El investigador en la Clínica de los Transtornos de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas "Salvador Zubirán", Armando Barriguete Meléndez, indicó que en el contexto familiar cohabitan dichos trastornos.
México, D.F.- La anorexia y la bulimia son trastornos alimenticios que afectan a entre uno y cinco por ciento de los universitarios de países desarrollados, 95 por ciento son mujeres y el resto varones que pasan inadvertidos y puede ocasionarles la muerte.
El investigador en la Clínica de los Transtornos de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas "Salvador Zubirán" (INNCMSZ), Armando Barriguete Meléndez, indicó en entrevista que en el contexto familiar cohabitan dichos trastornos.
El también psiquiatra opinó que en los desórdenes alimenticios de los jóvenes también existe una gran influencia de los nuevos modelos femeninos promovidos por la cultura de masas y la moda, aunque ésta por sí misma no propicia el trastorno.
A su vez, la nutrióloga Marcela Palma, también investigadora clínica del INNCMSZ de la Secretaría de Salud (SSA), comentó que la anorexia y la bulimia existen desde la antigüedad, pero hasta ahora se les ha estudiado, tipificado y definido. "Informes evidencian que desde el siglo XIX había personas que se provocaban el vómito después de comer en forma excesiva", refirió.
En 1940, este trastorno se consideró un síndrome y en 1980 la Sociedad Americana de Psiquiatría incluyó a la bulimia en el manual de psiquiatría como una enfermedad diferente a la anorexia", agregó.
Palma dijo que por desgracia en México y en general en América Latina se carece de información estadística sobre el impacto en la población de estos trastornos alimenticios, que afecta más a los jóvenes y en ocasiones a adultos jóvenes de hasta 35 o 40 años.
En Latinoamérica, en particular en México, los estudios estadísticos y epidemiológicos son pocos, pues carecemos de la información sobre la incidencia de los trastornos de la conducta alimentaria, aunque diversos grupos investigan ese fenómeno, añadió.
La palabra bulimia proviene del griego y significa "hambre de buey" y se presenta entre los 18 y 28 años de edad. Al igual que en la anorexia, 95 por ciento de los pacientes son mujeres.
Según datos del Instituto Nacional de Nutrición, en muchos países la frecuencia de la bulimia es mayor que la de la anorexia nerviosa.
En México tampoco se tienen cifras sobre la incidencia de este mal, debido a que aun cuando se han aplicado cuestionarios entre la población de riesgo no se responden con la verdad.
El término "anorexia nervosa" proviene del latín y quiere decir sin apetito, y el adjetivo nervosa expresa su origen psicológico; pero, no es cierto que los jóvenes anoréxicos no sientan hambre, sino que la reprimen por el pavor que tienen a la obesidad.
"Estos jóvenes rechazan mantener un peso corporal por encima de los valores mínimos aceptables para una determinada edad y talla", dijo. "El miedo que experimentan hacia la obesidad los lleva hasta la inanición y a la pérdida progresiva de peso.
Y lo más grave es que no tienen conciencia de su enfermedad", añadió. Marcela Palma explicó que los anoréxicos llegan a perder al menos 15 por ciento de su peso corporal y, en casos extremos, hasta 60 por ciento, lo que puede ser mortal.
El trastorno tiene diversas caras y se clasifica en etapas primaria y secundaria. "En la etapa primaria sólo se tiene un miedo intenso a subir de peso y ésta se caracteriza por dos tipos de padecimientos: la anorexia nervosa restrictiva y la bulimarexia", explicó.
En la primera se elimina el desayuno y disminuyen la ingesta de alimentos para controlar el peso sin llegar a provocarse el vómito o laxarse.
En la bulimarexia se combinan períodos de ayuno con ingestión compulsiva y después vomitan o se aplican purgas y enemas para controlar el peso.
En la etapa secundaria la anorexia nerviosa es consecuencia de alguna enfermedad psiquiátrica como la esquizofrenia o la depresión; en esos casos, dicha enfermedad se debe a una interpretación falsa de la alimentación y no a la búsqueda de pérdida de peso.
Coincidió con el doctor Barriguete Meléndez en que la influencia para estos trastornos es la imagen estética que los jóvenes desean tener para mantener un "buen look", sin pensar que ello puede derivar en una adicción por la delgadez y producir enfermedades.
La especialista destacó que los jóvenes que padecen anorexia o bulimia requieren de un tratamiento integral en el que debe participar un equipo de expertos como nutriólogos, psicoanalistas y médicos o endocrinólogos, además de la familia.
Palma puntualizó que el apoyo familiar es fundamental ya que los aspectos en ese núcleo son muchas veces la causa de la anorexia o bulimia, y recomendó que si algún joven sospecha que padece problemas de este tipo recurra a un centro de salud público o privado.
Tomado de www.milenio.com
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