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viernes, 21 de diciembre de 2007

La sexualidad en la tercera edad



Ana Nogales

Los Angeles — Muchos se preocupan por su sexualidad, y más aún cuando los años pasan. Se preguntan qué pasa después de los sesenta...

Algunos hombres se angustian pensando que les queda poco para disfrutar de una vida sexual activa, y con la ayuda de Viagra se disponen a no permitir que este aspecto de su vida termine.

Algunas mujeres también se preocupan por lo mismo.

Si le preguntamos a los jóvenes sobre cuál será la actividad sexual después de los sesenta, la mayoría dirá que es cosa de viejos perversos. A los treinta, la mentalidad es un poco más flexible. A los cuarenta, ya se prevén nuevas posibilidades. Y a los cincuenta uno promete mantenerse joven. Pero, ¿qué pasa después de los 60 años?

Un estudio de la Comisión Nacional de la Tercera Edad (NCA) determinó que cerca de la mitad de las personas de más de 60 años mantiene relaciones sexuales más de una vez al mes. El 39% dice sentirse satisfecho con su vida sexual, mientras que otro 39% preferiría tener relaciones con más frecuencia. Pero sin poner tanto interés en la frecuencia y prestándole más atención a la satisfacción sexual, los datos más interesantes se ven reflejados en el siguiente estudio: el 74% de los hombres y el 70% de las mujeres se siente más satisfechos a los sesenta que cuando tenían 40 años.

Desafortunadamente, mucha gente piensa que la vida sexual termina a cierta edad, porque la cultura en la que vivimos niega a la persona mayor su capacidad de mantenerse sexualmente activa. Por esa razón, algunos individuos suponen que no deberían disfrutar de su vida sexual, y cancelan así su capacidad de goce.

Es cierto que la frecuencia en la actividad sexual puede disminuir, pero muchas personas sienten que con el paso de los años su satisfacción hasta puede aumentar, siendo más excitante y estimulante que antes y desarrollando una intimidad y conexión más intensa con la pareja, sin la preocupación de la posibilidad de embarazo.

Como no hay edad para ser "viejo", algunos lo son a los sesenta, otros a los treinta; también la actividad sexual es diferente para cada individuo.

En el hombre, es posible que necesite más estimulación para conseguir una erección. Sin embargo, esto no es impedimento para mantener una relación sexual satisfactoria. Muchos hombres aprenden a disfrutar más de las caricias y de los momentos íntimos, mientras se concentran menos en la eyaculación y pueden disfrutar más de la relación en sí. En el caso del hombre con eyaculación prematura, el control aparece con naturalidad y por primera vez disfruta de las relaciones sexuales sin ansiedad.

La mujer debe confrontar la menopausia, en lo físico produce cambios rotundos en su funcionamiento hormonal. Esto hace que lubrique menos y modifica la conformación de sus órganos genitales, produciendo sensibilidad que puede llegar a ser dolorosa con la penetración sexual. Como con el hombre, el orgasmo puede cambiar en calidad, y posiblemente no sea tan frecuente. Por otro lado, las mujeres con orgasmos múltiples pueden mantenerlos como en años anteriores.

Para muchas mujeres, el tratamiento de terapia hormonal es una solución para reemplazar los cambios hormonales de la edad. Este tipo de terapia hace sentir a muchas mujeres más jóvenes y sensuales y trae otros beneficios médicos, como evitar la osteoporosis y disminuir los "calores". Una consulta con el ginecólogo es indicada para tomar este tipo de determinación. Otras mujeres prefieren la medicina homeopática o productos naturales que reemplazan a la medicina tradicional.

No hay duda de que la vida sexual cambia con la edad. Lo interesante es que puede ser mejor si uno se plantea los cambios con flexibilidad a través de la comprensión de uno mismo y el entendimiento con su pareja.

La química de un misterio

¿Cuál es la misteriosa fórmula de las parejas que duran? El profesor español de neurociencia Ignacio Morgado explica las razones bioquímicas de las relaciones estables. No sólo el flechazo y los 18 meses que a lo sumo dura el enamoramiento se ven condicionados por la química cerebral, con la segregación de feniletilamina que produce excitación y pasión emocional, y los estrógenos y andrógenos que aumentan el apetito sexual.

La fidelidad también vendría condicionada por la vasopresina y la oxitocina, sustancias que fabrica el cerebro y, en plena relación sexual, pueden liberarse en la sangre y crear un apego, un lazo. Así funciona en los animales, y la antropóloga Hellen Fisher asegura que en los humanos también. Morgado cree que la influencia de estas hormonas queda disminuida por la enorme capacidad del córtex cerebral de crear relaciones sociales. "La relación afectiva y sentimental entre dos personas es mucho más que unas hormonas liberadas en un momento dado. Además de la química, está la fisiología, una educación, un pasado, un presente y una imaginación del futuro", dice. Fuente: www.lavanguardia.es

La clave: El diálogo

El amor no es mágico, ni irracional, pues no se trata de patologías del amor y dependencias emocionales, como vemos en mujeres maltratadas o en personas que temen al compromiso y se fugan cuando la relación se consolida. Hablamos de personas que, superada la ducha química del enamoramiento, manifiestan la voluntad de compartir su vida: ese amor tiene connotaciones que van desde lo puramente fisiológico hasta la idea de proyecto en común.

Y para que eso dure, deben trabajárselo, igual que sucede con una empresa: negociar, pensar, conocer, investigar. De lo contrario, se diluirá o se mantendrá por razones que nada tienen que ver con una relación positiva. La clave es una relación de tú a tú desde la autoestima, la empatía, el humor y la capacidad de seducción; de enviar comunicación positiva sobre lo que uno quiere e interesa: "Es absurdo pretender que si me quiere ya sabrá lo que quiero: hay que comunicarse". Fuente: portal www.entrevosyyo.com

Tomado de www.eldiariony.com

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