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miércoles, 22 de agosto de 2007

El decálogo de la manipulación

 

Armando Zamora / arzamo@hotmail.com

En esas andanzas vespertinas por internet, leí por ahí un documento que bien podríamos denominar como el Decálogo de la Manipulación, en razón de que ofrece argumentos más que claros y contundentes sobre las estrategias que han de ponerse en práctica para manipular no sólo a las personas (sea de una en una, de montón en montón, dependiendo del poder económico), y díjeme myself: "¿Y, bueno, por qué no compartir este rollo con los lectores, así aprendemos todos y finalmente podemos romper las cadenas de la estulticia? Por ello, van aquí (al mejor estilo del Adal Ramones, ¡guácala!) los 10 recursos de la manipulación (tamborazos, por favor):


1. La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control social, es la estrategia de la distracción consistente en desviar la atención del público de los problemas importantes y de las mutaciones decididas por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación continua de distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al publico de interesarse a conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la sicología, la neurobiología y de la cibernética. "Mantener la atención del publico distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener el publico ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja con los otros animales," dice el texto "Armas silenciosas para guerras tranquilas".


2. Crear problemas, después ofrecer soluciones. Este método es también denominado "problema-reacción-solución". Se crea primero un problema, una "situación" previsto para suscitar una cierta reacción del publico, a fin que este sea el demandante de medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desarrolle o intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad o policíacas en detrimento de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.


3. La estrategia de la degradación. Para hacer aceptar una medida inaceptable, es suficiente aplicar progresivamente, en "degradado", sobre una duración de 10 años. Es de esa manera que condiciones socio-económicas radicalmente nuevas han sido impuestas durante los años 1980 a 1990. Desempleo masivo, precariedad, flexibilidad, relocalización, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que habrían provocado una revolución si hubieran sido aplicados bruscamente.


4. La estrategia del diferido. Una otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es de presentarla como "dolorosa pero necesaria", obteniendo el acuerdo del publico en el momento para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero por que el esfuerzo no es desplegado inmediatamente. Enseguida porque el público, la gente, tiene siempre tendencia a esperar ingenuamente que "todo irá mejor mañana" y que el sacrificio demandado podrá ser evitado. En fin, esto deja más tiempo al publico para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarlo con resignación cuando llegue el momento.


5. Dirigirse al público como a niños de baja edad. La mayoría de los spots de publicidad dirigida al gran público utiliza un discurso, argumentos, personajes y un tono particularmente infantil, muchas veces próximo a lo débil, como si el espectador fuera un niño de baja edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador u oyente, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué?, preguntará el gentil electorado, pues porque si se dirige a una persona como si tuviera la edad de 12 años, entonces, en razón de la sugestibilidad, ella tendrá, con cierta probabilidad, una respuesta o reacción también desprovista de sentido critico al igual que una persona de 12 años. Así nomás.


6. Utilizar el aspecto emocional más que a la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para hacer corto circuito al análisis racional, y por ende al sentido crítico de los individuos. Además, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o insertar ideas, deseos, miedos o temores, pulsiones, o inducir comportamientos...


7. Mantener al público en la ignorancia y la idiotez. Hacer de forma que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. Así, la calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre o mediocre posible, de forma que la brecha de la ignorancia que aísla las clases inferiores de las clases sociales superiores sea y permanezcan incomprensible para las clases sociales inferiores. Y sucede, aunque los políticos prometan computadoras conectadas a internet en cada escuela del país y clases intensivas de inglés, como lo dijo el Calderón.


8. Promover al público a complacerse en la mediocridad. Promover al público a encontrar "cool" el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto... y eso se puede constatar en las páginas de los diarios, particularmente los domingos, cuando nos quieren hacer cómplices de un absurdo aristocrático disfrazado de top ten insulsos y rancheros a más no poder...


9. Reemplazar la revuelta por la culpabilidad. Hacer creer al individuo que él solo es responsable de su desgracia, a causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en vez de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto-devalúa y culpabiliza, lo que genera un estado depresivo del cual uno de sus efectos es la inhibición de la acción. Y sin acción, no hay revolución... aunque haya cómicos aspirantes a escritores, disfrazados con pasamontañas y computadoras colgando de su brazo como crucifijos de la posmodernidad.
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una brecha creciente entre los conocimientos del público y aquellas poseídas y utilizadas por las elites dirigentes. Gracias a la biología, la neurobiología, y la sicología aplicada, el sistema ha logrado a un conocimiento avanzado del ser humano, a la vez físicamente y psicológicamente. El sistema ha alcanzado a conocer mejor el individuo común de lo que él mismo conoce de sí. Esto significa que en la mayoría de los casos, el sistema posee más control y más poder sobre los individuos, que los individuos sobre ellos mismos.
Y, bueno, un último recurso que no viene en el decálogo de marras pero que bien pudiera anotarse aquí como recurso de la manipulación, es la de huir de las sesiones del Congreso para romper el quórum y dejar a la raza vestida y alborotada. Psí... ¡Qué sarras!, como dicen por ahí...

 

Tomado de www.termometroenlinea.com.mx

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