: nada de comida, nada de deseos, nada de nada".

* Apartes tomados del libro 'Abzurdah' De Editorial Planeta.

¡Quiérete mucho!

Cyzone, distribuidora de maquillaje, moda y accesorios para adolescentes, lanzó recientemente la campaña 'Quiérete' en contra de la anorexia y la bulimia, para ello se unió a la escritora argentina Cielo Latini, quien vivió en carne propia el infierno de la anorexia, con el apoyo del programa Equilibrio, conformado por un grupo de profesionales médicos, psicólogos y psiquiatras que ayudan a la prevención de trastornos alimenticios.

Tomado de www.eltiempo.com

El camino a la anorexia y a la bulimia

 

SE DEBEN A UNA EXCESIVA AUTOEXIGENCIA, DEPRESIÓN, ANSIEDAD Y BAJA AUTOESTIMA

Mujeres de 16 a 19 años son las que corren mayor riesgo de sufrir trastornos de la alimentación. Este padecimiento afecta igualmente a los varones, aunque en porcentaje menor: alrededor de 0.6 por ciento, en contraste con 1.8 por ciento de las mujeres.

La anorexia y la bulimia provocan delgadez extrema, debilidad, caída del cabello, huesos quebradizos, amenorrea (o falta de menstruación), mala piel, sensación de frío, daños a sistema digestivo y otros órganos. En última instancia,la muerte.

En la actualidad, los trastornos alimenticios son la segunda causa de muerte entre las adolescentes, de acuerdo con datos de la fundación Ellen West.

Para volverse anoréxica, basta con que dejes de comer o hagas dietas exageradas para bajar de peso.

Pero como las anoréxicas llegan a tener una imagen distorsionada de sí mismas, aunque llegues a estar esquelética, siempre te percibirás gorda y no desistirás en el intento de "lucir esbelta", aunque tu salud se deteriore. Esta situación se puede iniciar a los 12 años de edad.

Bulímica

En ese caso, ingiere compulsivamente todo tipo de alimentos, en especial aquellos con muchas calorías. Después de un atracón experimentarás sentimientos de culpa y para reparar los excesos, te inducirás el vómito o tomarás laxantes u otros medicamentos que te ayuden a eliminar grasa.

La bulimia es cuatro veces más frecuente que la anorexia. Según las estadísticas, la padecen entre 3 por ciento y 10 por ciento de las mujeres.

Sus efectos: delgadez extrema, debilidad, caída del cabello, huesos quebradizos, amenorrea (o falta de menstruación), mala piel, sensación de frío, daños a sistema digestivo y otros órganos. En última instancia, la muerte.

La baja autoestima

Estos padecimientos no siempre tienen que ver con el deseo de lucir esbeltas para agradar al mundo. Testimonios dejan ver que a veces se deben a una excesiva autoexigencia, depresión y ansiedad, que pueden dispararse en una situación de crisis en algún momento de la vida, o a una baja autotima generada en el seno familiar desde la infancia.

En estos casos, el paciente está muy lejos de querer lucir bien; lo que realmente desea es hacerse daño hasta morir.

Quiérete, ¿si?

Autoestima significa amor a uno mismo y es directamente proporcional a cuánto se acepta una persona a sí misma, y cuán a gusto está de ser quien es.

La firma Cyzone y la fundación Ellen West han lanzado en toda Latinoamérica la campaña Quiérete, con el propósito de difundir información para prevenir la anorexia y la bulimia y, sobre todo, para impulsar una cultura de autoestima y autoaceptación que, como se sabe hoy, es la clave para evitar muchos de los problemas que acechan tanto a jóvenes como adultos, con repercusiones en la salud. "Cuando mis padres se dieron cuenta que algo estaba muy mal conmigo, empezaron a cuestionarme, pero eso incrementaba mi resentimiento con el mundo, pues me sentía acosada y agredida", dice Cielo Latini.

A un joven en conflicto, hablar enérgicamente no le ayuda; por el contrario, se siente invadido y no escucha sugerencia alguna.

