Si usted siente amor por alguien que solamente pertenece a su círculo de amigos cibernéticos, bienvenido a la realidad virtual de las desilusiones.
Hasta hace poco, tal vez una década, cuando dos personas de diferente país se conocían en sus vacaciones, intercambiaban dirección y teléfono para seguir en contacto. Ahora es suficiente con tener el email para mantener una relación y sentirse cerca. Internet pasó de ser una herramienta de trabajo a un medio impersonal para buscar pareja.
La era de la tecnología permite lo que antes era impensable: comunicarte con alguien en cuestión de segundos desde cualquier parte del mundo y a un costo cada vez más económico. Por esta razón, la concepción de la realidad ha evolucionado; somos parte de un mundo intangible, sostenido principalmente por ideas.
Hoy en día, lo que nos une y separa no es sólo amor; sino una pantalla plana. Plasmamos lo que pensamos a través de palabras pero éstas no bastan para demostrar lo que sentimos. Amamos con la misma letra, al estilo "Times New Roman".
La convivencia es lo que nos permite recordar detalladamente a las personas: su energía, su voz, la mirada, el aroma, la risa y la manera de expresarse. Cuando recibes un mensaje de alguien querido, puedes reproducirlo en tu mente como si él mismo te lo estuviera leyendo. En cambio, si es de alguien que apenas conoces, corres el riesgo de mal interpretarlo o de leerlo con total indiferencia.
Ni el mejor poema puede sustituir el calor de una caricia, el sabor de un beso y la profundidad de una mirada. El contacto físico es fundamental para establecer, fortalecer y mantener una relación de pareja pero hay muchos corazones solitarios que se resignan a encender un monitor para compartir su timidez y esperanza con cualquiera.
La experiencia de la búsqueda del "compañero ideal" a través de la red, comienza como un juego y puede llegar a convertirse en una perversión. El alcance que tiene internet es global, las posibilidades que existen para coincidir con tu alma gemela son más, lo malo es que si la encuentras, puede que habite al otro lado del mundo.
Otras personas se sienten acompañadas por sus romances a través de una webcam, envío de fotos, Chat, emails, SMS, etcétera. El consumismo nos crea necesidades inútiles y vanidosas, queremos tener "lo mejor", nos hacemos adictos al trabajo y cuando queremos compartir nuestros logros, estamos rodeados de amistades superficiales.
La tecnología nos permite ahorrar tiempo, nos hace creer que un mensaje es suficiente para estar presente en la mente de quienes queremos. Al no establecer compromisos nos sentimos libres, pero también vacíos. Es importante estar actualizados con todos los avances de nuestra era pero no dejar en la nostalgia aquellas emociones que nos hacen sentir vivos.
Tomado de www.eluniversal.com.mx
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