CASO CARMEN |
PRESENTACION DE UN CASO DE TERAPIA DE RELAJACIÓN A UN ADULTO
Por J. Guitart Baudot Presentación. Carmen viene al centro enviada por su neurólogo para realizar una terapia de relajación psicoterapeutica. Sufre "crisis epilécticas" y es tratada farmacológicamente por su médico Primera entrevista Carmen viene acompañada por su marido de 50 años, su hija de 25 (profesora de instituto) y su hijo de 20 (estudiante de filologia catalana) Durante la entrevista, Carmen se muestra poco habladora pero muy observadora. Es una persona inhibida, excesivamente delgada, que presenta una actitud personal espástica y ciertas dificultades de lenguaje. Esta sintomatologia aparece sobre un transfondo depresivo ya que ella misma expresa su deseo de "desaparecer". Segunda entrevista En la segunda entrevista, Carmen se presenta con su hija. Sigue muy observadora, me examina y me controla. Llora y me expresa que se considera un "peso para todo el mundo", incluso para su madre de 74 años que se reside con ellos. Tercera entrevista Carmen llega con toda su familia (incluída la madre) y acepta el tratamiento de relajación a razón de tres veces por semana. Dice tener fobia a salir sola de su casa, estando necesitada de hacerlo siempre con un acompañante.
DIAGNÓSTICO PSICOMOTOR Carmen presenta: - una epasticidad importante EVOLUCION TERAPÉUTICA El tratamiento de Carmen se desarrolló en cuatro fases sucesivas: Primera fase: (Diciembre 98 - Marzo 99) : Los ejercicios sensorio-motores Durante la primera fase, el tratamiento se centra básicamente en la realización de ejercicios sensorio-motores. Las seiones son de 45 min. y se desarrollan tres veces por semana. El objetivo terapéutico es hacer sentir más su cuerpo y trabajar al unidad y la integridad de su "yo-corporal" a través del desarrollo de sus capacidades sensoriales y perceptivas. De este modo construímos un areferencia estable para su proceso terapéutico. Durante esta etapa el trabajo corporal se realiza de modo segmentario. Manteniendo presente el concepto de totalidad. En la primera parte de esta fase. Carmen esta motrizmente pasiva. Se queja de no tener fuerza en su mano derecha y de cansarse muy rápidamente al escribir. No puede firmar un documento. Empezamos con la realización de ejercicios sensorio-perceptivos en posición sentada: ejercicios táctiles, visuales y sensitivos. El material utilizado son pelotas de tenis, sacos de arena, cañas de bambú, pelotas de espuma, plastilina, etc. En la segunda parte de esta fase empieza a realizar ejercicios sensorio-motores de contracción-relajación descubriendo de este modo paulatinamente su cuerpo. Al final de esta fase, las sesiones se desarrollan en posición estirada y empezamos a explorar su integración corporal. En esa posición tiene ataques aparentemente "epilépticos" pidiéndome que llame a su marido o a su hijo para que vengan antes de que finalice la sesión y salir con ellos de la sala. En esas ocasiones solía tener dificultades para caminar y salía de la consulta pálida. La familia estaba asustada y angustiada Segunda fase: (Abril 99 - Julio 99) Tratamiento de relajación A partir de Abril, el tratamiento se centra en la relajación. Se hacen tres sesiones semanales. Las sesiones se desarrollan en posición estirada. Para estar más cómoda, Carmen suele ponerse un pequeño cojín debajo de la cabeza y uno grande debajo de las rodillas. Le pido que se concentre en una parte de su cuerpo. Al final dejo un tiempo para que pueda verbalizar lo que ha sentido. En una de las sesiones, estando la paciente estirada Carmen grita: "Joëlle, que viene, que viene". Al instante y con brusquedad hago que se siente y empiezo a hacerle preguntas anodinas pero concretas (a qué hora se acostó la noche anterior, qué ha desayunado esta mañanna, etc.) Estas preguntas le distraende este modo la llegada de la "crisis". Esta escena se repite en más sesiones posteriores. Después de un intercambio de opiniones con el neurólogo, éste aconseja a la paciente visitar a un psiquiatra. De este modo se confirma lo que suponía: Carmen no era epiléptica sino que tenía crisis de histéria. El neurólogo disminuyó los medicamentos. Tercera fase: (Septiembre 99 - Julio 00): Tratamiento de la relajación psicoterapéutica A partir de septiembre, Carmen empieza a venir sola pero sigue pidiendo a su familia que la vengan a buscar. Las sesiones siguen tres veces por semana, en posición estirada y ojos cerrados. Seguimos trabajando su esquema corporal, su integración corporal, y empezamos a interesarnos en el espacio exterior (noción de distancia). A menudo sonrie. Al final de cada relajación, Carmen habla cada vez de sus dificultades. Con cierto odio y violencia se queja de las numerosas discusiones existentes entre su marido y su hija, de la excesiva autoridad de su madre, que le impide entrar en la cocina, etc. Todo se lo quita - según sus palabras - "parte de su vida. También me habla de sus diferentes miedos (ir al mercado sola o coger un ascensor sola) y de su falta de seguridad y confianza en si misma. Una vez al mes su marido y ella se reunen con amigos para jugar a las cartas. Carmen se siente incapaz de participar limitándose a mirarlos. Cuarta fase: (Septiembre 00 - Diciembre 00): Toma de conciencia de su enfermedad y de su posterior curación a través de la relajación psicoterapéutica. Durante esta cuarta y última fase, Carmen viene y se va sola. A través de la relajació y de la verbalización toma conciencia de cómo se sentía durante estos últimos años: sola, cada vez más inválida, con mayores dificultades para concentrarse, memorizar y reflexionar. "No podía ni leer ni escribir, ni responder al teléfono" dice. Se da cuenta de hasta qué punto tenía necesidad de que se ocupasen de ella, de ser el centro de atención y de preocupación de toda la familia, de la angustia que generaban sus ataques de epilepsia, su tristeza y sus deseos de morir. Al final del tratamiento, Carmen ya sólo toma un ligero antidepresivo. Ella misma dice: "Ahora existo, ya no estoy desorientada; por fín se quién soy". Elaboramos la separación terapéutica. Se ha inscrito recientemente en un club de natación y ha retomado su trabajo. Su rigidez corporal ha desaparecido y vuelve a tener confianza en sí misma. Su lenguaje es mucho más armónico y fluido. Carmen ha recuperado su autonomía, ese "trozo de vida que l,e había sido quitada por su enfermedad". Ha recuperado su Yo corporal, mental y emocional. Ha recuperado lo que ella denominó "ganas de vivir". |
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martes, 8 de mayo de 2007
Caso de Terapia de Relajacion
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