La mejor forma de abordarlo es acercarse a él con una actitud de comprensión, que denote el interés, la preocupación y, sobre todo, el cariño que se le tiene, para preguntarle cómo se siente y qué lo hace sufrir.

"Me llevaron a ver a un sicoterapeuta y fue entonces cuando pude empezar mi recuperación, pues comencé a resolver conflictos internos que me causaban angustia y sufrimiento desde pequeña. Me reconcilié conmigo, con el mundo. Pude volver a comer, a cuidarme y a experimentar deseos de vivir" narra Cielo.

¿Podrías padecer anoréxia o bulimia? <*b>

Según datos de la Secretaría de Salud, estos son los padecimientos que más muertes causan entre los jóvenes hoy en día.

Ve si tú tienes riesgo de sufrir alguno de ellos.

1. ¿Te importa demasiado lo que los demás piensan de tu físico?

2. ¿Te preocupas y ocupas en exceso de tu imagen?

3. ¿Haces dietas superestrictas?

4. ¿Practicas ejercicio de manera compulsiva?

5. ¿Duermes poco?

6. Cuando te ofrecen, ¿sueles decir que ya comiste o, por el contrario, comes exageradamente?

7. ¿Casi no sales y te deprimes con facilidad?

8. ¿Te siente con sobrepeso siempre, aunque te digan que estás muy delgada y te ves bien?

9. ¿Tomas laxantes o diuréticos?

Si contestaste afirmativamente a la mayoría de estas preguntas, es mejor que pidas ayuda.

¿A qué se deben?

Los especialistas han descubierto que la anorexia nerviosa y la bulimia son trastornos multifactoriales, esto es, que obedecen a varias causas, entre ellas:

*La compulsiva necesidad de pertenecer y destacar en el entorno social.

*Tanto la anoréxica como la bulímica piensan que "ser flacas" es la llave para ser aceptadas, reconocidas y queridas en su entorno.

*Problemas de comunicación, poca atención familiar o falta de amigos, motivos por los cuales los jóvenes se sientan rechazados e "invisibles".

*La influencia que ejercen los iconos de belleza impuestos por medios masivos, así como algunas firmas de moda que fabrican tallas extra chicas o presentan modelos cadavéricas.

