A menudo nos enfrentamos a niños agresivos, manipuladores o rebeldes pero no sabemos muy bien cómo debemos actuar con ellos o cómo podemos incidir en su conducta para llegar a cambiarla. Un buen pronóstico a tiempo mejora siempre una conducta anómala que habitualmente suele predecir otras patologías psicológicas en la edad adulta. Un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia si no se trata derivará probablemente en fracaso escolar y en conducta antisocial en la adolescencia y edad adulto porque principalmente son niños con dificultades para socializarse y adaptarse a su propio ambiente. Uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo; uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño es la familia y dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, son responsables de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se les someta. Se ha demostrado que tanto un padre poco exigente como uno con actitudes hostiles que desaprueba constantemente al niño, fomentan el comportamiento agresivo en los niños. Otro factor familiar influyente en la agresividad en los hijos es la incongruencia en el comportamiento de los padres, la cual se da cuando los padres desaprueban la agresión castigándola con su propia agresión física o amenazante hacia el niño. |
Tomado de www.correodelcaroni.com
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