El lenguaje no es algo que viene desde afuera: el ser humano trae desde su nacimiento la capacidad de desarrollarlo y lo aprenderá en función de lo que escucha. Lo que sí viene desde el exterior son las palabras, y dependen del contexto (país, época, factores socioculturales). La estructura, que viene desde adentro, es como un teclado de piano, la experiencia determinará qué melodía se tocará.
Uno de los temores más frecuentes entre los padres es que los chicos desarrollen trastornos en el lenguaje si se les habla poco o mal. Esto no es así. Un niño al que se le habla poco probablemente adquiera un lenguaje pobre en cuanto a palabras, pero no un trastorno (aunque genere un trastorno de la comunicación).
Prácticamente, todas las patologías del desarrollo infantil (el autismo, trastornos neurometabólicos, genéticos, retardos mentales, las encefalitis, entre otros) tienen un componente del trastorno del lenguaje. Pueden también estar agregadas a una determinada enfermedad, como en la encefalopatía, o en un trastorno perinatal como puede ser una anoxia de parto.
A medida que el chico crece, entre el nacimiento y los diez años, se da un desarrollo exponencial del lenguaje. "Los trastornos pueden caracterizarse por algo que tiene que pasar en un momento y que no pasa, por algo que sólo tiene que ocurrir en un momento y perdura en el tiempo o algo que pasa, desaparece y luego reaparece", señaló Florencia Salvarezza, especialista del departamento de Neurociencias de la Fundación Favaloro.
Ecolalia (2 años)
La especialista explicó que entre los 8 meses y los tres años los chicos repiten sonidos y luego, durante un período que va desde los 12 a los 24 meses, repiten palabras que escuchan, de manera inmediata, porque es una forma de aseverar y de incorporar vocabulario. Esto es normal, porque la repetición tiene un sentido. El problema es cuando esto perdura, cuando el chico no sólo repite una palabra de manera inmediata sino que la repite todo el tiempo, se queda como "tildado" en esa palabra y es cuando ya pierde el sentido, es lo que se denomina ecolalia diferida. La ecolalia es característica de muchos trastornos del lenguaje. Pasados los 30 meses del chico si esta situación persiste hay que hacer una consulta.
Sin concordancia (3 años)
Otro de los síntomas del trastorno del lenguaje es la falta de concordancia. Cuando los chicos por ejemplo dicen: el mesa, la papá, hay que tener en claro que la falta de concordancia no es algo que forme parte de la descripción del desarrollo del lenguaje. "Ante la aparición de esto, donde no concuerdan género y número después de los 3 años hay que estar atentos y hacer la consulta", señaló Salvarezza
Este tipo de dificultad en general no acompaña una enfermedad y es muy común que sean las maestras quienes notan este problema cuando el chico empieza el jardín de infantes.
Otra de las señales a las que hay que estar atentos es cuando el chico no recuerda o confunde el nombre de los compañeros del preescolar. Este también es un cuadro de trastornos del lenguaje, es muy sutil pero en general trae aparejado trastornos de la escolaridad.
"Puede que también que el niño se equivoque los nombres de los colores y cuando quiere decir algo no encuentre la palabra para hacerlo", indicó la lingüista infanto juvenil.
Infrecuentes
Según sostuvo Salvarezza, los trastornos específicos del lenguaje como la falta de concordancia son infrecuentes, pero cuando ocurren acompañan trastornos de la lectura.
"No todos los chicos con trastornos del lenguaje desarrollan problemas en la escritura, pero casi todos los niños con problemas en la lectoescritura tienen trastornos del lenguaje, muchas veces sin diagnosticar", enfatizó la especialista.
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