Tomado de www.elsiglodetorreon.com.mx

Ortorexia: patología alimentaria de alto riesgo


Bertilda Herrera Anria
periodistas@estrelladepanama.com

Quizás ha podido observar que algunas personas al momento de realizar compras en el supermercado invierten más tiempo de lo común en leer el contenido nutricional de cada producto.
Desde el punto de vista de regulación de lo que consumimos, parece ser un excelente hábito. Sin embargo, cuando este comportamiento pasa a ser una obsesión podemos asegurar sin temor a equivocarnos, que nos encontramos frente a alguien que sufre de ortorexia.
La ortorexia es la obsesión por comer saludable. Es un trastorno alimentario, que junto con la bulimia y la anorexia es una patología en el orden alimenticio que puede interferir negativamente en la vida de la persona que la padece.
Generalmente, las personas que padecen dicha patología prefieren pasar hambre (incluso por largos períodos de tiempo), a comer alimentos que (a su parecer) son "impuros". Es decir, alimentos con altos contenidos de aditivos, grasas, etc., pudiendo dejar de ir a restaurantes, comida rápida o fast food, e incluso a casa de familiares y amigos por el simple temor de los alimentos que puedan llegar a ingerir.
Las personas con ortorexia se imponen fuertes restricciones de alimentos, lo cual repercute directamente en su salud, produciéndoles hipotensión y carencias de vitaminas y calcio (osteoporosis).
Esta enfermedad ataca generalmente a los adolescentes y adultos jóvenes y avanza en forma gradual. Se inicia con el simple ritual de revisar cuidadosamente las etiquetas de los envases de los alimentos para saber cuáles son sus contenidos nutricionales.
Con el tiempo se llega hasta dejar de comer, lo que contiene algún elemento artificial o grasa por considerarlo impuro o dañino para la salud.
Su dieta se basa en productos orgánicos. Se ritua-liza la preparación, al punto de usar recipientes de ma-teriales especiales, cortar las verduras de forma determinada, además de buscar un ambiente especial para comer y masticar determi-nado número de veces los alimentos.
Los especialistas señalan que quienes sufren ortorexia no muestran excesiva delgadez, al contrario de los que sufren de anorexia.
Los enfermos suelen ser obsesivos, perfeccionistas y extremistas, sobre todo cuando de salud y comida se trata. Si rompen los estándares que se han impuesto cambian repentinamente de humor y tienen sentimien-tos de culpa, pero siempre argumentarán que pueden controlar sus hábitos y jus-tificarán sus acciones al decir que todo lo hacen por el bien de su salud.
Quienes sufren de este trastorno no tienen una vida social normal, ya que constantemente incluirán el tema de la alimentación saludable en sus conversaciones y evitarán asumir responsabili-dades y retos propios de su edad para ocupar ese tiempo para pensar en la comida.
Las consecuencias pueden ser serias y la persona que sufre de ortorexia puede desarrollar cuadros de anemia, sufrir infecciones y desmayos, además de anoma-lías del sistema cardiaco o variaciones de su presión arterial por el déficit de vitaminas y minerales.
Los sicólogos explican que un enfermo de ortorexia no se puede curar solo, ya que la persona no tiene conciencia de la enfermedad.
Ellos nunca admitirán que están enfermos, por lo que es fundamental que sus familiares lo apoyen y lo lleven a un centro hospitalario, en donde puedan recibir ayuda profesional.
En estos momentos juega un papel fundamental la familia, quien debe recordarle al paciente que es valioso por sus cualidades y talentos y no por su apariencia física. De esta forma se fortalece su autoestima y se le aleja de las obsesiones, que lo lleva a buscar aprobación y reconocimiento de la sociedad.
Aunque aún no se tienen suficientemente contrastados los síntomas, ya se tienen ciertos criterios básicos para poder diagnosticar (o cata-logar) a un individuo como ortoréxico, siendo estos:

*Dedicar más de 3 horas al día a pensar en su dieta sana.

*Preocuparse más por la calidad de los alimentos que del placer de consumirlos.

*Disminución de su calidad de vida conforme aumenta la pseudocalidad de su alimentación.

*Sentimientos de culpabilidad cuando no cumple con sus convicciones dietéticas.

*Planificación excesiva de lo que comerá al día siguiente.

*Aislamiento social provocado por su tipo de alimentación.

Más datos
1. La ortorexia puede aparecer asociada con la vigorexia u obsesión por el ejercicio.

2. Una persona con trastornos alimenticios puede verse predispuesta a presentar otro tipo de conductas adictivas.

3. Vivir con una persona con conductas adictivas predispone a sufrirlas también, pues se puede actuar por imitación.
 

Cuidado con los trastornos alimenticios


No se curan yendo al nutricionista ni con fuerza de voluntad, pues se trata de trastornos psicológicos severos y muy complejos, cargados de pensamientos obsesivos que invaden por completo a la persona. Su prevención es importante porque, según los expertos, los afectados necesitan entre 8 y 15 años de tratamiento para superarlos.

Ana Isabel Villela /elPeriódico

 
Hablamos de la anorexia, la bulimia y la alimentación compulsiva, trastornos que a pesar de no ser consecuencia de males físicos, terminan por dañar absolutamente todos los órganos del cuerpo, y en muchos casos, pueden provocar la muerte del paciente. "Detrás de ellos se esconden ambientes de control extremo, de sobre protección o total falta de estructura, indiferencia y abandono. A la vez pueden ser resultado de abusos físicos, sexuales o psicológicos", comenta la psicóloga clínica especializada en trastornos alimenticios, Brigitte Aquin. También son comunes en las familias donde hay historial de alcoholismo, depresión y obesidad. "La situación en Guatemala se está complicando. Lo que alguna vez se consideró una enfermedad de jovencitas blancas, ahora se ve dentro de todos los estratos sociales, a cualquier edad y en hombres y mujeres. Es que vivimos en una sociedad obsesionada con la delgadez, que discrimina el sobre peso", dice Aquin.

