La autoestima ha sido definida por un sin número especialistas de distintas maneras, aunque todos coinciden en que es un sentimiento de afecto por sí mismo, elemental para el desarrollo y crecimiento personal.
Algunos autores han planteado que "es un respeto silencioso por nosotros mismos"; otros, se han expresado en estos términos:"Es la inmunidad psicológica del ser humano". En este sentido, se enfatiza que constituye una barrera para evitar contraer enfermedades infecto-contagiosas, u otras como el cáncer.
En una ocasión, un psicólogo refirió: "Es un sentimiento a través del cual te rechazas o aceptas, te sientes seguro o inseguro, alegre o triste. Y está relacionado con el triunfo. Las personas con actitudes positivas y un auto concepto fuerte son los que generalmente triunfan en la vida".
En la autoestima existen condiciones influyentes; una de ellas es la opinión de los demás; otra, la educación que se recibe desde el nacimiento.
Las personas que desde la infancia se sienten poco aceptados viven en una situación de crítica constante, es posible que se sientan inseguros, con poca iniciativa y hasta pueden manifestar conductas inadecuadas y ofensivas.
No debemos creer en el determinismo que obliga a pensar que algunas personas "son de baja autoestima", esta cualidad humana es aprendida y por lo tanto puede enseñarse; además, se construye por la propia persona, quien tendrá derecho a tener esta propiedad fortalecida en la medida que trabaje, se sienta útil y pueda ayudar a los demás.
Autoestima también es altruismo, respeto, lealtad, es el afecto propio que se nutre del intercambio interpersonal. La familia es sin duda la primera escuela donde se aprende a tener esta cualidad.
Tomado de www.radiosurco.cu
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