El profesor de Psicología Social de la Universidad Autónoma de Madrid, Luis de la Corte, opinó hoy que el terrorista no se ajusta a un perfil psicológico determinado y opinó que los 'lazos sociales' dentro de las organizaciones terroristas son tan fuertes como los condicionantes ideológicos.
De la Corte, tras impartir en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) su ponencia sobre 'La psicología del terrorista', precisó en conferencia de prensa que 'no hay una personalidad que te haga más proclive a ser terrorista que otra, sino más bien todo lo contrario'.
Opinó que 'se comete el error de generalizar' y ver al terrorista como una persona que pone bombas o dispara una pistola, cuando en las organizaciones terroristas hay individuos que desempeñan otras funciones 'tan importantes' para cometer atentados como 'el último paso, que es matar'.
Aún teniendo en cuenta las diferencias existentes entre unos grupos terroristas y otros, en función de si sus motivaciones son de tipo ideológico o religioso, el psicólogo subrayó que hay características comunes como la jerarquización y los lazos afectivos entre sus miembros.
Para De la Corte, en las organizaciones terroristas, además de reproducir las pautas de otras organizaciones convencionales (militares y empresariales) con estructuras, roles y normas rígidas, se establecen 'lazos sociales más fuertes de lo que se ha pensado'.
El psicólogo opinó que junto con los 'sentimientos negativos hacia el adversario', los terroristas tienen otros 'sentimientos positivos' respecto a sus compañeros de organización, que además les ayudan a reforzar el aspecto ideológico, porque, afirmó, 'gusta pensar como piensan las personas a las que se quiere'.
Esta última característica es, a juicio de De la Corte, común entre las organizaciones terroristas y las sectas, y un elemento determinante para el 'reclutamiento' de nuevos miembros.
Al ser preguntado por si aprecia 'violencia' en la política actual, el psicólogo eludió la cuestión al subrayar que sólo emplea el término 'violencia' para hablar de 'actos físicos realizados con la voluntad de producir daño'.
Por su parte, el catedrático de Psicología Social de la Universidad de Granada, Miguel Moya, antes de impartir su conferencia sobre 'Psicología y violencia de género', explicó que se trata de un asunto de 'relaciones intergrupales'.
Moya precisó que, aunque este tipo de violencia tenga a dos individuos como protagonistas (agresor y víctima), 'se están comportando como miembros de un grupo, como hombre y como mujer, porque hay un estereotipo de cómo tienen que relacionarse'.
Por tanto, para Miguel Moya la violencia doméstica no sólo debe tratarse desde un punto de vista 'interpersonal', sino que ha de dársele un enfoque más amplio.
Tomado de terra.es
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