La enfermedad se debe a la falta de madurez del cerebro, tanto de los centros del lenguaje como de comprensión.
"Pueden ser niños neurológicamente normales o en algunos casos hiperactivos y distraídos, con periodos de atención muy cortos, lo cual se conoce como Trastorno de Déficit de Atención", precisa José Reyes de La Cruz Morales, neurocirujano.
Dijo que la dislexia se debe a la falta de madurez del cerebro, tanto de los centros del lenguaje como de comprensión y, con menor frecuencia, a tumores cerebrales. En cualquiera de los casos existen los tratamientos para su cura, aseguró.
Para un diagnóstico preciso se tiene que comprobar que no haya ningún trastorno en la lengua, que el niño escuche bien y que tenga una visión normal, con lo que se descartan complicaciones.
Explicó que, por lo general, la dislexia no reviste gravedad y que, incluso, se puede llegar a la edad adulta con este trastorno. Sin embargo, recomendó a los padres estar atentos, pues cuando el trastorno no es detectado y atendido a tiempo, puede complicarse rápidamente.
Habitualmente el diagnóstico se sospecha al ingresar el niño a la escuela y observar su dificultad para aprender a leer y escribir.
Indicó que los signos que con mayor frecuencia indican problemas de aprendizaje en el niño son la dificultad en atender o seguir instrucciones, en recordar lo que se le acaba de decir, fracasos escolares como consecuencia del poco dominio de destrezas de la lectura, la escritura y la aritmética.
Otras señales de alerta son la dificultad en distinguir entre la derecha y la izquierda, o confundir números, letras y palabras; como 25 en lugar de 52, la "b" por la "d", y "on" en vez de no.
Su tratamiento se aplica en el área de terapia de lenguaje de los servicios de Medicina Física y Rehabilitación, donde se determina si se trata de alteraciones en la atención, en la comprensión del niño, trastornos en la articulación de la palabra o en la adquisición de la lecto-escritura.
De La Cruz Morales añadió que en los servicios de Neurocirugía Pediátrica se cuenta con estudios de laboratorio y gabinete, para evaluar la normalidad estructural del cerebro del paciente. Sí el cerebro es estructuralmente normal, se acude a higiene mental y el problema se aborda como una alteración funcional, solicitando el apoyo de neuropsicólogos, quienes definirán los pasos a seguir y las posibles opciones de tratamiento.
Cuando la causa del problema es un tumor, el tratamiento ideal es la extirpación del mismo y, según su tamaño o tipo -benigno o maligno- así como su localización, dependerá el grado de afección en la capacidad de habla del paciente.
Finalmente comentó que, en caso de afectar el tumor el área del lenguaje o de producirse una lesión durante la cirugía, es probable que otra región del cerebro asuma las funciones del área que fue lastimada. Esta propiedad se conoce como plasticidad cerebral y potencialmente se puede recuperar el habla, aunque será necesaria la participación intensa del especialista en terapia del lenguaje.
Tomado de www.eluniversal.com.mx
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