Tan diferentes en esencia son hombres y mujeres que hasta lo que ella considera infidelidad puede no serlo para él. Una psicoanalista diferenció, para Infobae.com, entre sinceridad y "sincericidio" Bien sabido es que ante una misma ocupación, los hombres reciben más remuneración que las mujeres. Archiconocido es eso de que un caballero jamás notará la diferencia entre el verde manzana y el verde limón. O nunca distinguirá una remera color uva de una berenjena.
Pero al parecer, las diferencias entre los sexos son bastante más profundas que eso. Hasta la mismísima dimensión del engaño cobra características distintas, según sea vista desde la posición masculina o femenina.
Infobae.com consultó a una psicoanalista, quien aseguró que "la infidelidad es distinta si la vive una mujer o un varón; las posiciones de cada uno son experimentadas de manera diferente".
La licenciada Cristina Castillo es coordinadora docente y supervisora del Equipo de Pareja y Familia del Centro Dos y destacó que "el hombre no considera engaño tener sexo una vez y de manera ocasional", al tiempo que remarcó que para una mujer esto no sólo es engaño sino que "hasta causal de divorcio".
"Para el hombre, el sexo ocasional no implica infidelidad, la cual para ellos está más relacionada con tener una relación paralela del mismo tenor que la ´oficial´", comentó Castillo, quien remarcó que mientras "los hombres suelen dejar rastros de su infidelidad (mails abiertos, objetos sospechosos a la vista, aros en el auto) si una mujer tiene un amante difícilmente su mejor amiga lo sepa".
La profesional destacó que esa actitud "es un universal; no significa que una sea mejor o peor que la otra".
Pese a que para Castillo la confianza es vital en toda relación, "hay cosas que no se pueden contar", por lo que aseguró que si bien la pareja es un camino de a dos, ella suele aconsejar "un no rotundo al sincericidio" -tal la manera en que denomina a la sinceridad extrema-.
"Una mujer nunca quiere saber todo, aunque lo pida", remarcó Castillo. Asimismo, de la vereda de enfrente, "él tampoco, aunque pida saberlo, quiere enterarse de todo lo que hace su pareja".
Es por eso que la profesional propuso "hacer el cálculo de qué puede lastimar al otro". Generalmente, dijo, detrás de un "decime todo" lo que se pide es "haceme mal" y subrayó: "Omitir no es traicionar, no es faltar a la lealtad".
Así las cosas, para ella "cuando aparece un tercero ya no hay más pareja; habrá otra cosa, pero ya no pareja", a lo que agregó que "esto no implica que se tenga que separar, pero es un punto de quiebre".
En ese sentido, explicó que para ella internet es una vía que posibilita la comunicación, pero también la complica. "Genera un tipo de relación en la que el anonimato da lugar a la fantasía", explicó, e insistió en que para los hombres ´hablar´ vía mail o chatear con otra mujer que no sea su pareja "no" es engañar, en tanto que "para la mujer pensar o fantasear con otro hombre o con ´ideales´ es vivenciado como traición".
La actitud tiene que ver con la "estructuración masculina", tal como aseguró Castillo, quien equiparó esa cualidad con otra también relacionada con el género y que los lleva a "postergar" decisiones (de compromiso o separación, por ejemplo) por mucho tiempo.
"Es muy de ellos postergar sus deseos", subrayó la profesional, y recalcó "las mujeres son más impulsivas". "Los hombres resuelven las cosas de manera simple, y si no, las dejan, mientras que ellas dan mil vueltas a una misma situación hasta solucionarla, o no, pero darle un fin". |
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