Encuadrada en el movimiento de la Psicología Humanista, la Terapia Gestalt comparte con dicho movimiento la visión esperanzada del ser humano que tiende a su autorrealización, no como individuo patologizado sino con recursos saludables para su desarrollo óptimo en el aquí y ahora: un tiempo presente y puntual, despojado de absolutos e inmerso en una situación interrelacional con los otros y con el mundo.
un tiempo presente y puntual, despojado de absolutos e inmerso en una situación interrelacional con los otros y con el mundo.
La Terapia Gestalt, más que una teoría de la psiquis, es un eficaz abordaje terapéutico y una filosofía de vida que prima la conciencia (awareness, darse cuenta), la propia responsabilidad de los procesos en curso y la fe en la sabiduría intrínseca del organismo (la persona total que somos) para auto-regularse de forma adecuada con un medio cambiante.
Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos... y requiere del terapeuta un uso de sí como instrumento (emocional, corporal, intelectual) que transmita una determinada actitud vital en vez de practicar únicamente una técnica útil contra la neurosis.
En la historia de la Gestalt norteamericana ha habido dos corrientes, a veces más contrapuestas de lo deseable: la llamada
Gestalt de la Costa Este (New York, Cleveland), más interesada en la sistematización teórica, y la de la
Costa Oeste (Esalen, California) que, en palabras de Claudio Naranjo, define la Gestalt como un intuicionismo que se reconoce como tal.
Ambas están representadas en España: la primera, por Celedonio Castanedo en Madrid y, a través de Jean-Marie Robine, en Valencia, y la segunda en el resto del país, ya que los introductores más significativos de la Gestalt en España corresponden a esta corriente: Rony Felton en los principios barceloneses, Adriana Schnake y Claudio Naranjo en Madrid y otros lugares.
La psicología de la gestalt se transforma en Psicoterapia cuando F. Perls introduce el concepto de motivación.
Hay tres premisas que fundamentan la Gestalt como una terapia con sus aplicaciones en el campo de la Psicología Clínica.
La primera premisa es el darse cuenta, que tiene que ver con el "qué" y el "cómo" de la conducta y no con el "porqué". Sólo cuando el individuo se da cuenta de lo que hace y de cómo lo hace podrá cambiar su conducta. Esto introduce un cambio sustancial en el modo de concebir al paciente, el cual pasa de echar la culpa de lo que le sucede a algo o alguien externo a hacerse responsable de sus conductas y de sus consecuencias.
La segunda es la homeostasis, que Perls identificó con autorregulación organísmica y lo definió como el proceso mediante el cual el organismo interactúa con el ambiente para mantener el equilibrio.
La tercera es el contacto, que ya va implícito en la anterior premisa de homeostasis. El contacto es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo del ser humano.
La salud y la enfermedad vendrán determinadas, pues, por una alteración en cualquiera de estas tres expresiones del ser humano.
A partir de esa concepción, la persona que asiste a terapia ya no es un enfermo irrecuperable y la enfermedad no es una fijación en una etapa infantil -como lo era para el Psicoanálisis- o una mera conducta observable -como lo era para las terapias conductuales-, sino un desajuste en el intercambio con el ambiente.
Los objetivos de la Terapia Gestalt son:
1)- Pasar del apoyo externo al autoapoyo.
2)- Aprender a darse cuenta de lo que hace y cómo lo hace (auto-responsabilidad).
3)- Lograr la mayor integración posible, ya que esto facilita el crecimiento y desarrollo del individuo.
4)- Fomentar en el paciente una actitud activa y responsable que le permita aprender a observar sus conductas y a experimentar otras nuevas.
Hay mucho de novedoso en la Terapia Gestalt y en su abordaje desde la práctica clínica. A saber:
1. Concepto de "paciente" como persona que viene a terapia en contraposición con el "enfermo incurable".
2. La cualidad del terapeuta como el que "enseña a aprender".
3. El proceso terapéutico como experiencia de contacto esencialmente fenomenológico.
En cuanto al primer punto, la persona es tratada como una totalidad y es co- responsable del proceso terapéutico; es por eso que ha de ser particularmente activo y capaz de descubrir y lograr sus objetivos a través de sus propios esfuerzos.
En cuanto al segundo, un terapeuta gestáltico:
No interpreta, no condiciona ni descondiciona: acompaña. Atiende a la conducta, no a los mentalismos. Atiende al darse cuenta y no a preguntas especulativas; al aquí y ahora en lugar del allá y entonces.
Tiene un estilo directo y activo en el trabajo terapéutico y una preocupación por crear una relación horizontal. Paciente y terapeuta son dos personas embarcadas en una tarea en la que el foco de atención es el paciente; no se fomenta la dualidad de que el sano es el terapeuta y el enfermo el paciente.
El uso del terapeuta como herramienta de cambio, el que apoya lo genuino y confronta lo neurótico del paciente. Sus devoluciones oscilan entre el apoyo y la frustración.
Por último, un terapeuta gestáltico no le dice al paciente lo que ha descubierto acerca de él, sino que le enseña a aprender acerca de sí mismo.
En lo que se refiere al proceso terapéutico, éste no es un producto terminado sino que ha generado una persona que ha aprendido a desarrollar el "darse cuenta" que necesita para solucionar sus propios problemas. El criterio de éxito no es la aceptación social, sino el incremento de la capacidad de darse cuenta del paciente, que se ve reflejado en un aumento y recuperación de su vitalidad y en una conducta más integrada de acuerdo a sus necesidades esenciales y a sus posibilidades.
La última aportación a la que quiero referirme está contenida en una frase de Perls: "La Terapia Gestalt es algo demasiado bueno como para acotarlo exclusivamente a los neuróticos".
Una granja gestaltica
Se trabaja con sueños, conflictos personales, enfermedades, polaridades, problemas de parejas, etc.
existen diversas actividades a escoger, paseos, leer, mirar las estrellas... o cualquier actividad que surja de la propia dinámica de grupo, y sobre todo, disfrutar el momento.
Esta pretende ser una alternativa más humana de salud a las clínicas tradicionales. Donde se da prioridad al trabajo psicoterapéutico y al entorno abierto de la naturaleza, en contra posición a los fármacos y a una habitación con enfermera. En estas estadías se puede realizar además de la psicoterapia; meditaciones, trabajo de huerta y carpintería. La duración de éstas depende de la necesidad y posibilidades de cada persona, desde un día hasta meses...
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