Pero para llegar a desarrollar uno de estos trastornos suelen pasar años, por eso los expertos aseguran que los síntomas alimenticios son solo "la punta del iceberg", sostenido por el trastorno en sí. De ahí que sea clave la detección temprana del problema, mientras más rápido se intervenga más posibilidades hay de salir del mismo. "La pena es que muchos padres de familia se empeñan en pensar que se trata de un problema de falta de voluntad y que sus hijos o hijas pueden salir del problema comiendo o dejando de comer, cuando en realidad primero hay que tratar sus pensamientos obsesivos, que pueden girar en torno a su figura, su imagen corporal, la comida prohibida o permitida, sus traumas, simplemente la necesidad por alcanzar el ideal de lo que muestran los medios de comunicación", agrega Aquin.

Algunos de los síntomas más comunes de la anorexia son la pérdida marcada de peso y la obsesión por seguir bajando, así como una insatisfacción extrema con su imagen corporal. En el caso de la bulimia vale observar la presencia de comportamientos como la provocación del vómito después de comer, o la ingesta desmedida de laxantes, diuréticos y píldoras de dieta, lo mismo que ayunos y ejercicio excesivo. En cuanto a la alimentación compulsiva, los signos más relevantes son la pérdida de control sobre la ingesta de comida. La persona ingiere enormes cantidades de calorías, llegando en ocasiones incluso al vómito, aunque por lo general la persona gana un exceso de peso en muy poco tiempo porque no compensa de ninguna manera esa ingesta descontrolada.

"El problema más serio se presenta en los casos de anorexia, hay mucha resistencia al tratamiento por parte de estos pacientes, se dan muchos casos de afectados que terminan suicidándose de la desesperación porque no logran superar el trastorno", asegura Aquin. Vale mencionar que a menudo las personas que padecen de trastornos alimenticios tienen al mismo tiempo problemas severos de autoestima, y sueles estar rodeados de personas que desprecian a quienes tienen sobre peso. "Siempre hay rasgos de complacencia y perfeccionismo en estos pacientes, así como culpa y vergüenza por su apariencia, por eso es tan importante entender que primero se trata el trastorno psicológico y después se trata el problema del peso", finaliza Aquin.

Para una cita con la especialista escriba a brigitteaquin@hotmail.com
 

Barbie, mucho más que una muñeca

 

Es todo un sex symbol, personificación del sueño americano y diana de los odios de las feministas más radicales. Todos los diseñadores quieren vestirla y las famosas  convertirse en ella

Tiene medidas de escándalo, melena rubia, ojos claros y más de cuarenta años, su nombre completo es Bárbara Millicent Roberts, sin embargo, no es una persona de carne y hueso, tampoco es un juguete al uso. Barbie, como se le conoce, es  mucho más que una muñeca.

Pese a tratarse de una de los iconos más controvertidos de la potencia estadounidense, a la altura de Marilyn Monroe, Barbie es moderna y polifacética, una fémina que ha sido doctora, empresaria, enfermera, veterinario, astronauta, diseñadora, actriz y hasta Escarlata O'Hara.  Ahí reside su éxito, en lo camaleónico de su aspecto.

Barbie consigue mantener su personalidad, su identidad, única e inimitable, por encima de modas, estilos y décadas y de los volubles caprichos de los niños. Ella adopta distintas formas y personajes para pervivir.

Ha sido actriz, personaje famoso de la literatura, de la gran pantalla, de la farándula o del "show business".

