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lunes, 17 de marzo de 2008

Comparaciones entre los hijos causan daño

 
 Preferencias de parte de los padres

 

• En ocasiones, los padres tienen mayor afinidad con algunos hijos que con otros y pueden caer en preferencias que dañan la autoestima y generan rivalidades entre hermanos

Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr

Las comparaciones siempre son negativas, sin embargo, algunos padres de familia caen en el error de comparar a sus hijos sin pensar en que están dañando la autoestima de alguno y creando rivalidades entre los hermanos.

Si bien es cierto los padres pueden tener mayor afinidad con alguno de sus hijos que con otros, no es conveniente que tengan preferencias marcadas y menos aún, que hagan comparaciones entre uno y otro pues con esto solo destruyen la armonía familiar.

Es importante que los padres tengan en cuenta que todos sus hijos son distintos y que tienen habilidades y defectos como cualquier otra persona y que el amor por ellos no puede ser más o menos dependiendo de lo bien o lo mal que se porten, o de lo bien o mal que les vaya en la escuela o el colegio.

Estas preferencias que puedan existir no solo perjudican la salud emocional de los que son rechazados por sus padres, sino que también afecta al hijo preferido pues creará que todo el mundo debe girar alrededor de ellos lo cual podría generarle conflictos en diferentes áreas de su vida.

Equilibrio

La psicóloga Gladys Brenes dijo que es difícil mantener el equilibrio pero sí es lo más sano para todo el seno familiar porque los miembros se sienten queridos y aceptados sin importar quien es mejor o quien no.

"El que no es aceptado se sentirá rechazado, crecerá pensando que la situación es injusta por ello vivirá con resentimientos por no ser amado, el otro hijos predilecto adquirirá una sensación de poder o dominio, él también se verá afectado porque buscará ser tratado en todos los lugares como lo hace su familia", dijo Brenes.

La especialista recomendó a los padres analizar muy bien la situación y revisar qué es lo que les despierta esa actitud tan dañina, también es importante que escuchen a sus hijos sobre como se sienten, siempre deben ser neutrales y objetivos y nunca hacer comparaciones.

"La mayoría de los casos el hijo preferido se ajusta a las expectativas de los padres, no así el otro, también hay papás y mamás que castigan con rechazo y oprimen su amor y otros quienes ven en los hijos un reflejo de ellos mismos pues son más parecidos a como son, cuando es un espejo de cosas buenas lo acojo y cuando no, lo rechazo", afirmó.

Negativas

En criterio del psicólogo, Erick Quesada, las preferencias y comparaciones siempre son dañinas y coincidió con Brenes en que afecta no solo a los hijos rechazados sino también a los que son los preferidos pues ninguna de las dos actitudes son correctas.

"Los rechazados sienten menos capaces, les afecta su autoestima, piensan que son menos inteligentes o hábiles. Cada hijo tiene sus particularidades y los padres deben aprender a respetar la individualidad de cada cual", indicó Quesada.

Uno de los mayores problemas que esta situación genera es la rivalidad entre los hermanos, la cual puede perdurar por toda la vida, incluso en la adultez lo cual daña las relaciones entre la familia, provocan dolor, celo y resentimiento, incluso, la preferencia puede ser tal, que prefieren a los nietos de uno y rechacen a los del otro.

"Es muy común que los padres proyecten sobre sus hijos sus propios deseos y prioridades, pero cuando esperan algo del hijo ya lo están condicionando y están interfiriendo en la personalidad del niño, cuando uno es el preferido ven en él lo que ellos quisieron ser, por eso le dan más preferencia pero el error es depositar en los hijos las propias expectativas de los padres", manifestó Quesada.

Origen

Otra de las razones por las que ocurre esta dolorosa situación es porque a veces uno de los hijos nació en un mal momento de la pareja, tal vez una crisis entre ellos o una crisis económica por lo que el embarazo trajo consigo tensiones, preocupaciones y conflictos, es decir, nacieron bajo un clima adverso y por ello reciben un trato diferencial con respecto a los otros.

El manejo que se hace de esta situación es difícil, si se trata de niños es complicado para ellos entender lo que ocurre pero sí sienten el rechazo de sus padres.

Cuando son más grandecitos o adultos es necesario reforzar en ellos la autoestima, hacerles ver que son valiosos, que tienen fortalezas y debilidades como cualquier persona y que no se debe sentir ni mejor ni peor que nadie.

"Lo idóneo es trabajar con la familia y sobre todo las acciones incorrectas que los padres están cometiendo, se requiere una intervención para que los hijos superen ese fuerte impacto que han vivido porque se crea una distorsión", agregó el especialista.

Tomado de www.prensalibre.co.cr

 

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