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viernes, 8 de junio de 2007

Sepa cuándo acudir a una terapia de pareja

Viernes 8 de Junio de 2007
Fuente :La Segunda Internet
Consultar a un especialista es particularmente necesario cuando la pareja ha realizado varios intentos de solución sin resultado; si la dificultad es muy profunda; cuando las diferencias han gatillado una imposibilidad mutua de comprensión; o si la pareja se encuentra muy polarizada.
Muchos problemas de pareja se relacionan con la dificultad que ha tenido alguno de sus miembros o ambos en diferenciarse de sus familias de origen, sintiendo una lealtad mayor para éstas que para la nueva familia que están construyendo. Un ejemplo es cuando un miembro de la pareja decide facilitar dinero a uno de sus padres sin consultarlo previamente con su cónyuge, quien al enterarse puede entrar fácilmente en crisis al sentirse objeto de una deslealtad y de un ocultamiento, sin poder comprender la conducta del otro.

La psicóloga Alejandra Pemjean, académica de la Universidad Andrés Bello sostiene que la terapia de pareja comprende un proceso, un trabajo, orientado a facilitar la comprensión de las dificultades de cada uno de sus participantes, como de la propia relación. Se motiva a los participantes a revisar y comprender sus propias conductas, de acuerdo a la interacción establecida con el otro, ya que muchas veces las acciones de uno, activan reacciones en el otro, y así sucesivamente, creándose circuitos disfuncionales, es decir secuencias de interrelación, que no son conscientes y que al ser revisadas y explicitadas generan un potencial de cambio.

Explica que La terapia es particularmente necesaria en los siguientes casos: cuando la pareja ha realizado varios intentos de solución a sus problemas, sin resultado; o cuando la dificultad es profunda y los recursos o capacidades de la pareja no han sido suficientes; también cuando las diferencias han gatillado una imposibilidad mutua de comprensión; o cuando la pareja se encuentra muy polarizada en su dificultad.

"Sin embargo, advierte la psicóloga, los terapeutas de pareja consideran recomendable buscar un espacio terapéutico no sólo en aquellos momentos de crisis matrimonial, sino también en situaciones puntuales de desencuentro y dificultad. Hay momentos del ciclo vital propios de la vida familiar y de la vida en pareja, que pueden poner a ésta en situación de conflicto y de alerta. Son momentos críticos normales del desarrollo, en donde los cónyuges deben generar estrategias nuevas para salir adelante, distintas a las anteriormente utilizadas, y sucede que esta nueva búsqueda de soluciones resulta en algunos casos un riesgo para la convivencia lograda y mantenida hasta ese momento."

La académica de la U.Andrés Bello detalla que hay diversos temas que pueden poner a una pareja en crisis y llevarla a consultar, como por ejemplo la llegada de un primer hijo, las dificultades económicas, problemas laborales, la dificultad de un hijo adolescente, o problemas de salud de alguno de sus miembros que finalmente afectan la vida familiar, etc.

Agrega que, aunque se piense que una terapia de pareja es sólo para mejorar la convivencia y volver a estar juntos, muchas veces asistir a una terapia de este tipo puede servir para evaluar el proyecto común y aclararse con respecto al deseo de seguir juntos, o incluso, derechamente, para encontrar la manera menos dolorosa de separarse.

"En momentos en que una pareja está ad portas de una posible separación o cuando ya se ha efectuado, y se está en un período de alto estrés, intensidad emocional y confrontación con el otro, asistir a terapia permitirá contar con un espacio de reflexión y de toma de decisión que haga más tolerable el período de separación para cada uno de los participantes y sobre todo facilitando el pensar en las necesidades emocionales de los hijos. En toda ruptura hay un proceso de duelo que se debe sobrellevar y realizar", afirma Alejandra Pemjean.

Sin embargo, es clara al precisar que en los casos en que se acude a terapia de pareja para 'salvar' la relación, las expectativas de los miembros de la pareja no siempre son realistas. Sobre todo cuando existe un alto desgaste en la relación y uno de ellos ya ha decidido internamente que la relación no prosperará. "En estos casos -remarca la especialista- es difícil revertir un conflicto o una historia de conflictos y los significados que cada cónyuge ha atribuido a ese conflicto. Las expectativas de mejoría entonces disminuyen, aunque en ocasiones, nos encontramos con parejas que realmente requerían un espacio de mayor claridad, comprensión, donde un tercero les facilitara la tarea de mirarse y revisar la relación, en un clima de confianza y de respeto".

La psicóloga de la U. Andrés Bello concluye señalando que Así, las parejas aprenden confianza y respeto estando en el proceso terapéutico y esto rápidamente gatilla una fuerza positiva y cohesionadora en los cónyuges, que retroalimenta los recursos mutuos, percatándose en muchas ocasiones que existen aún sentimientos positivos por el otro y por la relación

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