El que abusa de las personas de edad avanzada guarda muchas similitudes -psicológicas y emocionales- con aquellos que abusan de mujeres y niños.
En general, se trata de personas inseguras, egoístas, inmaduras y, en ocasiones, dependientes económicamente de la persona que cuidan, explicó a PRIMERA HORA el psicólogo Carlos Sosa.
"Son personas que no están conscientes de las necesidades de los ancianos y de su vulnerabilidad y quieren sacar ventaja de esto. El maltrato, en muchas ocasiones, va en esa dirección; toman el dinero del anciano y le proveen sólo lo que entienden es necesario", señaló el catedrático de la Universidad del Sagrado Corazón.
También se puede tratar de una persona frustrada, que pudo haber sido abusada cuando niña y ha hecho del maltrato una herramienta para sobrevivir.
Hay, sin embargo, unos factores externos de los cuales el cuidador no tiene control y pueden provocar en éste reacciones que lo lleven a maltratar física o emocionalmente a la persona que está bajo su responsabilidad.
Entre éstos, está el hecho de que en muchas familias un solo miembro es quien se hace cargo del cuidado del anciano, recayendo en éste todo el peso. Esta situación puede provocar en el cuidador estrés, malhumor, cansancio y, por consiguiente, una actitud hostil en contra del anciano que puede culminar en maltrato.
"La persona que acepta la tarea de cuidar un anciano tiene que ser paciente y tener un nivel de tolerancia bastante alto, porque se trata de personas que son lentos en su respuesta y que dependen de otros para prácticamente cualquier cosa", dijo el experto en la conducta humana.
"Una persona que no es tolerante termina descargando su ira y coraje contra esa persona indefensa y puede llegar a golpearla, maltratarla de palabra y ser cruel, sobre todo cuando están ellos solos", añadió Sosa.
Otro factor externo que puede llevar a una persona a convertirse en un abusador es que tenga problemas económicos. En este caso el cuidador puede abusar física o verbalmente del anciano por el estrés que le causa no tener dinero, pero también puede dejarlo desprotegido apoderándose del dinero que éste recibe mensualmente para su cuidado.
También puede convertirse en maltratante un cuidador que abusa de sustancias controladas o que tenga problemas con el alcohol. Igualmente está el factor de la desinformación, según dijo, por su parte, el gerontólogo José Rodríguez, experto en el estudio de este sector de la población.
"Influye también el que el cuidador no tenga la capacidad de manejar el anciano, porque carece del adiestramiento y cae en los diferentes tipos de maltrato", dijo Rodríguez, quien mencionó que una anciana con incontinencia urinaria "que orina la cama, que orina todo el tiempo, que hay que cambiarle los pañales desechables", puede provocar estrés en el responsable de velar por ésta y que, a su vez, se incurra en maltrato.
Pero, ¿qué se puede hacer para disminuir o prevenir este problema social que cada año está ganando más terreno? Rodríguez señaló que es esencial la asistencia y el apoyo al cuidador porque éste "experimenta agotamiento, sobrecarga... y hay una necesidad de reconocer eso, porque el cuidador tiene un límite. El cuidador necesita apoyo y debe conocer dónde recibirlo", señaló el también profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
De hecho, el Departamento de la Familia cuenta con varias iniciativas a través de las cuales el cuidador puede recibir ayuda, como lo es el programa de Ama de Llaves, que le garantiza periodos de descanso al cuidador. Otro programa, el de Servicios a Adultos, se encarga de ofrecer orientaciones.
Existe, además, el programa Próspera mediante el cual toda personas de 60 años o más puede solicitar sustento de sus descendientes directos mayores de edad. También lo puede utilizar aquel hijo que esté llevando la carga solo y necesite exigirles a sus hermanos que se hagan responsables.
Y es que la Ley de Sustento de Ancianos obliga a todo hijo mayor de edad a hacerse cargo de sus progenitores cuando éstos ya son considerados personas de edad avanzada. La ley sólo exime a hijos que hayan sido abusados o que nunca recibieron por parte de su padre o madre -depende el caso- pensión alimentaria.
En el pasado año fiscal -que culminó en junio- Próspera atendió 722 casos. De éstos, 603 fueron resueltos a través de mediación, 91 mediante mediación judicial y 28 en los tribunales.
"La ecuación perfecta para evitar el maltrato es paciencia, amor, sensibilidad y educación", sostuvo Rodríguez.
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