Que estas buscando?

martes, 26 de febrero de 2008

¿Por qué algunos chicos/as se resisten a ir a la escuela?

 
Por el Lic. Martín Díaz (Psicólogo)
 
La fobia escolar se caracteriza por una fuerte resistencia a asistir a la escuela, la que en ocasiones se acompaña por trastornos de conducta. En esta época de comienzos del ciclo lectivo constituye uno de los principales motivos de consulta psicológica por parte de los padres. Cuáles son las causas de esta conducta en los niños.

Si bien puede presentarse en cualquier nivel de la escolaridad, es especialmente observable en los niños más pequeños.

Este "no querer asistir a la escuela", puede manifestarse de diversas maneras: acompañado de una fuerte carga de angustia y ansiedad, el niño llora y dice que se siente mal, incluso aduce tener dolores corporales; otra forma de manifestarse es con berrinches, el niño se torna agresivo con quienes lo rodean, negándose a escuchar siquiera cuando se le habla.

Si bien es típico que la fobia escolar se manifieste de estas maneras, cada caso en particular debe ser objeto de una adecuada evaluación y posterior seguimiento.

En lo que respecta a las causas, podemos hablar en primer lugar (en niños que recién ingresan al mundo escolar), de la ansiedad que les provoca ese cambio en su vida cotidiana: nuevo entorno, nuevas personas, nuevos horarios, lo que en muchas ocasiones viene acompañado por la angustia que les genera separarse de las personas que ve a diario y se hacían cargo de su cuidado (padres, abuelos, etc..). Es por esto que en el nivel inicial, está previsto un período de adaptación en el cual el niño asiste por períodos cortos de tiempo durante las primeras semanas, hasta que pueda adaptarse a la estructura educativa.

Otros factores que pueden desencadenar este cuadro son el cambio de escuela o de curso, fallecimientos de seres queridos, o problemas de índole familiar.

En adolescentes he tenido oportunidad de observar casos de fobia escolar que guardan íntima relación con la ansiedad que les provoca las situaciones de evaluación.

Por lo general, y siempre que el rechazo a asistir no sea una manifestación de trastornos psicológicos más severos (lo que debe ser siempre evaluado por un profesional), el pronóstico es favorable.

Para terminar, es muy importante destacar que en todo el proceso los padres y/o adultos a cargo juegan un papel fundamental, ya que en ocasiones debemos realizar cambios en la dinámica familiar y revisar nuestras actitudes para no sumar en los niños nuestras propias ansiedades de adultos.

Hasta nuestro próximo encuentro.

No hay comentarios.: