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miércoles, 24 de octubre de 2007

DISTIMIA: HERMANA DE LA DEPRESIÓN

 

La distimia es considerado por muchos psicólogos como la enfermedad mental del siglo. Sus pacientes suelen ser niños, que mantienen la patología a largo de toda su vida. Su tratamiento suele basarse en la administración de fármacos.

 
La distimia es una enfermedad que consiste en una depresión de síntomas leves pero de carácter crónico. En muchos casos, constituye para el enfermo una parte normal de su vida ya que muchos la sufren desde la niñez.

La distimia afecta en la actualidad a entre el 0,6 y el 1,7 por ciento de los niños y entre el 1,6 y el 8 por ciento de los adolescentes aproximadamente. Se trata de una patología más frecuente en mujeres que en hombres en una proporción aproximada del doble casos.

Causas
Los expertos en enfermedades mentales barajan numerosas tesis en torno al origen de la distimia. Según ellos, se trata de una enfermedad debida a diversos factores, similares a los que intervienen en cualquier cuadro depresivo.

La herencia es uno de los factores más nombrados ya que los hijos de personas distímicas tienden a desarrollar más la enfermedad. Al mismo tiempo, los factores biológicos tienen una gran influencia.

El ambiente y los acontecimientos de estrés prolongado, en el trabajo o en el ámbito familiar, pueden llevar a la persona a la distimia. Por último, las experiencias en los primeros años de vida incrementan la predisposición de la persona a manifestar los síntomas.

Síntomas
Los síntomas de la distimia se refieren a cambios y alteraciones del estado de ánimo del individuo. Entre los más frecuentes se encuentran:

Altibajos de ánimo, con tendencia al estado de ánimo deprimido o irritable. La persona distímica suele ser enojadiza y con tendencia a estar triste o deprimida. Este síntoma suele perdurara a lo largo de todo el día.

Dificultad para disfrutar de las cosas positivas de la vida. La persona se encuentra atolladeros mentales para llegar a considerarse feliz plenamente.

Imsomnio o hipersomnolencia. El paciente no puede controlar su descanso y aunque duerma mucho rara vez descansa. Suele despertarse durante el descanso y notarse cansado por la mañana.

Baja concentración, unida a problemas de memoria y concentración.

Alteraciones del apetito. Esto conlleva alteraciones del peso al realizar indiscriminadamente atracones y ayunos.

Síntomas físicos como dolores de cabeza, dolores crónicos, etc.

Tratamiento
El tratamiento de la distimia es muy específico. Para determinarlo el médico ha de tener en cuenta criterios como la edad, estado general de salud y la historia medica del paciente. Además, debe analizar lo avanzada que esté la patología y las expectativas de desarrollo de la misma.

La psicoterapia es uno de los elementos más importantes. Sirve para que el paciente reconozca que padece la enfermedad lo que le ayudará a recuperar su equilibrio social y psicológico. Es importante que el paciente aprenda a convivir con los síntomas.

Los medicamentos antidepresivos pueden llegar a ser una gran ayuda en las fases más agudas de la enfermedad. Por último, la terapia electrocompulsiva es recomendable para los pacientes con más de cinco años de tratamiento, que suelen ser los más.

Complicaciones
Aunque no es muy común, puede suceder que, aún con el tratamiento adecuado el enfermo distímico desarrollo los síntomas completos de la enfermedad. Incluso, en un 0,5 por ciento de los casos se pueden desarrollar síntomas de depresión grave.

Si esto ocurre, el paciente puede llegar a ser un peligro para su propia salud, ya que tenderá al intento de suicidio en las fases más agudas de la enfermedad.
Tomado de www.mundo-hogar.org

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