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jueves, 24 de mayo de 2007

Un acusado de abusos sexuales a una joven 12 años asegura que ella le provocaba

El hombre, de nacionalidad ecuatoriana, es el compañero sentimental de la madre de la menor

Un hombre de nacionalidad ecuatoriana ha reconocido hoy durante su declaración haber realizado tocamientos a la hija de su compañera sentimental, de 12 años, aunque aseguró que era ella la que le provocaba.

AGENCIAS. PAMPLONA


En sus conclusiones provisionales, el fiscal solicita para Raúl C.S., de 36 años, nueve años de prisión por un delito de abusos sexuales continuados, y 18 meses más por un delito de malos tratos cometidos contra su compañera, mientras que la defensa pide la libre absolución.

Durante su declaración, el acusado, vecino de Fustiñana, de 36 años, explicó que la joven «es muy consumista» y que el 6 de junio de 2005, sobre las 5,30 horas, acudió a su habitación y le dijo que si le compraba un móvil «la podía tocar».

«Me dejé llevar por mis instintos animales», señaló el acusado, quien insistió en que «nunca la coaccioné ni la amenacé», además de negar que hubiera intentado abusar de ella en otras ocasiones.

Raúl C.S., quien se encuentra en la cárcel desde que ocurrieron los hechos, negó asimismo haber maltratado a su compañera sentimental, aunque reconoció que en una ocasión la agarró del cuello «para que se callara».

Sin embargo, la mujer, ciudadana colombiana, relató que el procesado es una persona «muy celosa y muy agresivo cuando bebe», pero que le había «aguantado» durante más de cuatro años porque «estaba enamorada y me cegué».

Aseguró asimismo que la primera vez que abusó de su hija, el día 20 de noviembre de 2004, Raúl C.S, le dijo que había bebido mucho y que no se acordaba de nada, motivo por el cual «le creí y le perdoné», aunque aseguró que, a partir de ese día, decidió dormir con su hija.

Aunque admitió que su hija «es muy rebelde», dijo, no obstante, que la creyó «totalmente» cuando le contó que el acusado, aprovechando que ella estaba trabajando, se introdujo en su habitación y la obligó a que se desnudara, tras lo cual le realizó tocamientos por todo el cuerpo.

La menor fue reconocida por una psicóloga del Instituto Navarro de Psicología al día siguiente de ocurrir los hechos, y en cuyo informe constó que la joven sufría ansiedad, malestar emocional, intranquilidad y temor.

La vista continuará mañana en la Sección segunda de la Audiencia Provincial de Navarra con la declaración de testigos, la prueba pericial y con los informes de las partes.

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