- La idea de que el amor lo justifica todo y de que hay que entregarse en cuerpo y alma sin importar el costo, todavía está fuertemente instalada en las sociedades occidentales.
- Pero, ¿qué pasa cuando sólo uno de los dos siente que está mucho más involucrado en la relación que el otro?
Parece que el cuento de hadas en el que el príncipe azul rescata a la bella e inocente princesa de las garras del malvado para vivir felices y comer perdices hasta que la muerte los separe aún existe en la fantasía de más de uno. En plena era individualista, sobreviven mandatos sociales que legitiman el amor incondicional.
La visión del divorcio como "fracaso" y de la vida en pareja como la principal forma de "autorrealización" son los dos preceptos sociales arraigados que llevan al sufrimiento y la frustración. Así lo explica el italiano Walter Riso en "Los límites del amor", un libro que enseña a vivir el amor de una manera más serena y sin tanta irracionalidad.
El terapeuta y docente, también considerado "el gurú del amor" por su larga lista de estudios sobre el tema, propone acercarse al otro sin perder la propia esencia y amar sin dejar de amarse a uno mismo.
Ahora bien, qué pasa cuando una persona siente que es la única interesada en continuar con la pareja y llevar adelante esa relación, cuando percibe que sólo ella ama. Para la licenciada en Psicología Patricia Gaviola, especialista en pareja, no existe una vara para medir los sentimientos. "Te sentís amado o no, yo pensaría las cosas en esos términos. Es imposible intentar saber la intensidad porque no conduce a nada", asegura.
Yo lo voy a cambiar
De la pareja, siempre van a existir aspectos que no nos gusten. Pero hay una regla de oro que no admite excepción: no vamos a poder cambiarlos.
Marina (24) pensaba que su ex novio (al que de vez en cuando le descubría una infidelidad) estaba con otras pero volvía con ella porque la amaba y que a medida que la relación se fuera afianzando, esa actitud iba a cambiar. Pero eso nunca pasó y por si fuera poco, él la dejó y se fue con otra. "Antes de empezar a salir con él sabía que era mujeriego, pero pensé que exageraban y que iba cambiar", contó la chica.
Riso asegura que el principio de la realidad tendría que pesar más que el principio del placer. "Pero eso no siempre ocurre, muchas mujeres creen que ellas lo van a cambiar", asegura el terapeuta.
No sobrepasar el límite
Entender cuáles son las circunstancias que tienden a sobrepasar los límites del amor y cómo evitarlas para que la relación no se transforme en enfermiza o adictiva no es tarea fácil pero hay prioridades, principios y creencias que nunca se deben olvidar.
Existe una serie de cuestiones que no son negociables bajo ningún punto de vista. Para el gurú del amor, hay una máxima que sobrevuela todas las relaciones amorosas: "Nunca hay que negociar con nuestra dignidad en nombre del amor" y con la que Gaviola coincide: "El límite es el amor a uno mismo. Cuando falla la constitución del narcisismo, se presentan esas patologías del amor, como si la persona no se creyera merecedora de ser amada o como si ser querida significaría ser maltratada".
El sufrimiento también es un punto de inflexión. María (21) se dio cuenta de que su relación con Diego no funcionaba cuando su familia y sus amigos se empezaron a preocupar por su bienestar y ella sentía que no era la misma. "Estaba todo el día pendiente de él y no podía hacer nada. Lloraba, lo llamaba todo el tiempo y esperaba que aparezca. Cuando el quería, me llamaba para salir, yo me preparaba y si se le ocurría me dejaba plantada", recuerda con bronca.
Lunes 25 de Junio de 2007 20:42 | María Fernanda Arena |
Tomado de www.minutouno.com
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