Que estas buscando?

lunes, 23 de julio de 2007

Mi niño tiene depresión



Erróneamente se pensaba en que la depresión solo era cosa de grandes. Sin embargo, puede presentarse en los niños por diversas razones. De las principales están la pérdida de un familiar o el divorcio de sus padres.

Carolina Meléndez
estilo@laprensa.com.sv

La niñez siempre se ha identificado con una etapa feliz. Pero los niños no están excentos de caer en depresión. Las causas casi nunca son únicas, sino más bien una combinación de varias. La mayoría de las depresiones son reactivas, es decir, se desatan a partir de circunstancias ajenas.

En el libro "Depresión infantil", de la psicóloga Victoria del Barrio, se lee que la depresión en los niños "s una cosa que repugna. Desde la perspectiva adulta, el niño parece que no tiene razones para deprimirse y esto es una mala interpretación".

Por esa razón sería egoísta pensar que los menores son incapaces de sentirse deprimidos, ya que, según el psicólogo infantil Julio Alvarenga, "tiene que ver más con el recuerdo de experiencias negativas y que no han sido superadas".

¿Cómo cuales?, podría preguntarse. Por ejemplo, el que su hijo salga mal en los exámenes, que no se haya adaptado a la nueva escuela, divorcio de los padres, maltrato de parte de profesores y compañeros, muerte de un familiar cercano.

"Cuando me separé de mi esposo, mi hijo mayor comenzó a portarse más mal, bajó en el colegio y lloraba sin motivo. Era un vidrio, porque no se le podía decir nada", contó Catalina B.

"Lo que pasa es que a los niños se les dificulta expresar estos sentimientos. Los adultos tenemos maneras, podemos buscar al mejor amigo, o simplemente salir de casa, pero el niño no peude", manifiesta el psicólogo Alvarenga.

Ahora bien, ¿un padre puede distinguir una depresión de un simple berrinche? Sí. Para lograrlo existen tres criterios clave: la intensidad, la duración y la frecuencia de las crisis. Si suceden muchas veces, intensamente y de manera duradera, estaría frente a un posible caso depresivo.

Sintomas de alerta:

Si nota varios de estos síntomas, está frente a un posible caso:

Continúamente llora y está triste sin motivo.
Pierde el interés para jugar y por la escuela. Se aburre y se cansa con facilidad.
Se aleja de sus amigos y de la familia, y casi no se comunica.
Presenta menos energía o concentración, distraído.
Está sensible hacia el rechazo y el fracaso. Se porta agresivo.
Se queja de dolores de cabeza o de estómago.
Come y duerme demasiado o muy poco.
Habla como bebé o se orina en la cama (cuando ya no tendría que hacerlo).
Habla de suicidio o de escaparse de la casa

Que puede hacer?

Si ha descubierto que su hijo presenta varios síntomas, no lo ignore. Ahora, su hijo necesita de mayor atención de parte suya. Juegue con él, así será más fácil hablar sobre lo que siente. Leále cuentos, dibújele, píntele, arme rompecabezas, hágalo sentir apoyado y especial.

Si ha descubierto que su hijo presenta varios síntomas, no lo ignore. Ahora, su hijo necesita de mayor atención de parte suya. Juegue con él, así será más fácil hablar sobre lo que siente. Leále cuentos, dibújele, píntele, arme rompecabezas, hágalo sentir apoyado y especial.


Hágale preguntas y esté atento a lo que dice. Pueda ser que su hijo responda "soy un tonto", pero no se conforme con solo decirle que no lo es. Interróguelo hasta averiguar por qué piensa así. Lo importante es indagar sobre lo que piensa, demostrándole interés.


Esté atento por si el niño tiene estrés. Una de las razones del estrés es que probablemente tenga muchas actividades para su edad: clases de pintura, natación, clases privadas de matemáticas y luego a hacer las tareas en casa. ¿No cree que es mucho? Puede ser que el niño se sienta cansado y abrumado.


Tranquílicelo. No hay nada mejor para un niño que sus padres lo mimen y le muestren interés pregúntandole sobre cómo le fue en el día y atento a las respuestas que le dé. Ahí podría estar la clave de su problema de depresión.


Si nota que su niño ha sobrepasado el límite de la normalidad, busque ayuda psicológica sobre todo si su hijo empieza a aislarse, comportarse mal, a tener baja autoestima, a llorar sin razón
o a hacer comentarios negativos sobre sí mismo.





Tomado de www.laprensagrafica.com

No hay comentarios.: