En la literatura clínica se habla de ocho parafilias principales:
- Exhibicionismo. El deseo o conducta recurrente de mostrar los genitales ante un extraño.
- Voyeurismo. El deseo o conducta recurrente de observar a una persona, sin que ésta se dé cuenta, mientras se encuentra desnuda o cuando realiza alguna actividad sexual.
- Fetichismo. El uso recurrente de objetos inanimados o alguna parte corporal para conseguir estimulación sexual.
- Fetichismo travestista. Es la estimulación sexual por el contacto de prendas de vestir pertenecientes al sexo opuesto.
- Masoquismo. Es el deseo o la conducta recurrente de ser humillado, golpeado o atado, o de recibir algún tipo de castigo o vejación.
- Sadismo. El deseo o conducta recurrente de humillar o infligir dolor a otra persona por fines sexuales.
- Frotteurismo. El deseo o conducta recurrente de tocar o frotar el cuerpo de otra persona sin su consentimiento.
- Pedofilia. La atracción sexual por infantes o prepúberes.
En teoría, cualquier cosa puede ser provista de un carácter erótico y asociarse a la sexualidad si se dan ciertas circunstancias. Por lo tanto, las parafilias podrían implicar prácticamente cualquier objeto imaginable. En términos generales, las parafilias tienden a ser causadas por un 'condicionamiento clásico', en el que el estímulo sexual ha sido asociado con estímulos y situaciones que típicamente no producen una respuesta sexual. Posteriormente, son perpetuadas por medio de un 'condicionamiento operante', puesto que la respuesta sexual es su propia recompensa ?refuerzo positivo?.
Tomado de www.elmundo.es
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