Que estas buscando?

martes, 23 de octubre de 2007

Un segundo amor más exitoso



Expertos exponen las seis claves para volver a formar parejas armoniosas después de un matrimonio fallido

Daniela Mohor W.
El Universal

Hoy son muchos aquellos que tras el dolor de una separación, se atreven a emparejarse nuevamente, y todos tienen que enfrentar una serie de desafíos que no siempre esperan. En una familia mixta conviven con la nueva pareja los hijos del primer matrimonio y del segundo.

Los especialistas en el tema afirman: "En este caso hay que tolerar las distintas historias, hábitos, estilos de vida y pensamientos, y prepararse para los conflictos que de seguro aparecerán. Se encontrarán situaciones mías, nuestras (del matrimonio), nuestras (yo con mis hijos), de ellos, y habrá que construir un `nosotros´ dentro del cual quepa cada miembro de la familia y todos se sientan integrados", explica el doctor Arturo Roizblatt, siquiatra y autor del libro Enfrentar la separación y construir una nueva familia.

Éstas son algunas claves que permiten estar más preparados a la hora de enfrentar esas situaciones.

1. Hacer el duelo de la separación. Para poder construir una nueva relación es importante haber cerrado el capítulo anterior, de manera de no tener expectativas irreales, ni medirla en función de la experiencia pasada. Muchas veces las personas esperan demasiado de su nuevo matrimonio, por lo que hay una menor tolerancia al conflicto y menos capacidad de buscar por todos los medios resolver dificultades. También hay casos en que las personas dicen: "Yo no me volveré a separar pase lo que pase", eso tampoco es lo ideal.

El hecho de que los ex maridos o esposas sean permanentemente fantasmas amenazantes no le hace bien a nadie.

2. Resignarse a ya no ser una familia tradicional. Si la expectativa es armar esta nueva familia y vivir en pareja desde la lógica de que el único ideal bueno es en donde hay dos papás juntos con hijos biológicos, entonces lo más probable es que haya mucho sufrimiento. Pues tanto a la pareja como a los hijos les costará asumir que la familia que tienen puede ser buena y rica y eso es fundamental para crear un sentido de pertenencia y de identidad.

En este contexto, existen dos condiciones ineludibles para no fracasar. La primera es aceptar y querer al otro sin abstraerse del hecho de que es padre o madre de otros hijos.

La segunda condición es la aceptación de la exclusión. En las familias mixtas, los miembros de la pareja deben tener la capacidad de aceptar que los vínculos biológicos y no biológicos no son iguales y tolerar el no estar incluidos en todos los espacios.

3. Respetar los tiempos de cada uno. Esto puede significar que la convivencia se postergue hasta que se haya producido cierta integración de la pareja con los hijos que no son de él o de ella y de los hijos de ambos entre sí.

La tarea de ensamblar ambas familias es larga y requiere de buena voluntad y paciencia. La urgencia lleva a una sensación de frustración, de tarea no lograda.

4. Definir los roles. La clave es no olvidar que no es lo mismo ser padre o madre que padrastro o madrastra. Cada uno tiene su aporte y pueden ser relaciones muy enriquecedoras, pero son diferentes.

Los mejores resultados se obtienen cuando no se ejerce autoridad sobre los hijos ajenos desde un principio, porque así se evitan las situaciones del tipo: "Tú no me mandas".

En un primer tiempo, deben asumir exclusivamente un rol indirecto de apoyo a la pareja. Si el padre o la madre tienen dudas, lo conversan, definen estrategias en conjunto, pero quien las implementa siempre es el padre o la madre biológica. Luego, en la medida en que se va generando confianza y respeto, y se van construyendo lazos afectivos, puede asumir cierto rol de autoridad.

También ayuda que el padrastro o la madrastra colabore. Por ejemplo, si el papá o la mamá no pueden ir por los niños a alguna parte, él o ella pueden ofrecerse a hacerlo.

Es clave evitar hacer críticas a la ex pareja del cónyuge y menos aún en presencia de sus hijos.

5. Más que nunca, cuidar los espacios de pareja. Salir a comer solos una vez a la semana y pasar juntos un fin de semana al mes. Esa receta es fundamental. Normalmente son parejas que, a pesar de todo, tuvieron mucho tiempo solos cuando los hijos de cada uno estaba donde el papá o la mamá. La queja es que tienen menos sexualidad y disfrutan poco juntos, porque están siempre con los hijos.

6. Aclarar lo antes posible los temas económicos. Los especialistas aseguran que se evitan muchos conflictos si los asuntos de pensión alimenticia, así como los del contacto de los hijos con el padre o la madre no custodio, están acordados antes de que uno de los padres se vuelva a emparejar, de lo contrario suelen surgir dificultades.

En esos momentos, dicen los expertos, es importante recordar que estos acuerdos debieran ser entre padres biológicos e involucrar sólo indirectanente a la nueva pareja.

Tomado de www.eluniversal.com.mx

No hay comentarios.: