"La característica esencial de la mujer es 'retener' y la de los hombres 'soltar' y de ahí se derivan muchas otras conductas. Tales diferencias son también causa de la infelicidad en la pareja", apuntó Pilar Sordo, sicóloga chilena.
1.El motor para actuar. A la mujer la mueve su vida afectiva, si sus relaciones afectivas están en buen estado, ella también. A los hombres los mueven sus objetivos logrados y las metas propuestas.
2.Proceso y objetivos. Para las mujeres cuenta más el proceso que el momento en sí. Una mujer tiene mejores relaciones sexuales de noche cuando se ha sentido bien todo el día; si recibió gritos o se peleó y a eso le siguieron dos horas de cariños, no sirve.
3.Ellos ordenan, separan; ellas juntan, reúnen. Y si no, sólo volteen a ver su bolso, todo lo que se carga "por si se ofrece" está ahí dentro, revuelto. Ellos cargan la cartera en un bolsillo, el celular en otro y el pañuelo en un tercero. Esto es reflejo de la estructura mental, los hombres pueden separar sus emociones perfectamente; para las mujeres es algo más difícil, aunque no imposible.
Para ellos, la mujer que tienen al lado es su esposa, la madre de sus hijos, la dueña de la casa, y separan cada papel. Para ellas, él siempre es el mismo y eso es lo que por lo regular genera discusiones en la pareja.
4.Monofocal, multifocal. La capacidad estructural y neurológica es también una diferencia. Se ha descubierto que los hombres tienen la capacidad de concentrarse con mayor facilidad en un sola cosa y las mujeres pueden atender varias cosas a la vez. Esto no es siempre una ventaja porque lleva a las mujeres al agotamiento.
Ellas pueden planchar, ver la televisión, y hablar por teléfono al mismo tiempo. Ellos prefieren ocuparse de lleno en una sola actividad, pero mientras más desarrollen su parte femenina, serán capaces de poder hacerlo.
5.Ella habla, él calla. Sobre todo en los conflictos. Las mujeres expresan todo cuanto pasa por su mente y los hombres dicen algo hasta que tienen el dilema resuelto. Esto tiene que ver con la buena comunicación de la pareja, si él guarda silencio, ella se siente excluida, no necesitada, ante ello, es recomendable que lo femenino aprenda a "soltar" y no presionar a lo masculino hasta que él hable.
6.Rabia y tristeza. Este aspecto emocional se explica también con el retener y el soltar. La mujer se entristece para que la consuelen, el hombre se llena de rabia y aleja a todos. Otra diferencia es que la rabia llega fuerte, pero se va rápido; la tristeza es un sentimiento adhesivo, lo que hace que las mujeres no olviden fácilmente.
7.Los tiempos personales. A los varones no les es difícil encontrar tiempo para ellos; a la mujer sí y por eso reclama mucho al hombre cuando está en sus espacios personales y no le ayuda en tareas domésticas o le presta atención. Claro que también a la inversa es igualmente conflictivo, lo importante aquí es que cada uno busque esos espacios para estar solos.
8.Los juegos. Las mujeres dejan de jugar a temprana edad y los hombres siguen jugando toda la vida. A los cinco o seis años, una niña juegas a las muñecas, al té, pero trata de hacerlo correctamente y eso le quita el sentido lúdico porque involucra un aprendizaje. Ella se hace responsable de un bebé, de una casa. Los hombres cambian sus carritos de juguete por autos de verdad y siguen divirtiéndose.
9.Externizar e internizar. Para hablar sobre la felicidad, los hombres internalizan sus logros, las mujeres tienden a externalizar y a hacer responsables a otros de su infelicidad o felicidad, nos cuesta trabajo aceptar los errores. Ocurre lo mismo con el deseo sexual, a nivel cultural, las mujeres tienen la sensación de que ese deseo no es algo que les pertenezca sino que debe ser despertado por el otro.
¡Viva la diferencia! ... Y el complemento también, de Pilar Sordo. Editorial Norma. www.pilarsordo.cl
Tomado de www.eluniversal.com.mx
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