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miércoles, 25 de abril de 2007

Fantasias Sexuales

FANTASIAS SEXUALES
POR JUAN ANTONIO BARRERA MÉNDEZ



Antecedentes
Lo primero que se nos viene a la mente después de escuchar el término de fantasías sexuales, seguramente tenderemos a asociarlo con algo pecaminoso, sucio, impropio, o un sin fin de sinónimos relacionados con lo prohibido. Sin embargo, para sorpresa de muchos, suelen ser pensamientos tan comunes como el hecho de respirar en la vida cotidiana, pues suelen ser más comunes de lo imaginado en el terreno de la sexualidad.

¿Qué son?
Son una representación mental, que estimulan o inhiben la actividad sexual de las personas.

¿Cómo se presentan?
Existen diferentes tipos de fantasías mentales, unas las elaboramos completamente conscientes, por ejemplo cuando vemos a una persona que nos agrada y evidentemente sin que esa persona lo sepa, podemos recrear un mundo entero mental en donde nos permitimos tener diferentes actividades sexuales. En el otro extremo, están las fantasías inconscientes, las cuales son elaboradas por ejemplo cuando soñamos con alguien y nos vemos realizando nuestros deseos más ocultos con esa persona.

Pueden presentarse entonces evocando un estímulo en nuestros pensamientos o viéndolo ya sea cara a cara o mediante algún recurso impreso o electrónico. Existen también a nivel consciente fantasías que se pueden compartir con quien es el estímulo evocador (pareja, triángulo, etc.).

Por el otro lado, los sueños y todas las creaciones artísticas pueden tener como su principal fuente de motivación la fantasía sexual del artista.

¿Pueden las fantasías afectar el desempeño sexual de una persona?
La mayor parte de un día la pasamos dialogando internamente con nosotros mismos. Y, muy buena parte de esos pensamientos tienen una fuerte carga erótica, tanto en hombres como en mujeres. Por lo tanto, existe una estrecha relación con nuestro desempeño sexual. El complejo mundo de las fantasías sexuales puede ser orientado de forma positiva cuando nos imaginamos estar con esa persona con quien podemos compartir nuestra vida sexual y vamos recreando diversas posibilidades de relación agradable y potencialmente realizable tarde o temprano. Sin embargo, los pensamientos negativos con respecto a la otra personas pueden erosionar gravemente el desempeño sexual por conflictos no resueltos y que se hacen presente a la hora de la intimidad o cuando ya se han tenido una serie de eventos íntimos con esa persona y no han resultado satisfactorios.

Un caso aparte lo constituyen los episodios de abuso sexual como antecedente de alguno o ambos miembros de la pareja, lo cual distorsiona su mapa sexual y las fantasías repercuten de generalmente de forma negativa, sobretodo si el inicio de las experiencias sexuales no han sido halagadoras.

Cuando son entendidas y manejadas adecuadamente se convierten en un potente afrodisíaco, además del amor y el tiempo positivo de convivencia.

¿Pueden causar sentimientos de culpa?
Cualquier evento en la vida cotidiana que rompa con las reglas establecidas puede dejar secuelas de culpa. Debido a que en las fantasías se rompen los esquemas sociales y personales, pueden generar sentimientos de culpa en la persona que las tiene, pues estar relacionadas con acciones contrarias a las reglas morales, religiosas, sociales o sexuales. Sin embargo, en cualquiera de los casos tratan de cumplir deseos que difícilmente pueden cumplirse en el plano de la realidad, por esa razón hay quienes deciden reprimir sus deseos sexuales, evitando los sentimientos de culpa.

¿Existe alguna relación entre las fantasías sexuales y la personalidad?
Si, el tipo de fantasías tienen una relación muy estrecha entre los deseos insatisfechos expresados de forma mental y la personalidad. Se puede decir que son una especie de huellas dactilares mentales. En psicología se puede decir: “dime cuales son tus fantasías sexuales y te diré quién eres.

¿Puedo compartir mis fantasías sexuales con mi pareja?
Depende, cada combinación de pareja es única y hay quienes tienen una mente muy abierta y lo pueden hacer, mientras que otros podrían salir seriamente lastimados, sobretodo cuando la fuente de la fantasía no es la propia pareja.

Cuando las fantasías son acordadas y compartidas por ambos como acudir a una sex shop, comprar ropa sexy, previo acuerdo cambiarse de nombres durante el acto sexual, jugar a la enfermera y el enfermito, el esclavo y la ama, etcétera. Lo más importante, es el respeto y establecer que cuando alguno de los dos se llegará a sentir incómodo o que la fantasía se les escapa de control, entonces es conveniente suspenderla.

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