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martes, 10 de julio de 2007

La obesidad infantil

 

  1. La dieta y los niveles de actividad física y sedentarismo determinan el sobrepeso de los niños
 
JORDI Cervós
Neuropatólogo

Contrariamente a lo que ocurre con el peso de los adultos jóvenes, los niveles de sobrepeso y obesidad infantiles siguen aumentando en todos los países de Europa. Existen tres aspectos principales del estilo de vida de un niño que pueden influir en lo obesidad: la dieta, el nivel de actividad física y el nivel de sedentarismo.
Los programas de prevención de la obesidad de los niños no pueden recomendar en general una dieta con reducción del consumo de calorías, ya que esto podría provocar una pérdida de peso no deseado en aquellos niños que no tienen problemas de sobrepeso. Pero hay que recomendar una alimentación más saludable, con una reducción del consumo de grasas, un aumento las raciones de fruta y verdura y una disminución del consumo de bebidas gaseosas. La introducción de una actividad física adicional en los programas escolares choca con el miedo a que ello tenga un efecto negativo en el rendimiento escolar, ya que los programas escolares modernos son bastante apretados. Sin embargo, un estudio realizado en diversas escuelas primarias de Australia que consistía en incluir una hora y cuarto de entrenamiento físico al día no registró pérdida alguna en el rendimiento académico (evaluado mediante pruebas aritméticas y de lectura), a pesar de que los alumnos tenían de 40 a 60 minutos menos de instrucción en las clases.

EN UN ESTUDIO francés, todavía en curso, se aumenta la actividad física y recreativa de los adolescentes ofreciendo actividades atrayentes durante los descansos escolares y después de clase. Para esto último se extendió incluso el horario del servicio de autobuses escolares y se adaptaron los horarios y espacios a las diversas actividades. Ya a los seis meses de intervención, la proporción de niños y niñas que participaban en actividades físicas recreativas había aumentado en el grupo de escolares a los que se había facilitado actividades atrayentes y permaneció igual en el grupo de control. Especialmente interesante es que después de dos años el grupo que podríamos llamar activo presentaba un 20% menos de niños con sobrepeso que el grupo de control.
El nivel de sedentarismo de los niños ha ido aumentando progresivamente, al aumentar las horas que el niño pasa viendo la televisión. En estudios realizados en Estados Unidos se ha descubierto que, por cada hora menos frente al televisor, el riesgo de padecer obesidad se reducía en un 15% en las chicas adolescentes, mientras que en los chicos el resultado no era tan claro. Es interesante y muy positivo que el número de adolescentes que ven más de tres horas de televisión al día haya ido disminuyendo, especialmente entre los chicos. Otras actividades que aumentan el sedentarismo son los juegos con el ordenador y el rato que se pasan sentados hablando por el teléfono móvil.
La mayoría de los estudios para prevenir el sobrepeso dirigidos a niños se han centrado en la escuela. Con ello se llega a la mayoría de los niños de una determinada población que pasan mucho tiempo en la escuela. Además, la educación sobre la salud y el estilo de vida proporciona la oportunidad de crear un ambiente que promueva la salud, ofreciendo comidas y alimentos saludables y mejorando el acceso a la práctica de deportes y otro tipo de actividades. Por ello, las medidas adoptadas en la escuela, que deben implicar los padres y contar con el apoyo de la comunidad, constituyen la opción con más futuro.
Además de información sobre el sobrepeso infantil, en algunos estudios recientes se ha comprobado que el tiempo que los niños dedican a ver la televisión puede influir en el riesgo de que se desarrollan enfermedades metabólicas o cardiovasculares años después, independientemente de su nivel de actividad física. Es evidente precisamente en el caso de la televisión que los padres desarrollan un papel relevante. Es difícil conseguir que los niños vean menos televisión si los padres están horas y horas frente al aparato. La mejor forma de disminuir el tiempo de televisión de los niños es dedicarles más tiempo personalmente.

UN PUNTO muy importante es que las intervenciones que llevan a una disminución del sobrepeso en los niños hacen que estos tengan de sí mismos una mejor imagen y autoestima, les motivan a seguir un estilo de vida saludable y les ayudan a alcanzar el peso apropiado para su altura, de mantenerlo de adultos. Sin embargo, hay que estar vigilantes, pues una intervención puede tener efectos adversos en algunos niños. Por una parte, hay que tener cuidado de que los niños con un peso normal no quieren perder peso y, por otra, no hay que disminuir la autoestima de los niños que ya tienen sobrepeso o son obesos, pues esto puede llevar a trastornos psicológicos. Además, no puede definirse una única medida para prevenir la obesidad, ya que cada situación requiere un enfoque distinto. Las iniciativas de mayor éxito son aquellas que adaptan el programa de intervención a las necesidades específicas de los niños, que son distintas según su edad, sexo, de origen étnico... Las características personales del dirigente o coordinador del programa tienen un gran impacto en el éxito. Sobre todo si esa persona es aceptada desde el punto de vista cultural y sirve como modelo de conducta.

Tomado de www.elperiodico.com

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