Por: Laura Toribio y Karina Álvarez 17/06/2007 Padre sólo uno. O muchos. A veces cualquiera que acepte el papel. Porque a falta de una figura paterna, los niños no dudan en adoptar la suya allí donde la encuentran. Padres pueden ser los abuelos, tíos, primos, hermanos o amigos de la madre, quienes desempeñan ese rol cuando aquel que procreó no está presente. Y hasta donde las cifras nos informan, son más de los que pensamos. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), uno de cada tres niños crece sin padre. De los 21.8 millones de padres que hay en México, únicamente 20 por ciento está en contacto cotidiano con sus hijos y tres de cada diez sólo temporalmente -por las noches o los fines de semana-. En contraste, casi 24 por ciento de los niños son criados por sus abuelos. Todo anuncia que la crisis de la paternidad ha llegado: el papel de los padres y los lindes de sus responsabilidades se difuminan en una sociedad donde cada día son más las mujeres que se arriesgan a asumir el doble papel de madre y padre y, además, la resposabilidad económica que ello implica. Los divorcios, la reproducción asistida y la percepción acostumbrada de que el hombre solamente es el proveedor han contribuido a desdibujar el papel que los padres desempeñan en una familia. El Conapo argumenta que "los roles asignados a la paternidad no son estáticos y el papel de padre es redefinido a partir de cambios en las relaciones entre hombre y mujer, generados, entre otras cosas, por la creciente libertad para decidir cuándo y cuántos hijos tener, mayores niveles educativos y la mayor participación de las mujeres en la actividad económica remunerada". Cierto que cada día son más las familias desintegradas, disfuncionales, dicen los especialistas. Pero en el sano desarrollo emocional de un niño siempre es recomendable manenter el contacto con una figura paterna, que no necesariamente debe ser el padre biológico; puede ser cualquier hombre que cumpla ese rol, consideran los expertos entrevistados por Excélsior, para quienes la presencia de un hombre en la familia sigue siendo imprescindible y su papel, muy importante en el desarrollo del niño. "La función paterna es indispensable para el desarrollo armónico de la personalidad. Hay familias monoparentales, de madres solteras, pero siempre hay alguien que ejerce la función de padre: pueden ser los tíos, los abuelos, muchas veces el novio de la mamá", dice el sicólogo Manuel González Oscoi, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Asegura que, aun cuando una madre impida que el padre mantenga contacto con sus hijos, siempre lo van a buscar o su figura la sublimarán en personajes de cuentos o películas. "El niño o la niña tiene que aprender a distinguir y a comportarse de acuerdo con su género. No es recomendable que crezca sin la figura paterna", recomienda. Para el doctor en sociología de la UNAM, Mario Salinas, la ausencia de un padre influye para que el menor tenga un desempeño normal en su vida de adulto. "La madre soltera en muchas ocasiones intenta suplir al hombre, pero eso es imposible. La figura del padre es necesaria para alimentar una identidad sana en el individuo. De otra manera puede haber un desequilibrio que marcará su forma de ser y de relacionarse con los demás", considera. El especialista advierte que el papá representa el concepto de ley para el niño, por lo que su ausencia puede provocar que algunos pequeños se conviertan en delincuentes. "Hay estudios que demuestran que los chicos que no tuvieron una figura paterna -o que sí la tuvieron, pero fue un alcohólico o golpeador- son más propensos a consumir drogas o a robar", asegura. Fernando Bolaños, coordinador del programa de atención terapéutica de la organización Hombres por la Equidad, dice que en nuestro país la paternidad es una tarea que muchos hombres reprueban. "Muchos padres tienen poco contacto con sus hijos y cuando están en casa sólo es para dar órdenes o regañarlos. Lamentablemente, este es el estereotipo que impera en nuestra sociedad. Generalmente, los hombres comienzan a convivir con sus hijos sólo después de los cinco años, cuando ya no tienen que cambiar pañales o dar mamila". Bolaños asegura que, por costumbre, ser padre significa sólo convertirse en proveedor: ir a trabajar y dar dinero, pero no contribuir a una adecuada convivencia en la familia. Sus palabras tienen sustento en las estadísticas del Conapo, las cuales demuestran que la mayoría de padres sigue participando como principal proveedor económico en el hogar, ya que nueve de cada diez son económicamente activos. No obstante, la presencia de la figura paterna es irremplazable. "El padre es importante en cualquier etapa de la vida y sería más si tuviera una relación más allegada con sus hijos". Por esa falta de relación, por esa ausencia, cada vez son más las mujeres que se convierten en madres solteras por elección. María Rosa Sauri, auxiliar en el área de sicología del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, asegura que la decisión de tener un hijo sin el apoyo de un hombre tiene implicaciones sicológicas en el crecimiento y desarrollo de los niños. Esto sucede porque las mujeres se adjudican papeles femeninos, masculinos, paternos y maternos, ejerciendo una doble función. "Cuando una mujer no cuenta con el apoyo de una pareja, crea temores en sus hijos: inseguridad y problemas de depresión. No importa si son hombres o mujeres", asegura. 19.3 millones de hombres viven con su pareja y con sus hijos, y sólo 275 mil están separados o divorciados, 166 mil son padres solteros y 341 mil son viudos. 20.1 millones de padres viven con sus hijos, de los cuales 17.2 millones tienen entre 25 y 64 años de edad, 2.2 millones son adultos mayores y 700 mil son menores de 25 años, según el Consejo Nacional de Población. |
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lunes, 18 de junio de 2007
En busca de la figura paterna
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