CASO DIEGO |
PRESENTACIÓN DE UN CASO DE TERAPIA PSICOMOTRIZ
Por J. Guitart Baudot Presentación. DIEGO nació el 6 de enero de 1989. Tiene, pues, siete arios cuando sus padres se presentan, el 12 de enero de 1996, en la consulta. Vienen por consejo de la escuela y aducen' dificultades escolares y de expresión verbal. Entrevista con los padres. El embarazo y el parto se desarrollaron sin dificultades. El desarrollo psicomotor ha sido normal: aguantaba la cabeza erguida a los tres meses, comenzó a mantenerse sentado a los seis y a caminar al año. El control esfinteriano se produjo con retraso ya que "hasta el año pasado Diego mojaba la cama casi cada noche", como afirma su madre. No le gustan los deportes, es muy patoso jugando a la pelota y tiene miedo a montar en bicicleta y a la piscina, aunque sabe nadar. Diego es muy reservado, incluso con sus padres, y muy afectuoso. Le cuesta mucho separarse de su familia, como se demostró en junio de 1995, cuando fue a un campamento; la experiencia resultó muy negativa. Empezó a ir a una guardería a los tres años, pero con mucha dificultad: lloros, vómitos. Todavía chupa el pulgar. La relación con su hermana parece buena: juega bastante con ella. Está muy apegado a su madre y siente temor ante su padre. En el preescolar, Diego empezó a mostrar dificultades para los ejercicios manuales. Actualmente está en 2.0 curso de E.G.B. y probablemente tendrá que repetir. El padre tiene mucho interés en que pase a 3º Los padres traen un informe del psicólogo de la escuela y una nota de la maestra. Informe psicológico. En el informe psicológico, fechado en diciembre de 1995, se observan los siguientes resultados: · Su C.I. es de 103 (W.T.S.C.). En la realización de las pruebas se observa un bloqueo en la expresión verbal y en los dibujos. · Presenta un retraso en el vocabulario de más de un año y dificultades psicomotrices que aparecen en el Bender . · En las pruebas de personalidad manifestó un gran afecto por su rnadre y un rápido cansancio en las relaciones con los demás. · Se aconseja una reeducación psicomotriz con el fin de trabajar las dificultades en este campo y obtener una mejor adaptación escolar. Nota de la maestra. "Diego no sigue el ritmo de la clase. Es muy distraído y muy pasivo. Presenta importantes dificultades en lectura y escritura. Busca el contacto con los adultos o con niños de clases inferiores. En clase está triste y replegado en sí mismo." Entrevista con el niño Diego entra con la cabeza hundida en los hombros. Es un niño más bien delgado y pálido. Sonríe poco. Sabe por qué viene a verme: "Porque no leo muy bien y no tengo una letra bonita, y si sigo así no pasaré a 3º" Le explico que al día siguiente haremos unas pruebas psicomotoras. Está de acuerdo y en el curso de la entrevista se le nota que pide ayuda. Balance psicomotor realizado el 13 de enero de 1996
Conclusión El cuadro descrito muestra que la terapia individual por mediación corporal es la más adecuada para Diego. Decidimos, pues, iniciarla y llevarla adelante con una frecuencia de dos veces por semana.El alto grado de inhibición, inseguridad y desconfianza hacen que antes de tratar los puntos de repercusión escolar, me centre en crear un clima de relajamiento y confianza. Habré, pues, de adaptarme a su realidad para luego poder lograr que él se adapte a la realidad de las sesiones y del mundo exterior. Con este criterio inicio las sesiones, en base a juegos, buscando los que más Ie interesa y le permita desbloquear mínimamente su espontaneidad. A los juegos que acepta les incorporo elementos de tratamiento psicomotor: equilibrio, coordinación, ritmo, etc. EVOLUCIÓN Dividiré la evolución del tratamiento en tres períodos:
Indicaré los momentos o cuestiones que me parecen más destacables, ya que hubo periodos muy interesantes y sin una selección de los elementos el estudio resultaría excesivamente largo. Periodo I, de febrero a junio de 1996 Febrero 96 Cuando estamos en la sala de reeducación se queda inmovilizado, no toma ninguna iniciativa y se muerde las uñas; esto lo hará durante mucho tiempo. En la primera sesión conocemos el material y Diego guarda la actitud descrita. Le cuesta mucho reproducir el toque de tambor que previamente yo realizo. Advierto que sonríe si golpeo fuerte pero es incapaz de hacer lo mismo. Ante un juego sencillo, consistente en lanzar un aro de goma, se bloquea. Durante todo este mes, Diego mantiene la misma actitud replegada. No puede mover su cuerpo y, si alguna vez lo hace es con muy poca amplitud. Es incapaz de coger una pelota. Parece que su cuerpo le es extraño. Frente a cualquier petición se bloquea y queda inmóvil.
