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lunes, 29 de octubre de 2007

La esquizofrenia es una enfermedad global que no sólo afecta al paciente, sino también a la familia y la sociedad

 

Entrevista con el doctor Benedicto Crespo-Facorro, ganador del Premio Banco Sabadell a la Investigación Biomédica 2007. Las investigaciones biológicas ayudarán a un mejor conocimiento de la esquizofrenia y al posible desarrollo de nuevos tratamientos



El doctor Benedicto Crespo-Facorro, del servicio de Psiquiatría del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander), ha sido galardonado este año con el Premio Banco Sabadell a la Investigación Biomédica 2007, por su trabajo de investigación sobre las bases biológicas de la esquizofrenia. Este premio reconoce la mejor trayectoria investigadora en biomedicina para investigadores,clínicos y básicos, de todas las disciplinas médicas menores de 40 años.

El jurado, que fue unánime en su votación, estuvo presidido por el doctor Josep Baselga, jefe del servicio de Oncología del Hospital Vall D'Hebron (Barcelona) y constituido por destacados profesionales -a nivel nacional e internacional- en el campo de la investigación.

AZprensa ha querido acercar a sus lectores las opiniones de este especialista.

¿Qué le llevó a presentarse a este premio?

La Fundación Marqués de Valdecilla, a través de su Instituto de Investigación (IFIMAV) nos comunicó la existencia de ese premio. Al leer las bases pensé que por qué no; siempre tengo la actitud positiva de presentarme a concursos y premios que puedan surgir, por probar. También había un factor añadido y es el hecho que el Premio Banco de Sabadell puede ser uno de los más prestigiosos en el ámbito de la biomedicina a nivel nacional y eso fue lo que llevó a presentarme.

¿En qué consiste la investigación por la que le han premiado?

El premio reconoce y premia una trayectoria investigadora y no solo una investigación en particular En el acto de entrega de premio el Jurado dejó bien claro una cosa importante, es decir, que pretendían basar su decisión en factores bibliométricos objetivos. Esta forma de evaluación deja en clara desventaja a los investigadores clínicos en relación a investigadores básicos. Según me comentaron, hubo un debate interesante en las deliberaciones a este respecto.

Lo que el jurado ha dejado claro allí es que se reconoce una trayectoria de investigación en psiquiatría. Que se inició en la época de la Residencia en la disciplina de la psiquiatría, ya con una orientación clara hacia aspectos biológicos de la enfermedad mental. Estas líneas de investigación se han centrado en el estudio de aspectos biológicos cerebrales de la esquizofrenia y que realmente ha llevado a unas publicaciones importantes.

Había que mandar un CV con una selección de 10 de las mejores investigaciones y a partir de ahí el jurado debatió sobre cómo cumplían los objetivos o un reconocimiento de entendimiento del esfuerzo en esa área y sobre todo el significado que tienen este tipo de investigaciones en el área de la esquizofrenia.

¿Cuándo empezó Vd. a investigar sobre las bases biológicas de la esquizofrenia?

Mi inicio empieza en la época de mi residencia en el Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, al formarme en un área de investigación utilizando las técnicas de neuroimagen cerebral. A partir de ahí hago un periodo post-doctoral de investigación en esquizofrenia y técnicas de neuroimagen en la Universidad de Iowa, Estados Unidos, y es ahí donde realmente sitúo el inicio.

A partir de esos inicios en investigación de técnicas de neuroimagen, comienzo el desarrollo de una investigación más ambiciosa que intenta integrar el conocimiento de distintas líneas de investigación. Así, en los últimos años ha habido un desarrollo de otras líneas de investigación clínica, cognitiva, social, biología celular, genética, genómica..., que es también lo que el Jurado ha destacado, la integración de conocimientos de distintas líneas de investigación en salud mental.

¿Qué aplicación tiene su investigación en la práctica clínica?

En la investigación que desarrollamos hay unas líneas muy biológicas, muy poco aplicables todavía hoy en día a la clínica, como son el desarrollo de todas las técnicas de neuroimagen, o la genética o el estudio de genómica o proteinómica, o algún proyecto de farmacogenética, que también estamos desarrollando en el ámbito de la investigación. Estas investigaciones biológicas, aunque importantes, seguramente serán en el futuro nuestra pequeña aportación al crecimiento del conocimiento de las bases biológicas de la esquizofrenia, y en su tiempo confiemos que ayuden al desarrollo de nuevos tratamientos.

No obstante, también desarrollamos en nuestro equipo otras investigaciones mucho mas clínicas, y que afrontan cuestiones mas prácticas cerca de respuesta al tratamiento, predictores de respuesta, influencia del consumo de drogas, aparición de efectos secundarios metabólicos, relevancia de la intervención psicoeducativa de la familia..., desarrollamos muchas investigaciones que realmente tienen una aplicación clínica para los pacientes.

¿Qué aspectos destacaría en el avance del tratamiento de la esquizofrenia en los últimos años?

El gran avance es sin duda la aparición de fármacos que controlan los síntomas positivos de la enfermedad y que no generan, o que producen menos efectos secundarios, esta combinación es la que aumenta la eficacia terapéutica. La adherencia y la conciencia de la necesidad de tratamiento son dos aspectos que hemos demostrado que más influye a la hora de evaluar el pronóstico de la enfermedad.

El segundo gran avance que destacaría es la conceptualización de la esquizofrenia como una enfermedad ¨global¨ que no solamente afecta al paciente, sino que también afecta a la familia y a la sociedad. De esta manera es necesario un abordaje multidisciplinar que cubra las necesidades del paciente y de la familia dentro de la complejidad de la enfermedad. La esquizofrenia es una enfermedad que habitualmente afecta y condiciona la vida no sólo del paciente, sino de todo su entorno familiar y social.

