3 de agosto de 2007
Por Anne HardingNUEVA YORK (Reuters Health) - Los sonámbulos rara vez son violentos y no salen a buscar víctimas durante el estado de sueño, señaló un estudio.
Si un sonámbulo se vuelve violento, es porque alguien se interpuso en su camino y no porque sale a buscar un objetivo de violencia premeditada, concluyó un experto en sueño tras analizar la literatura médica y legal publicada sobre 32 casos.
"Los sonámbulos no son intrínsecamente violentos", explicó a Reuters Health el autor principal del estudio, el doctor Mark R. Pressman, del Hospital Lankenau en Wynnewood, Pensilvania.
"La violencia en el sonambulismo es bastante rara", agregó.
Existe una idea generalizada, similar a la que muestran los dibujos animados, de que los sonámbulos se levantan de la cama con un cuchillo y salen a buscar a la persona con la que están enojados.
Pero esta idea carece de sustento científico, señaló el autor. Los sonámbulos funcionan a un nivel muy bajo, en el que las áreas cerebrales responsables de planificar y socializar están apagadas.
"Los casos legales en los que un acusado se despertó para ir supuestamente a buscar a una víctima están muy lejos de tratarse de verdadero sonambulismo", dijo Pressman, que actuó como perito en esos casos.
El autor realizó esta revisión, que fue publicada en la revista Sleep, para probar la hipótesis de que los sonámbulos pueden dañar a las personas que los tocan o están cerca, pero que no atacan espontáneamente.
Durante siglos, señaló el experto, se han publicado casos de actos violentos de sonámbulos y hasta casos de personas acusadas de homicidio que afirmaban que estaban dormidas cuando mataron.
El experto dividió a los casos en tres categorías: sonambulismo; despertar confusional, un estado del sueño idéntico al sonambulismo pero en el que la persona no se levanta de la cama; y terror nocturno, que es un despertar súbito y parcial por un estímulo que genera temor, seguido de sonambulismo.
En todos los casos de despertar confusional, Pressman halló que la víctima de la violencia estaba cerca o tocaba al atacante; lo mismo ocurrió en el 81 por ciento de los casos de terror nocturno y en entre el 40 y el 90 por ciento de los casos de sonambulismo.
"A menudo, la provocación fue mínima y la respuesta, muy exagerada", resumió el investigador.
El sonambulismo ocurre cuando algo "sucede de repente a la noche" pero la persona no se despierta por completo como respuesta, señaló Pressman. "Existe algo que interfiere con el despertar total del sueño", agregó.
La genética participaría en ese proceso, ya que el sonambulismo suele heredarse en las familias. Hasta el 15 por ciento de los chicos son sonámbulos, aunque la mayoría crece alejado de ese trastorno del sueño. Apenas del 1 al 4 por ciento de los adultos es sonámbulo.
El antiguo consejo de que no se debe despertar a un sonámbulo es equivocado, afirmó Pressman, ya que en realidad es muy difícil hacerlo. Lo mejor es hablarle con voz clara, lenguaje muy simple e intentar alejarlo de situaciones peligrosas para que vuelva a la cama.
Y tocarlo y acercarse con cuidado, precisó.
"Existe la posibilidad de que si un sonámbulo es lo suficientemente grande como para lastimarlo y usted lo toma de un brazo y le impide pasar, él pueda responder mal, quizás porque ni siquiera lo reconoce", dijo Pressman.
Tomado de www.buenasalud.com
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