Marzo 96 Durante este mes se aprecia en su rostro algo más de expresividad, parece menos angustiado y más contento de acudir a las sesiones, aunque mantiene su actitud inhibida y no habla. A fin de lograr una situación en la que Diego se sienta más seguro y así obtener el nivel necesario de comunicación, renuncio a hacerle preguntas, evito la solicitación verbal y le propongo juegos muy sencillos.
Cita con los padres. La madre acude sola a la visita. Comenta que Diego viene muy a gusto pero que en el colegio continúa con las mismas dificultades. Abril 96 La tónica es parecida a la anterior. Se encierra a menudo en una sola actividad durante toda la sesión. Una de sus actividades consiste en golpear una pelota con una paleta de ping-pong. Lo hace con gran intensidad y se le oyen cada vez más risas y más ruidosas. Otra de las actividades que le gusta realizar consiste en saltar con los pies juntos de un aro a otro (están distribuidos en círculo por el suelo): cada vez salta con más rapidez sin cuidar la corrección de la coordinación motriz. Comunicación telefónica con la maestra: no se observa un gran cambio. Mayo 96 En conjunto, a Diego le agradan las actividades dinámicas y no le atraen tanto los ejercicios de mesa: rompecabezas, dibujo, adhesivos. Las actividades dinámicas le permiten esas risas que son verdaderas descargas de tensión. Trabajamos, siempre sobre las bases de la espontaneidad y el juego. La noción de espacio, ritmo y tiempo. En este trabajo se distrae bastante, le cuesta mucho y Ie crea una cierta ansiedad. En los juegos dinámicos trabajamos el equilibrio dinámico y la coordinación general. Es incapaz de realizar los ejercicios dc relajación en posición acostado: sólo los puede hacer sentado y después de ejercicios dinámicos. Junio 96 Diego sonríe más y se le nota más alegre. Sus movimientos son más amplios. Durante este mes seguimos con los ejercicios dinámicos: pasar por debajo dcl banco y después por encima (bocabajo, de espaldas); saltar por encima de una cuerda que se mueva como una serpiente. Este ejercicio Ie gusta y le provoca gritos y risas muy explosivas. Empezamos a trabajar la orientación espacial: con un aro en el suelo, según distintas consignas ha de saltar con los dos pies juntos, con el derecho o el izquierdo, adelante o atrás, a la derecha o a la izquierda. Julio 96 Diego dibuja en el suelo un conejo y una zanahoria. A partir de ahí, le propongo un juego, a modo de escondite, en el que uno de nosotros hace de conejo y el otro de zanahoria. Por primera vez se ríe con mucha fuerza durante el juego. Comenta que tiene más amigas en la clase y que el otro día le aceptaron para jugar a la pelota. Diego acepta dibujar un señor en el suelo. Le faltan las manos y hay una desproporción entre la cabeza y el cuerpo. Entrevista con la maestra: la maestra observa que Diego participa más en la clase y está menos pasivo e inhibido. Tras un fracaso o dificultad, se sigue bloqueando. Necesita mucho ser estimulado y duda si habrá de hacerle repetir el curso. La escritura ha mejorado y el profesor de natación ha observado una mejor coordinación en sus movimientos.