¿Es habitual hoy en día el abordaje multidisciplinar del paciente esquizofrénico?

Desgraciadamente no es tan habitual, y debería serlo. En el servicio de Psiquiatría del Hospital Marqués de Valdecilla realizamos un programa asistencial de tratamiento integral del paciente con psicosis, en el que intervienen psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermería y, dispositivos intermedios. Nuestro trabajo en equipo es cubrir las necesidades, no sólo clínicas, que los pacientes y sus familias van a generar desde el inicio de la enfermedad. Aunque hay grandes carencias con relación a los dispositivos asistenciales necesarios, es una necesidad que cada vez está más de manifiesto y en la que se van teniendo recursos a nivel clínico, a nivel de las necesidades sociales.

¿Cuáles son los síntomas más difíciles de tratar de la esquizofrenia?

Sin duda los síntomas más difíciles de tratar hoy en día son los asociados con la sintomatología negativa. Es decir, hay los grandes fármacos que vienen controlando los síntomas positivos, los síntomas más psicóticos, las alucinaciones, los delirios, las alteraciones de conducta..., pero todavía tenemos tratamientos que son poco específicos para tratar los síntomas negativos, que son los que más influyen en el pronóstico de la enfermedad.

¿Qué ha supuesto la aparición de los antipsicóticos atípicos, como quetiapina en el tratamiento de la esquizofrenia?

Todos los fármacos atípicos han mejorado mucho la calidad de vida y el pronóstico del paciente esquizofrénico, en el sentido de que controlan bien los síntomas y al tener menos efectos secundarios evidentemente han mejorado el pronóstico de la enfermedad.

Pero, también diría que los fármacos atípicos no es el final. Somos conscientes de que las posibilidades terapéuticas para los pacientes no acaban aquí. Es decir, que los fármacos atípicos no cubren todas las necesidades de los pacientes, entonces, en ese sentido, hay una inquietud y nuevas líneas de investigación que lo que van a intentar es abordar esas deficiencias que los antipsicóticos atípicos tienen en la sintomatología negativa o en el deterioro cognitivo de los pacientes.

¿Cuáles son las vías futuras de investigación en esquizofrenia?

Sin duda hablar de neuroimagen cerebral, estudios de epistasis en genética, biología celular, proteómica, genómica, es hablar de lo que se va a hacer en esquizofrenia y no lo podemos separar de lo que son los estudios biológicos dentro de las neurociencias. El gran reto es combinar investigación clínica de excelencia con estas técnicas sofisticadas de investigación biológica. A partir de ahí el campo es amplio, porque hay conocimiento, pero hay mucho más desconocimiento, de cómo funciona el cerebro normal y por lo tanto aún más de cómo las desviaciones de esa normalidad hacen que aparezca la enfermedad mental.

En la esquizofrenia es bastante habitual que los pacientes abandonen el tratamiento. ¿Qué se podría hacer para mejorar el cumplimiento terapéutico?

El cumplimiento terapéutico es una de las variables que marca claramente el pronóstico y que más predice las recaídas, la evolución, pérdida de trabajo..., es decir todas las variables que estarían marcando una mala evolución de la enfermedad.

El cumplimiento se podría mejorar asegurando que los pacientes toman la medicación, y para eso hay dos grandes vías: Utilizar fármacos que nos aseguren la adherencia, y que el perfil de efectos secundarios de la medicación no haga que el paciente la rechace.

¿Qué supone para Vd. y para su investigación el que le hayan concedido este galardón?

Siendo muy honesto, la verdad es que es un privilegio. Aunque intento objetivar todo, creo que es destacable que un premio de investigación en biomedicina, incluyendo todas las disciplinas, termine recayendo en un psiquiatra ya es relevante y singular. No es fácil que se seleccionen trabajos de investigación en psiquiatría y en esquizofrenia en particular, a pesar de la trascendencia que tiene esta enfermedad y el sufrimiento personal y económico que supone, no sólo para el paciente, sino también para la familia y para la sociedad.

Creo que también debe ser extensible el premio a otros grupos nacionales formados por psiquiatrías jóvenes que están haciendo una investigación de alta valía y que seguramente tienen un mayor reconocimiento internacional que el que reciben dentro del panorama nacional.

También está lo que se siente a nivel personal. Es paradójico cómo al recibir un reconocimiento externo de prestigio como es este premio, todos los esfuerzos y decisiones tomadas adquieren una significación de acierto y pasan a ser correctas. Uno puede ser muy riguroso y honesto en su trayectoria, pero paradójicamente si no hay un reconocimiento externo en esencia nuestro trabajo puede parecer menos importante. Necesitamos de estos reconocimientos para que todo adquiera sentido. También ayuda a que uno se reafirme en que la línea elegida es acertada, y representa un punto de inflexión para seguir creciendo y para trabajar si cabe con más ahínco en todas estas líneas de investigación.

Me gustaría destacar que todo este reconocimiento que ahora se personaliza en mí, debe ser transmitido a todo el grupo de investigación y a las personas con las que he trabajado, tanto en Estados Unidos como ahora a mi vuelta a España en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Marqués de Valdecilla, dirigido por el profesor Vázquez-Barquero. El grupo es lo que permite hacer la investigación, uno puede liderarlo, pero sin tener un grupo de gente excelente es imposible hacer una investigación de primera línea. Siempre y solamente las personas dan sentido al esfuerzo.

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