Opinión |
Si su hijo o hija le confiesa que está siendo abusado sexualmente es importante que le crea y le dé fiabilidad a sus palabras |
Por Andreína Figueroa / El Caribe |
Los abusos sexuales a menores son actitudes y comportamientos que realiza un adulto para su propia satisfacción sexual, con una niña, niño o adolescente, empleando la manipulación emocional como chantajes, engaños, amenazas, etc., y sólo en algunos casos, la violencia física. Es importante resaltar que la mayoría de los abusos sexuales ocurren en el propio hogar de la s/os menores, y el agresor puede ser el padre, el padrastro, un hermano, un tío o cualquier amigo cercano que tenga fácil acceso a la víctima. El abuso sexual no es un suceso aislado, el agresor generalmente se toma un tiempo seduciendo la víctima a través de, exhibicionismos, voyeurismo, caricias con intenciones eróticas, masturbación y por medio de amenazas, impone el silencio en el menor, a quien no le queda más remedio que adaptarse, fase en la cual los parientes suelen ser ausentes o cómplice del delito. La mayoría de los menores víctimas de abuso sexual no se lo cuentan a nadie porque piensan que no les creerán, o desconocen el vocabulario necesario para hablar sobre el tema, aunque generalmente no lo expresan de manera verbal, sí lo hacen mediante algunos cambios en su comportamiento, es por eso que los padres deben estar pendientes a sus hijos en caso de que manifiesten comportamientos extraños tales como: Trastornos en la alimentación; bulimia o anorexia, regresión del comportamiento; es decir, que el niño vuelva a orinarse, o se aferre de repente a la madre y no quiere quedarse nunca solo, comportamientos obsesivos como lavarse constantemente las manos, aislamiento, docilidad extrema, pérdida de la autoestima, alteraciones en el rendimiento escolar; instinto de suicidio, accidentes continuos, trastornos en el habla, miedo, el menor puede incluso fugarse de casa para evitar que continúen los abusos. Si el padre o la madre identifica estos comportamientos en su hijo o hija o si por el contrario le confiesa estar siendo abusado es importante que le crea, haciéndole saber que el o ella no tiene la culpa de lo que le ha pasado, hágale sentir que le alegra el hecho de que se lo haya contado y que siente que le haya pasado esa experiencia, prométale que va a ayudarle y protegerle, anímele de forma tranquila a que hable de ello y no se muestre enfurecido porque podría hacerle sentir culpable de haberlo contado. Y si el menor le cuenta lo sucedido a alguien que no es su padre o su madre, entonces esa persona debe pedirle permiso al niño o la niña para hablarlo con ellos. Andreína Figueroa es coordinadora del Departamento de Investigación de Delitos Sexuales, de la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia |
Tomado de www.elcaribecdn.com
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