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jueves, 7 de febrero de 2008

¿Depresión o demencia?, no confundir

 
 
 

Por: Pedro Álvarez

La depresión en ancianos tiende a confundirse con demencia debido a que ésta, en etapa inicial, tiene cierta similitud en síntomas.

 
La depresión en ancianos tiende a confundirse con demencia debido a que ésta, en etapa inicial, tiene cierta similitud en síntomas.

Por ello, es indispensable que familiares y personas que están a cargo de los pacientes tomen en cuenta algunas manifestaciones básicas de ambos padecimientos para buscar atención médica específica.

La depresión, usualmente, se manifiesta en forma abrupta, y quienes la sufren se quejan de pérdida de la memoria, en tanto que las personas que padecen demencia le restan importancia a la ausencia de recuerdos.

Sin embargo, es preciso no olvidar que quienes padecen esta última tienen predisposición a presentar cuadros depresivos.

Cuando la tristeza se prolonga Las causas que habitualmente se asocian con depresión se vuelven frecuentes conforme se envejece, ya que las personas dejan de trabajar, disponen de menos dinero, las enfermedades los agobian y pierden a su pareja, a alguien cercano o a su mascota, lo cual los lleva a sentirse solos e inútiles.

Este estado se manifiesta mediante los siguientes síntomas:

* Sentimiento de tristeza o desánimo intenso que se prolonga durante semanas y puede durar años.

* Pérdida de interés e incapacidad para disfrutar de las cosas que generalmente proporcionan placer o satisfacción.

* Fatiga excesiva. * Aumento o disminución del apetito. * Inquietud e irritabilidad. * Aislamiento.

* Dificultad para dormir. * Falta de confianza en sí mismo. * Sentimiento de culpa. * Pensamientos suicidas.

* Normalmente, es la familia o amigos quienes se dan cuenta del cambio más que los propios pacientes, por lo que resulta indispensable acudir al psiquiatra, especialista en salud mental que proporcionará tratamiento con medicamentos antidepresivos y psicoterapia.

Ante todo hay que tener presente que la depresión no es sinónimo de debilidad.

 
Demencia La más frecuente es la enfermedad de Alzheimer, la cual llega a ser ocasionada por cambios en la estructura del cerebro, mismos que pueden presentarse debido a herencia genética, desajuste de las sustancias químicas de dicho órgano o por causas desconocidas; se desarrolla de manera progresiva.

Otra demencia bastante común es la denominada multiinfarto, la cual se genera cuando se sufren problemas de irrigación sanguínea en el cerebro de manera constante; también se manifiesta en forma sucesiva, pero su inicio puede ser más abrupto y es posible que hayan periodos estables más largos de los que suelen haber en Alzheimer.

Los síntomas de ambas incluyen:

* Incapacidad para aprender nueva información y recordar hechos del pasado. * Desajuste del criterio.

* Trastornos en la capacidad de hablar, llevar a cabo las actividades motoras o reconocer objetos.

* Cambio de personalidad. * Incapacidad para trabajar y realizar actividades cotidianas.

Aunque son incurables la enfermedad de Alzheimer y demencia multiinfarto, muchos de los síntomas pueden tratarse o ser controlados para que el paciente pueda permanecer cómodo y funcional el mayor tiempo posible.

No es lo mismo Con el fin de aclarar dudas e inquietudes que normalmente tienen los pacientes y sus familiares sobre depresión y demencia, consideramos importante resaltar las diferencias entre ambos padecimientos: Depresión Demencia Intensa tristeza Estado emocional inestable Sentimiento de culpa Tendencia a culpar a los demás Pérdida de confianza Intolerancia Se mantiene el pensamiento lógico Delirios Mejoría total al seguir tratamiento Mejoría parcial Insomnio Intranquilidad nocturna Capacidad de pedir ayuda Dificultad para buscar ayuda

Como usted puede ver, es indispensable que quede bien clara la diferencia entre estas dos enfermedades, pues es común que a los ancianos con depresión se les ponga la etiqueta de "dementes", o bien, a quienes sufren grave deterioro mental se les suele decir "sólo están tristes, ya se les pasará".

Sin duda, ello retrasa la prescripción de tratamiento adecuado, lo que resta minutos, horas, días, meses y años de vida digna.

Tomado de www.elporvenir.com.mx

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