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lunes, 25 de junio de 2007

Nos olvidamos de luchar por amor

"Nunca hay que rogar, porque nadie nos va a querer sólo porque se lo pidamos. No es lo mismo pelear por recuperar una pareja, que suplicar", dicen los terapeutas.

La rabia seguía intacta. Cuanto más pensaba en él, más rabia le daba. Y cuanta más rabia le daba, más pensaba en él. Hasta que fue algo insoportable que le desbordó la razón. Entonces le escribió un mamotreto de papel tan cargado de injurias que se alivió para toda la vida.
La actitud de Fermina Daza, la amante contrariada de Gabriel García Márquez en "El amor en los tiempos del cólera", reverbera lo que también ocurre en el mundo real, lejos de la tinta y del papel. No hay poder capaz de disuadir a quienes pelean, sufren, viven y mueren por amor. No en vano, Platón solía decir que todo amante se transforma en un esclavo del amado.
Si de mujeres se trata, el escritor Fabio Fusaro -autor de numerosos libros sobre la temática, entre ellos "Mi novia, manual de instrucciones"-, revela que por lo general el 80 % de los noviazgos prolongados son cortados por las damas.
Pero advierte que, cuando un hombre deja a una novia de mucho tiempo, es porque realmente siente que todo terminó. En esos casos, el autor recomienda a las mujeres abandonadas seguir adelante.
"Nunca hay que rogar, porque nadie nos va a querer sólo porque se lo pidamos. No es lo mismo luchar por un amor que suplicar", advierte.
La licenciada en psicología Beatriz Fonts de Martínez -especializada en terapia gestáltica-dice que, a la hora de decidir regresar con un ex, se debe evaluar cómo se produjo la ruptura. "Si el quiebre fue violento o hubo traición de por medio, quizás no convenga seguir adelante", aconseja.
Según la terapeuta, en muchos casos el alejamiento es tan profundo que no hay necesidad de intentarlo nuevamente. "En otros, la separación motiva la reflexión y los cambios", hace la salvedad.
Desde la perspectiva de Fonts de Martínez, aprender a reconstruir una pareja es una valiosa experiencia en decadencia. "En cuestiones del corazón no se puede generalizar, porque cada relación es una huella digital. Sin embargo, es importante darle tiempo de maduración a un conflicto y apostar por la reedificación", sostiene.
Con ella coincide la psicóloga Claudia Alonso, terapista de parejas, que considera que la ruptura resulta a veces el único camino desde el que se puede construir. "Pienso que el matrimonio es la sociedad más difícil de llevar adelante, porque su estructura está en permanente cambio. De hecho, la idea de la frase 'unidos para siempre' es fuertemente cuestionada en los últimos tiempos", responde la terapeuta.

- ¿La separación es un fracaso?
- Actualmente se piensa en la separación como una vicisitud del ciclo de una pareja, y no como un fracaso de una meta. El amor no es incondicional ni se mantiene inalterable en el tiempo.

- ¿Qué ocurre con el imaginario social ?
- La gente ahora sabe que para conocerse es necesario comunicarse, que si no está segura es preferible no casarse, que no importa la duración de la relación sino el estar bien y que es esencial que cada uno de los miembros de la pareja tenga y conserve su propia individualidad.

- ¿Cómo superar la pelea?
- Los sentimientos cambian... como todo en la vida. Por ello, es necesario asumir la ruptura y transitarla, en vez de negarla y sostener una relación como si nada sucediera, acostumbrándonos a vivir de modo disfuncional.

- ¿Qué indica la proximidad de la separación?
- La imposibilidad de comunicarse o de escuchar al otro, el apego a los roles estereotipados, el hecho de no implicarse en los conflictos y la tendencia a sentirse víctima o a buscar un culpable son indicadores de la crisis. Respetar los espacios individuales, reconocer las responsabilidades mutuas en los conflictos, escuchar al otro, expresarse y compartir proyectos son algunas de las estrategias para funcionar mejor con el ser amado.

Hay que pasar por el dolor de la ruptura

Muchas veces, quien está por sufrir una ruptura amorosa percibe signos de lo que va a ocurrir, pero se niega a reconocerlos. Se trata de un mecanismo de negación, explica la psicóloga Marta Eugenia Díaz. Ella misma, en su vida personal, pasó por la traumática experiencia de la separación. La terapeuta cuenta que, con frecuencia, la falta de comunicación es la causa del deterioro de una pareja. Es común que una familia -a la hora del almuerzo- prefiera tener el televisor encendido en lugar de ejercitar el diálogo. A veces, eludir el diálogo es un síntoma de que algo está pasando. En otras ocasiones, quien habla no es escuchado por el otro. Es como si no "sintonizaran" en la misma onda. En esa relación existe una evidente fragilidad.

- ¿Cómo se supera el dolor de la pérdida?
- La salida que se elige depende de la persona. Algunos pueden apelar a sus amigos, a la religión o a la terapia psicológica. Este último camino puede llegar a ser el más difícil y largo, porque el sujeto debe estar dispuesto a examinar sus propias fallas. Uno tiende a adjudicar culpas a los demás, a poner todo lo negativo afuera, y en realidad está todo dentro suyo. Por lo general, uno de los dos integrantes de la pareja queda más "pegado" a la situación de pérdida.

- ¿El que decide separarse también sufre?
- Sí, porque pierde mucho. Cambiarse de casa es una situación bastante traumática. La casa, aunque sea humilde, es un hogar. El sitio donde uno tiene su espacio y siente pertenencia a él. No hay que pensar que porque uno se fue al día siguiente ya va a estar disfrutando una nueva vida. A la persona le tiene que doler. A uno más que al otro, pero ambos deben pasar por ese dolor para poder establecer un buen duelo. Al romperse la pareja también se rompe el círculo de amigos. Esa es otra pérdida. Un mal duelo supone una actitud de libertinaje. Dedicarse a disfrutar la libertad mediante el desenfreno y la búsqueda enloquecida del disfrute. Se lo ve mucho en gente que recién está cortando una relación. Ese camino no permite una buena resolución. Hay que pasar por el dolor.

- ¿Cómo vivió usted su duelo?
- Después de mi separación, participé en reuniones de un grupo de gente sola. Hacíamos intercambio de lecturas, íbamos al teatro juntos y festejábamos los cumpleaños. Muchos hicimos terapia y hoy tenemos una pareja. Hemos buscado esa alternativa para conocer a otros y a algunos les dio resultado. Hay distintas maneras de realizarse en la vida. Una opción muy positiva es todo lo que tiene que ver con el arte y la creatividad.

- ¿Piensa en lo que hizo mal?
- A la distancia uno ve los errores que cometió. No siento culpa, pero evito hacer muchas cosas que hacía con mi marido y que le hacían mal a nuestra relación. Por ejemplo, ahora, si tengo que tomar la iniciativa y proponer cosas, lo hago. Antes me reprimía y esperaba que propusiera él, porque pensaba que la iniciativa era propia del rol masculino.


Tomado de www.lagaceta.com.ar

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