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miércoles, 23 de enero de 2008

Tranferencia y Contratransferencia.

 

 

El siguiente texto es una pequeña exposición acerca de dos conceptos importantes en el campo de la psicoterapia, me estoy refiriendo a los conceptos de Transferencia y Contratransferencia.
Vamos a comenzar realizando un primer acercamiento al concepto de la Transferencia a través de las definiciones que nos ofrecen dos autores como son, por un lado, Harper, para quien la "la transferencia es el proceso por el cual un paciente desplaza al analista, en el presente, el amor o el odio dirigido inconscientemente en el pasado a una persona significativa, con frecuencia el padre o la madre" y, por otro lado, León Grinberg, quien mantiene que "la transferencia es el proceso mediante el cual el individuo transfiere sus 'memorias' de experiencias significativas previas, cambiando la realidad de sus objetos, dotándolos con las cualidades del pasado, juzgándolos y tratándolos como lo hizo en su pasado".
Como primera conclusión, sintetizando estas dos aportaciones, podemos decir que en la transferencia, el paciente mantiene una relación con el terapeuta caracterizada por la proyección sobre éste de un patrón de vinculación caracterizado por una constelación de sentimientos, emociones, creencias, comportamientos y actitudes que fueron originalmente aprendidas y establecidas con las figuras significativas de su contexto de origen más inmediato (normalmente la familia, los padres y hermanos) y que ahora son transferidas sobre el terapeuta. Es decir, el paciente actúa aquí y ahora, en el sentido del estilo de vinculación que mantiene con el terapeuta, como si estuviese aún allí y entonces. En esta experiencia relacional el sujeto es víctima, de forma más o menos inconsciente, de un "secuestro emocional". Podríamos decir, aun a riesgo de caer en una definición muy simplista, que el paciente ve, sin saber diferenciarlas, dos personas en una.

Esta forma de "vestir" al terapeuta con los ropajes de un protagonista ajeno en parte a su persona (digo en parte porque, como señalo en otro escrito de este blog, "toda proyección engancha siempre en un aspecto de la realidad, en una esquina bien afilada de la misma que nos lleva a vivenciar ese girón experiencial que sentimos cuando se clava en nuestro tejido emocional") este colgarle al terapeuta ese ropaje, decía, conlleva que éste experiencie a su vez su propia constelación de sentimientos, emociones, creencias, comportamientos y actitudes respecto del paciente, en el cual, obviamente, también el terapeuta deposita su propia transferencia que, en este caso,, la denominamos contratransferencia. En definitiva, la contratransferencia, es la transferencia experimentada y proyectada por el psicólogo en respuesta a la transferencia sobre su persona del paciente.

 Doy por sentado que aceptamos que no podemos saber que fue primero, si "el huevo o la gallina", en el sentido que ambas experiencias, ambas proyecciones transferenciales, surgen al unísono, son procesos emergentes que se despliegan de un orden implícito de forma sistémica.

Si jugamos por un momento a poner horizontalmente un folio sobre estas dos fotos, veremos que los personajes que aparecen están claramente diferenciados, son incluso de sexo distinto. Pero si los visualizamos en conjunto, hay que realizar un esfuerzo de atención y diferenciación mucho más intenso para llegar a tomar conciencia de que no son una misma persona. "El billete para la neurosis lo pone el espectador". Esta capacidad para "utilizar estos folios diferenciadores" en sesión de terapia y tomar conciencia plena de que "el mapa no es el territorio", es un recurso indispensable del que debe disponer el terapeuta y, al mismo tiempo, un recurso fundamental a desarrollar en el paciente.

Concluimos diciendo que ambos, paciente y terapeuta, son vestidos por el otro con una serie de ropajes que no les corresponden, como si de un juego de muñecos en el que de vestirlos se tratase, o de unos "diseñadores de moda" que sacan del baúl de los recuerdos sus prendas más estimadas para ataviar a sus respectivos modelos, esos pacientes y terapeutas que "desfilan por la pasarela de las consultas profesionales". Ambos, modelo y diseñador, paciente y terapeuta, van depositando en el otro toda una serie de prendas y accesorios vinculares cuyos propietarios originales duermen en la noche de los tiempos.


Tomado de http://sergiohuguet.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acaso no vestimos a todos con las prendas q nosotros poseemos para ellos??
La transferencia es constante, sobre todos los individuos