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lunes, 11 de junio de 2007

Aquejan estrés y depresión a alumnos

09 Junio 2007
Ramón Chaparro
El Diario


El estrés y la depresión están causando daños severos en las vidas de los adolescentes que estudian, y que aunados a los problemas de anorexia y bulimia, generan un comportamiento autodestructivo derivado de un trastorno de ansiedad que los puede llevar a hacerse daño.

De acuerdo con el Programa de Salud Mental de los Servicios Estatales de Salud (SES), en un diagnóstico realizado por el personal de la dependencia se encontró que los jóvenes manifiestan trastornos emocionales que van de lo normal a lo grave.

En el más reciente estudio realizado por las autoridades de salud mental aquí, se estableció mediante una encuesta realizada con estudiantes de secundaria y preparatoria que los jóvenes presentan estrés, depresión, alto riesgo de suicidios, así como anorexia y bulimia.

La investigación, que fue hecha en seis escuelas de la localidad, encontró que el 60 por ciento de la comunidad estudiantil de estos planteles registra niveles de estrés, un 35 por ciento de los educandos tiene conductas y pensamientos suicidas y un cinco por ciento presenta problemas de alimentación por cuestiones estéticas.

Brenda Ibarra Arroyo, directora del Programa de Salud Mental de los SES en Ciudad Juárez, indicó que en este tema la población más afectada es la adolescencia.

Se ha encontrado en las encuestas que se han levantado que muchos de los escolares van "por un caminito" que no es el adecuado, refirió.

"Tienen una personalidad disfuncional debido a que se genera un trastorno emocional que puede acabar con un tratamiento psiquiátrico, lo que indica que la persona no le va a ser útil a la sociedad, sino una carga", agregó.

Este tipo de estudiantes puede llegar a tener muy bajas calificaciones, pero también existen otros que por obsesiones compulsivas saquen las mejores notas académicas.

Mencionó que como característica este tipo de personas generan conflictos y poca capacidad de relacionarse.

Se trata de un "foco rojo" que alerta no solamente a las autoridades, sino a los padres de familia, porque es ahí donde se pueden encontrar soluciones, tan solo con un poco de atención. Si ven cambios drásticos en los hábitos alimenticios y del sueño, son síntomas de un trastorno emocional que puede terminar en un suicidio.

Héctor Puertas Rincones, director de los Servicios Estatales de Salud, dijo que la encuesta se aplica a través de un formato preestablecido con un cuestionario. En las preguntas que se aplican se han obtenido respuestas que han ido cambiando los patrones que hasta hace algunos años reflejaban el problema de depresión.

Explicó que antes era muy común leer expresiones como "me quiero morir" o "quisiera irme", ahora se escuchan frases como la de "quisiera dormir por mucho tiempo y no saber de nadie".

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