Lo dijo el psiquiatra Nassir Ghaemi
"El Prozac y las drogas antidepresivas han destronado a la psicoterapia de su lugar de poder. Hubo gente que no mejoró con años de psicoterapia y que mejoró con dos semanas de Prozac", disparó el doctor Nassir Ghaemi, profesor de psiquiatría y salud pública de la Universidad Emory, Estados Unidos.
De visita a la Argentina para participar de las XXV Jornadas Argentinas de Psiquiatría, que se realizaron en Buenos Aires, este sólido pero a la vez polémico investigador dio en la Universidad Favaloro la charla abierta "La vida en la época de Prozac", en la que discutió el impacto de los antidepresivos sobre la cultura y sobre la práctica médica.
En diálogo con LA NACION, el doctor Ghaemi se refirió a cómo esos fármacos a veces condicionan el tratamiento de las afecciones psiquiátricas, y a la necesidad de prevenirlas desde la salud pública.
"Los antidepresivos no sólo mejoraron la depresión, sino que mejoraron la cotidianidad de las personas en una forma más profunda -señaló Ghaemi-. De ahí que haya mucha presión social para usar pastillas para mejorar los problemas de la vida de la gente."
-¿Hay también un uso exagerado de estos medicamentos?
-Los antidepresivos se usan para muchos síntomas de depresión pero que no constituyen una enfermedad, y eso es un problema. A veces la gente piensa sintomáticamente. Dice: "Debemos dar antidepresivos cuando uno tiene síntomas de depresión, ansiolíticos cuando uno tiene ansiedad, hipnóticos cuando uno no puede dormir..." Eso es un error. Dar fármacos solamente por síntomas. Y es diferente de trabajar a partir de los criterios que definen una enfermedad.
-Siendo tan populares los antidepresivos, ¿los pacientes no terminan automedicándose al pedir a sus médicos que se los receten?
-Sí, así es, eso es lo que está pasando. Para mi el Prozac es un símbolo del impacto de la psicofarmacología en la cultura, que es tan grande como el que tuvo anteriormente el psicoanálisis. Estos fármacos afectan nuestra mente y pueden crear un hedonismo farmacológico, y eso no se ha discutido mucho entre los filósofos que quieren hablar mucho de psicoanálisis, pero no de cómo han cambiado los fármacos nuestras vidas.
-¿Cómo se resuelve este problema? ¿Por dónde se empieza?
-Lo necesario es hacer más científico el uso de los fármacos. Si hacemos eso, yo pienso que los vamos a usar mucho menos, pero con más eficacia.
Aguas con litio
Como experto en salud pública, uno de los temas que desvelan al doctor Ghaemi es no el tratamiento de los trastornos mentales, sino su prevención. Y en esta materia, este investigador nacido en Teherán tiene ideas cuanto menos polémicas.
"En la actualidad, tenemos cada vez más problemas de demencia que se relacionan con la mayor longevidad de la población, y al mismo tiempo hay estudios que sugieren que es posible que dosis muy bajas de litio prevengan la demencia.Y entonces la pregunta puede ser si, así como damos flúor para tener menos problemas dentales, quizá sea preciso dar un poco de litio en el agua para disminuir el riesgo de demencia de la población.
-¿Cómo puede el litio prevenir la demencia asociada a la edad?
-Hay estudios recientes en animales que han demostrado que el litio proteje las neuronas, que viven más con litio. Al mismo tiempo, hay nuevos estudios realizados en Europa que muestran que los pacientes tratados con litio tienen menos tasas de demencia que los pacientes sin tratar. Otros estudios muestran que el efecto neuroprotectivo del litio ocurre en dosis muy bajas, al menos en ratas. El problema con el litio es que las dosis necesarias para el tratamiento del trastorno bipolar tienen riesgo de toxicidad, si quien lo indica no es muy cuidadoso. Pero es posible que el efecto cognitivo se obtenga en dosis muy bajas que no tengan efectos secundarios.
Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION
Tomado de www.lanacion.com.ar
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