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jueves, 17 de abril de 2008

La mejor forma de atacar el estrés es asumiendo el problema

 
 

 

Según el especialista José María Blunda, los malos momentos pueden ser tomados como una oportunidad para potenciar los "anticuerpos" que los reviertan.

El año laboral está tomando su ritmo y con él sube la adrenalina en cada trabajador que se expone a permanentes situaciones de crisis en la empresa donde desarrolla su tarea o en su círculo familiar.
Generalmente, se acumulan tensiones que devienen en cambios físicos (contracción muscular, respiración rápida y poco profunda, aumento de la tensión arterial, etc.). Estas, y muchas otras, son respuestas automáticas y naturales del cuerpo, que se predispone a una situación de estrés. En las organizaciones, es muy común que esa patología se exprese ante la falta de comunicación entre aquellas personas que conviven en ellas o por promover la gestión de diferencias, señalan los expertos.
"Es común escuchar que un empleado no está asistiendo o su rendimiento se ha visto afectado porque padece de estrés, una enfermedad producto de una inadecuada interacción entre la persona y su entorno (empresa, sociedad, familia) y/o su mundo interior", señala José María Blunda, experto en Desarrollo y Capacitación de Recursos Humanos.
Si bien el estrés es una enfermedad tan antigua como el hombre, los expertos dicen que ya la padecía el hombre de las cavernas cuando debía salir a buscar alimento o se enfrentaba a los animales de esa época. El término "estrés" empezó a utilizarse en el siglo XV y se ha convertido en una de las enfermedades más recurrentes en la actualidad. "Por este motivo, comprender la naturaleza del estrés y cómo se lo gestiona, puede ser de gran ayuda para cualquier persona, pudiendo pasar de ser una fuente de sufrimiento a una oportunidad de enfrentar esta crisis y salir enriquecido, aprendiendo de ella y generando un valioso crecimiento en el proceso de madurez", indica Blunda.
Ser conscientes de los signos que anuncia el estrés, es el primer paso para enfrentar positivamente esta circunstancia en nuestra vida, puntualiza el experto consultado por LA GACETA. Estas señales pueden ser físicas, mentales, emocionales, espirituales o sociales. Y poder advertirlas será el primer paso para encontrar la solución.

Situaciones cotidianas
Aunque muchos creen que el estrés está causado por lo que les sucede en la vida, el estrés, en un alto porcentaje, es producido por la manera de enfrentar y vivir lo que nos sucede.
Sólo para citar algunos ejemplos, hablar en público, enfrentarse con un superior que está disconforme con nuestro desempeño, reiniciar el diálogo con un ser querido, pueden ser vividos como estresantes para algunos, o pueden ser vistos como fuentes de oportunidades para nuestras vidas, para otros.
"Sin ignorar que la respuesta ante el estrés puede estar influenciada por factores como la educación, el ejemplo o las pautas culturales, estamos en condiciones de afirmar que podemos mejorar sustancialmente nuestra respuesta ante la situación estresante", remarca Blunda.
El especialista acota que no es que el estrés se genere por culpa o por responsabilidad directa del que lo padece, "sino que según como perciba lo que está viviendo (sólo como un problema o como una oportunidad para mejorar las cosas), podrán buscarse las herramientas y recursos necesarios para responder efectivamente y mejorar las consecuencias y efectos".
"Cuando conseguimos usar esa tensión para mejorar nuestra respuesta frente al problema, se abre la posibilidad de hacer un uso positivo del estrés, mejorar continuamente y superar los inevitables problemas que la vida nos depara", finaliza Blunda.

Tomado de www.lagaceta.com.ar

 

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