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viernes, 28 de septiembre de 2007

Un adiós al Sistema Patriarcal

Iván López Caudeiron
Noticiero Digital
 



Entre las muchas razones que algunas personas suponen causa del fracaso matrimonial, está como factor básico "el abandono del sistema patriarcal" para cambiarlo por un sistema igualitario. Nada más lejano de la verdad que esa tesis, pues si algo contribuye a la estabilidad del matrimonio, a la felicidad y armonía entre casados, es el abandono del sistema patriarcal para convertir el matrimonio en un hermoso compañerismo, donde el hombre se abstiene de continuar como rey de la casa y dueño absoluto de su propio destino y del destino de "su mujer" y "sus hijos".

Estoy completamente seguro que más firmes y felices son los matrimonios en los que mujer y marido reúnen sus esfuerzos, que aquellos en los que la mujer permanece al margen de la vida de su marido, desconociendo en absoluto las actividades de su compañero, y en los que el esposo representa la total seguridad económica del hogar. ¡Qué diferentes los matrimonios en los cuales marido y mujer son compañeros! (en todo el maravilloso significado que la palabra compañero implica) de aquellos donde todavía la mujer permanece en pasivo papel de "ama de casa".

Sistema patriarcal solo puede significar que a las ocho de la mañana el marido le dice adiós a su esposa y se marcha a la oficina, mientras ella se dedica a los quehaceres domésticos o (si tienes posibilidades monetarias y no se ve obligada a hacerlos) también se marcha a la calle, al salón de belleza, al gimnasio o las tiendas. Luego vuelven a reunirse en el breve momento del almuerzo (hoy ni si quiera eso, por lo difícil que es regresar al hogar por las colas), para recomenzar en la tarde las mismas divergencias de rutas: ella encerrada en el hogar, durmiendo la siesta, hablando por teléfono o en la calle; él encerrado en la oficina o en el galpón, en "seriesísimas" conferencias, reuniones u otro tipo de tertulia, hasta que por la noche, se encuentran de nuevo en la casa, sin nada común entre los dos, viviendo dos mundos diferentes.

Mujer y marido (en cambio) sienten sus vidas atadas por miles de cosas que a diario los enlazan, tareas comunes, dificultades compartidas. La mujer que trace su vida al lado del compañero es una mujer segura de sí misma. No está atada a su marido porque dependa económicamente de él, sino que está unida a él por todas las razones bellas y poderosas que la vida ofrece.

Sistema patriarcal con relación a los hijos es autoridad exclusiva del marido, miedo al padre, que se resume frecuentemente en la frase que oímos tan a menudo: "no hagas eso porque se lo digo a tu papá". Sistema patriarcal es inseguridad de la mujer hasta en las cosas que se suponen de su competencia específica. Sistema patriarcal es: "No puedo comprar esto sin consultárselo a mi marido". Sistema Patriarcal significa indecisión para la mujer en un plano de inferioridad que ninguna mujer de nuestros días puede aceptar. En el hogar patriarcal la mujer no actúa libremente, ni conforme a su modo de pensar y de la medida de sus posibilidades, sino plegada a la voluntad del hombre. A mi entender, esto de ningún modo puede hacer feliz ni al hombre esposo ni a la mujer esposa. De allí que afirmo sin vacilar y de manera puntual que, EL FRACASO DE MUCHAS VIDAS Y MATRIMONIOS ES EL TAL "SISTEMA PATRIARCAL".

Sin dudas, muchas mujeres han dado pasos de avance. Muchas trabajan y estudian. Pero, a pesar de esos cambios, la mayoría de las féminas siguen interesándose muy poco por los problemas y cosas "de hombres". De esa forma, ambos grupos, hombres y mujeres se empobrecen en sus vidas, en sus afectos, en sus pensamientos. La mujer no puede ni debe permanecer al margen de las actividades, de las lecturas, de los pensamientos, de los intereses de los hombres. Si se deja aprisionar por lo "quehaceres del hogar" no será más que un sub-ser, una persona de segunda clase en un mundo que exige más seres de primera. No es raro pues, que los hombres, aun mediocres, se aburran de tales mujeres y en busquen en la soledad, en la compañía de los amigos o en otras mujeres, alivio al tedio de sus hogares. En cambio no es común, pero sí muy hermoso, ver a un hombre vivir intensamente y mejor, porque tiene al lado suyo a una verdadera compañera.

En resumidas cuentas, EL SISTEMA PATRIARCAL SE AGOTÓ. Ya no llena ni a la sociedad ni a sus distintos integrantes, y por tanto, se le debe decir un categórico y definitivo adiós.



E-mail: ilcaudeiron@cantv.net

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