México DF, 24 julio 07 (CIMAC).- El acoso psicológico en el trabajo es la falta de respeto y de consideración del derecho a la dignidad de las y los trabajadores, un elemento relevante o sustancial de la relación laboral, dice el profesor Iñaki Piñuel y Zabala, experto académico de la Universidad de Alcalá, España.
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El acoso psicológico, llamado también mobbing, fue definido por Piñuel, luego de varios estudios, como "aquel continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe" una trabajadora o un trabajador "por parte de otro u otros, que se comporta con él (ella) cruelmente con el objeto de lograr su aniquilación o destrucción psicológica y/o obtener su salida de la organización o su sometimiento a través de diferentes procedimientos ilegales, ilícitos, o ajenos a un trato respetuoso o humanitario, y que atentan contra la dignidad del trabajador (trabajadora)".
¿Para qué se intimida? El objetivo de esta práctica, señala Piñuel en su artículo El mobbing o acoso psicológico en el trabajo, publicado en Diario de Campo, no. 40, editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es habitualmente intimidad, apocar, reducir, aplanar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima, con vistas a eliminarla de la organización y satisfacer la necesidad insaciable de agredir, controlar y destruir que suele presentar el hostigador, que aprovecha la ocasión que la brinda la situación organizativa particular (reorganización, caos, desorganización, urgencia, reducción de costes, burocratización, cambios vertiginosos, entre otros), para canalizar una serie de impulsos y tendencias psicopáticas.
Cuando alguna trabajadora o trabajador se quejan de que son víctimas de acoso psicológico, es difícil demostrarlo, lo que facilita que el o la responsable lo nieguen. Por eso, dice el académico, el acoso psicológico no debe ser evaluado como un simple conflicto, como un comportamiento casual o accidental, ya que "busca obtener un efecto perverso: la destrucción, el sometimiento o la exclusión" de la o el trabajador.
Es un comportamiento de persecución continuada, que tiene conductas como:
Intentar someter o eliminar a una persona de su puesto de trabajo utilizando maquinaciones contra ella. Desestabilizar emocionalmente a una persona mediante todo tipo de estrategias, buscando que explote. Atacar sistemáticamente a una persona, criticando destructivamente cuanto realiza de su trabajo. Maltratar verbalmente a una persona mediante amenazas, gritos o insultos para minarla psicológicamente menoscabando su dignidad. Deteriorar laboralmente el rendimiento laboral de una persona. Hostigar sistemáticamente a una persona mediante acusaciones falsas de su trabajo.
Asimismo, inducir intencionalmente a una persona a cometer errores. Destruir la reputación personal o profesional de una persona mediante calumnias. Forzar a una persona a un abandono prematuro o ilícito de su puesto de trabajo mediante coacciones o amenazas. Destruir la salud física y psicológica, minando la autoestima y la confianza en sí misma de la persona.
Ocurre también que se trata de aislar a la persona y reducir sus posibilidades de expresarse o comunicarse con sus jefes o jefas, compañeras y compañeras de trabajo. También se la sobrecarga de trabajo o se reducen los plazos para que ejecute las tareas, con tal de que fracase. O se la deja sin nada qué hacer, para desestabilizarla y acusarle después de falta de rendimiento o pereza. Y puede ser que le alternen el entorno laboral, envenenando a sus compañeros y compañeras de trabajo contra ella.
Pero para comprobarlo, no basta con la sensación, sino es necesario corroborar la versión de lo que la víctima refiere, dice el académico español. Y en eso, los estudios de campo, con una metodología adecuada, ayudan mucho.
Las consecuencias del acoso psicológico son devastadoras, no sólo porque en muchos casos es el preámbulo al despido del empleo, sino porque la salud de la víctima y de su familia está en riesgo.
Algunos investigadores han relacionado el mobbing con el incremento de enfermedades de hijas e hijos de la víctima.
Y en éstas, pueden ocurrir: Efectos congnitivos e hiperreacción psíquica, como olvido y pérdida de memoria, decaimiento/depresión, irritabilidad. También síntomas psicosomáticos de estrés. Síntomas de desajuste del sistema nervioso autónomo, como dolores en el pecho, sudoración, sofoco, palpitaciones, hipertensión/hipotensión arterial neuralmente inducida. Síntomas de desgaste físico producido por un estrés mantenido durante mucho tiempo. Trastornos del sueño. Cansancio y debilidad.
Y aunque es un abuso que se comete tanto contra hombres como contra mujeres, los prejuicios que existen sobre la conducta de las mujeres, su presunto "temperamento", su tendencia al llanto, su obligada "sensibilidad" hacen que éstas sean menos atendidas cuando se quejan por ser víctimas de mobbing. Por tanto, el victimario emplea estos argumentos para que la queja de la víctima pierda credibilidad.
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