Septiembre 96 Se ve a Diego menos inhibido. Posee mayor movilidad corporal, se anima mucho en los juegos dinámicos y ahora ríe sin retenerse. La expresión oral todavía le resulta muy difícil. En la primera sesión hizo relajación sentado y al final acostado con los ojos abiertos. Cerrarlos, le crea bastante inquietud. Jugamos a lanzar unas pelotas de papel dentro de una cesta. Esto facilita pasar a ponérnoslas encima de la cabeza y hacer equilibrio sobre un pie. Ríe mucho cuando cae la pelota. De este modo le iniciamos en una toma de conciencia del cuerpo a través de la búsqueda del equilibrio. Nos ponemos un aro de goma encima de la cabeza y andamos lentamente evitando que se caiga. Luego subimos y bajamos del banco o de una silla, nos ponemos de rodillas, nos sentamos, nos balanceamos de derecha a izquierda y de delante a atrás, procurando siempre que no se caiga el aro. Siguiendo con el aro en la cabeza ponemos una música de marcha. Uno se mueve según el ritmo de la música y el otro ha de imitarlo. Una última fase aporta un elemento nuevo a nuestra comunicación: propongo que nos balanceemos, fijos en el mismo sitio, siguiendo la música, luego dándonos las manos y después cogiéndonos por los hombros. Diego acepta este contacto corporal y se deja invadir por el ritmo. Parece estar contento y agradarle mucho este ejercicio. Octubre 96 Le pregunto mientras jugamos, en qué trabaja su papá y me contesta que es comerciante. Esto me sugiere que juguemos a que el sea el vendedor y yo la compradora. Esta sesión fue importante ya que le permitió expresar sus afectos a través del lenguaje vendedor-comprador. Por primera vez Diego habla un poco, expresa verbalmente frases muy cortas: "¿Qué desea. señora'?", como hay, o, "sí hay", "son cien pesetas". Conversación con la maestra. Es la misma maestra del curso pasado y ésta es una de las razones por las que Diego pasó a tercer curso. Comenta que Diego está cambiando mucho de comportamiento: juega con los niños de su edad, se ríe mucho, presta más atención en las clases, realiza las tareas con menos lentitud, pero los resultados escolares son aún deficientes. Entrevista con la madre. Evidentemente están muy satisfechos de que Diego haya pasado de curso. La madre señala que Diego está menos pegado a ella, no mira tanto la TV, está más activo y se chupa menos el pulgar. Noviembre 96 A partir de este mes se produce una evolución constante de Diego, sobre todo a nivel de comportamiento, aunque los juegos son todavía un componente importante de las sesiones. Tengo que seguir adaptándome mucho al momento sin poder llevar a cabo sesiones preparadas. Los juegos preferidos de Diego son: arrojarnos con fuerza la pelota tratando de alcanzarnos; juego del colchón, consistente en que poniéndose él encima del colchón, yo he de arrastrarlo; cogiéndonos de las manos, empujamos con fuerza intentando hacer caer uno al otro. Diciembre 96 A veces acepta los ejercicios que le propongo aunque lo hace sin gran entusiasmo. De todos modos, no se bloquea como lo hacía antes. Aprovecho esos momentos para trabajar el esquema corporal, la organización perspectiva y la atención. Utilizo el espejo para algunos ejercicios sobre el esquema corporal. Diego se coloca frente al espejo y menciona las distintas partes dcl cuerpo que le toco incluyendo la noción derecha-izquierda; o se toca él mismo mencionando del mismo modo. Después de los ejercicios con el espejo, se tiende sobre el colchón con los ojos abiertos (alguna vez lo hace con los ojos cerrados) y levanta la parte del cuerpo que le menciono. En la fase actual Diego realiza mejor la relajación. Ésta consiste en levantar y dejar caer una mano, luego la otra, y del mismo modo los antebrazos, brazos, pierna y pie. Al controlarlo se le nota más relajado excepto a nivel de los hombros y de nuca que siguen bastante tensos. Inicialmente trabajamos el esquema corporal por medio del dibujo, la pintura y la plastilina. Algunos ejercicios de organización perceptiva se realizan a través de material psicopedagógico, rompecabezas, copia de una figura dibujada en una hoja cuadriculada, atendiendo al número de cuadros que recorre cada segmento del dibujo. En los ejercicios de atención he de introducir un componente dinámico a fin de que Diego los pueda seguir. Ejemplo: hago un gesto y lo menciono; si lo que hago corresponde ciertamente a lo que digo, él ha de imitarme (correspondencia de espejo). Las imitaciones de correspondencia de verdad se pueden introducir a partir de los ocho años. Es por ello que en este caso no lo hago. Enero 97 Continuamos los juegos de pelota, arrastre de colchón, escondites, pero Diego se adapta cada vez más a las sesiones que le propongo. Durante este mes se trabajan los elementos anteriormente mencionados y la noción de ritmo. Veamos, como ilustrativa, la última sesión de enero.