A pesar de que sigue cumpliendo años mantiene su perpetuo aspecto adolescente, de medidas de ensueño y delgadísima anatomía, motivo por el cual, Mattel, fabricante y distribuidor de la muñeca, se ha tenido que enfrentar a las acusaciones de promover enfermedades tan graves como la anorexia o la bulimia.

Y es que la bellísima Barbie es experta en tribunales, pues pronunciar su nombre equivale a nombrar una serie de clichés y estereotipos, no siempre ciertos, pero sí muy arraigados en las mentes de todos: mujeres frívolas, que van de compras, que sólo piensan en los hombres y que aman el color rosa, la estética y el dinero.

Estos son sólo algunos de los juicios a los que se enfrenta la muñeca "bestseller". La que gusta a las niñas de todos los tiempos.

SECCIÓN ESPECIAL EN NY Y SUBASTA EN CHRISTIES

La diva ha conseguido su propia sección en la mítica juguetería neoyorkina "FAO Swartz", lugar de culto para los miles de coleccionistas de la muñeca, que ansían las ediciones limitadas de Barbie, piezas de las que se tiran 25.000 y, en ocasiones, tan sólo 900 en todo el mundo, por lo que hacerse con una de ellas es casi imposible.

La mayor colección de estas muñecas la vendió la prestigiosísima casa de subastas londinense Christies en la que desfilaron más de 4.000 muñecas.

Allí la que alcanzó mayor valor fue una pieza de 1965 de traje largo rojo y melena negra, por la que un fanático coleccionista llegó a desembolsar 165 millones 597 euros.

La gallina de los huevos de oro, siempre en boga, a la que Armani, Yves Saint Laurent o Ralph Lauren han diseñado trajes en exclusiva, tiene su propia película, su eterno novio, Ken, al que recientemente ha cambiado por el surfista australiano Blaine ( por votación de las cibernautas) tiene aún mucha guerra que dar.

¿Alguien se atreve aún a rebajarla a la categoría de simple muñeca? Porque nosotras la subimos a los altares de icono.

UN POCO DE HISTORIA

Barbie nace cuando su creadora, Ruth Handler  (1916-2002) se da cuenta de que hay un vacío en el mercado, su hija, Barbara, de quien más tarde tomará el nombre para su exitosísimo producto, adora jugar con sus muñecas recortables, que, a diferencia de sus muñecos ( bebés regordetes de pocos meses), tienen aspecto y cuerpo adulto,  es decir: curvas, son bellas, van maquilladas, tienen melena larga y un variado armario con el que vestirse.

Entonces se le enciende la lamparita, ¿por qué no hacer lo mismo pero en plástico en vez de en papel? Se lo comenta a su marido, Kenneth a quien la idea le parece fantástica. Ambos acuden a la empresa juguetera Mattel que en un principio desestima la idea por considerarla cara.

El matrimonio emprende un viaje por Europa donde estudian varios modelos.

La muñeca que más les convences es un modelo alemán Bild Lili, en el que se inspiran para crear a su muñeca, Barbie.

La primera Barbie se presentará en la feria del juguete de Nueva York el 9 de marzo de 1959, con grandísimo éxito de ventas. Sólo el primer año de producción Mattel venderá 350.000 muñecas Barbie. Ha nacido una estrella.

Barbie fue uno de los primeros juguetes que contó con una estrategia de marketing basada sobre todo en anuncios televisivos. Hoy en día Mattel estima que en algún punto del globo cada segundo se venden 3 Barbies y que todas las niñas de Estados Unidos al menos han tenido una de ellas. De locos.

El 90% de las niñas del Norte de América aseguran haber tenido al menos 10. Es sin duda la muñeca más vendida de la historia. La única que ha conseguido enamorar a grandes y pequeños de un modo casi fanático.

Desde su creación Barbie irá sufriendo pequeños cambios en su anatomía, los más significativos, el que sufre en 1971 en sus ojos y en 1997 en su cintura, que se ensancha para acabar con las acusaciones de anorexia.

 
Tomado de www.hoy.com.do