El acoso moral en la empresa puede acabar con la defunción laboral y psicológica del afectado. Jefes y colegas ocasionan unos daños difíciles de evaluar y denunciar a causa del vacío jurídico y la inhibición de la víctima.
En Francia donde el libro "El acoso moral" se ha convertido en un best-seller, estudian legislar el asunto. En los países nórdicos hay estadísticas fiables. En España, el Instituto Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo habla de "hostigamiento psicológico" en una nota técnica.
CONDUCTAS DE PSICOTERROR LABORAL:
Ataques a la víctima con medidas de organización del trabajo:
- El superior restringe al afectado las posibilidades de hablar o de defender su postura cuando se discute un conflicto.
- Cambiarle de mesa, de departamento o incluso de oficina, con ánimo de separarle de sus compañeros o colaboradores más cercanos.
- Prohibir a los empleados que hablen con él.
- Obligarle a ejecutar tareas, que vayan en contra de su conciencia.
- Juzgar de manera ofensiva su desempeño en la empresa.
- Asignarle misiones sin sentido, innecesarias, muy por debajo de su formación/capacidad, o con clara intención de humillar.
- Encargarle trabajo en exceso, difícil o imposible de realizar.
- Privarle de la realización de cualquier tipo de actividad u ocultarle las herramientas necesarias para llevarla a cabo.
Ataques a las relaciones sociales de la víctima, con aislamiento social:
- Rehusar la comunicación con una persona a través de gestos y miradas.
- No dirigirle la palabra.
- Tratarla como si no existiera (ignorarla de forma radical).
Ataques a la vida privada de la víctima:
- Críticas permanentes a su forma de vida.
- Terror telefónico.
- Hacerle parecer estúpida.
- Darle a entender que tiene problemas psicológicos.
- Mofarse de sus discapacidades.
- Imitar gestos, voces y otras cualidades propias de esta persona no como una borma, sino como burla.
Ataques a las actitudes de la víctima:
- Ataques a sus creencias políticas o religiosas, o a su reputación profesional.
- Mofarse de su raza o nacionalidad.
Agresiones verbales:
- Gritar, insultar, amenazar.
- Acusar a una persona en público de conductas falsas para crear animadversión contra ella.
- Criticar o menospreciar su trabajo en presencia de los compañeros, o compararlo con otro supuestamente mejor.
Rumores:
- Hablar mal a espaldas de la víctima.
- Difundir rumores sobre ella, sean ciertos o no.
DESARROLLO DEL PROBLEMA:
(Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo)
Fase de conflicto:
El roce genera amores... pero también odios. Es algo cantado en cualquier empresa: bien por motivos de organización de trabajo -en una compañía hay personas y grupos cuyos objetivos e intereses están enfrentados con frecuencia-, bien por problemas interpersonales -los comportamientos, actitudes, formas de relación y estilos de vida de los trabajadores son muy diversos y pueden originar "malos rollos"-, la existencia de conflictos es irremediable. El asunto puede acabar resolviéndose u olvidándose... Pero hay gente muy hábil en traer al presente afrentas pasadas y convertir la disputa en algo crónico.
Fase de "mobbing" o de estigmatización:
Una de las partes comienza la cruzada contra la otra. Lo que en origen pudo ser un conflicto entre dos compañeros es fácil que se convierta en una campaña de hostigamiento de varias personas contra una. La víctima empieza a ser una amenaza o un incordio para el/los verdugos, que dirigen sus baterías contra ella. Esta fase se prolonga debido a la evitación o negación de la realidad por parte del trabajador, otros compañeros no participantes, sindicatos e, incluso, la dirección. La dificultad de probar el acoso y las carencias del sistema judicial hacen el resto.
Fase de intervención desde la empresa:
Dependiendo del lugar, legislación y cultura de la empresa, se tomarán medidas desde algún escalón jerárquico superior (el departamento de personal, el servicio médico o la dirección de la compañía) encaminadas a la resolución positiva del conflicto (cambio de puesto, fomento del diálogo entre los implicados) o, más habitualmente, a desembarazarse del supuesto "culpable". Estas medidas van desde las bajas médicas sucesivas hasta el despido del trabajador afectado o la pensión por invalidez permanente.
Fase de marginación o exclusión de la vida laboral:
El empleado compatibiliza su trabajo con largas temporadas de baja, o queda excluido definitivamente del mundo laboral con una pensión de incapacidad, contribuyendo a las cargas económicas y sociales del Estado. En esta situación, la persona convive con diversas patologías consecuencia de sus experiencias de psicoterror en la oficina.
Miguel Ángel Barroso
ABC 27 de febrero de 2000.
1 comentario:
Muchas gracias por tu aporte, Carlos.
En efecto, ya me bajé el libro y varios articulos muy interesantes que encontré en esa pagina.
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