Después de este ejercicio que ha exigido una atención bastante sostenida, hacemos un ejercicio derivativo como saltar a la cuerda o bailar al ritmo de una música tipo jazz. Luego, Diego ha de expresar con pintura lo que ha sentido con esa música. A veces lo expresa con sonidos y gritos. Terminamos la sesión con relajación acostado. El desbloqueo verbal se va intensificando. Balance psicomotor. A finales de enero se realiza otro balance. Se observa una gran mejoría en el área motriz que ya corresponde al nivel de 7 a 7 años y medio. Diego tiene 8 años. En las áreas de estructuración temporoespacial y organización perceptiva hace progresos que Ie sitúan al nivel de 6 años y medio a 7 años. La integración del esquema corporal está también mucho mejor. La orientación derecha izquierda sobre sí mismo está bien integrada y corresponde al nivel de 7 años; cuando es sobre los demás, continúa con bastantes dudas, lo cual es lógico ya que es una noción que se adquiere a los 8 años. El dibujo de la figura humana la presenta más proporcionada y sin faltarle las manos. Su lateralidad es actualmente homogénea: diestro de manos, ojos y pies. En su tensión neuromuscular se observa una ligera hipertonía. El comienzo de actuación sobre las áreas de estructuración temporoespacial y organización perceptiva se reflejan pronto en la aparición de mejoras escolares, sobre todo en lo que hace referencia a la Iectura. El nivel de seguridad y confianza han permitido ir introduciendo mayor selección en los ejercicios y aplicación en su ejecución. Esta línea ha de continuar progresando. Entrevista con los padres, Los padres encuentran a Diego muy cambiado, incluso contestón. Está invitado a menudo a las casas de sus compañeros de colegio. Los resultados escolares son mejores. Diego logra seguir, aunque con estrechez, el ritmo de la clase. Entrevista con la maestra. Encuentra a Diego mucho mejor. Su escritura ha mejorado y la lectura es más rápida. A veces contesta oralmente a preguntas de la maestra. Ya no está tan pegado a los adultos.
Periodo III: de febrero a junio de 1997 Febrero 97 Diego sigue bastante bien el ritmo de la sesión. En las actividades de juego busca aquellos en los que se produce una proximidad física o juegos en que pueda emitir sonidos. Le gusta el tobogán (con el banco apoyado en la espaldera). A veces le gusta que le empuje, otras veces se deja deslizar solo. Le atrae el juego de la casa: construye una casa con colchones, se pone dentro y emite con mucha fuerza sonidos o frases ininteligibles. Le gusta también el del eco de la montaña: se pone debajo de los colchones y cuando yo emito un sonido, él lo vuelve a repetir. Marzo 97 Seguimos trabajando el área motriz, esquema corporal, orientación derecha-izquierda, ritmo, con hincapié en la estructuración espacial y la organización perceptiva. Descripción de una sesión en la que Diego participó con mucho entusiasmo:
Julio 97 Resultados del balance psicomotor. En el momento de realizarlo Diego tiene ocho años y seis meses. A nivel motor está a la altura de su edad. La estructuración temporoespacial y la adquisición del esquema corporal con orientación D-I corresponde a un nivel de ocho años. En organización perceptiva, los resultados del Bender ofrecen un nivel de 8 años y medio. Su lateralidad es homogéna y la tensión neuromuscular es de una ligera hipertonía. En la realización de estas pruebas, Diego se mostró alegre y comunicativo. 3. CONCLUSIÓN Al comienzo de la reeducación, Diego se presentó como un niño inhibido. Un estado de tensión psíquica y física le bloqueaba el lenguaje, el pensamiento y el cuerpo. Estaba hundido en su angustia. Como descarga a esta tensión emocional, Diego utilizaba las risas, los gritos, los sonidos fuertes. Se descargaba también por una necesidad de oposición (sobre todo en su familia). Hay que entender esta necesidad de oposición como algo que se debate por obtener la diferenciación del Yo frente al mundo externo. Después Diego entró en otra etapa en la que se produjo el desbloqueo verbal y la aceptación a seguir el ritmo de clase que se le proponía. Diego necesitó revivir los estadios más precoces del desarrollo psicomotor, ejercer sus posibilidades motoras, tomar conciencia de su unidad corporal, vivir muchas situaciones de juego a través de las cuales podría establecer una relación de seguridad con el terapeuta, integrar progresivamente las experiencias vividas en un clima valorizante y gratificante. Tres meses después de finalizada la terapia psicomotriz, realizé una entrevista con la psicóloga. Las conclusiones dadas fueron las siguientes:
Todo el trabajo de la terapia psicomotriz ha permitido que Diego se readapte escolarmente y reencuentre |
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martes, 8 de mayo de 2007
Caso de terapia Psicomotriz
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