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miércoles, 19 de marzo de 2008

Antes de las promesas (tomado de una lista)


Hombres violentos prometen cambiar…….


ü ¿Tu pareja te ha prometido cambiar?

ü ¿Pide perdón por haberte insultado, golpeado, humillado o maltratado?

ü ¿Promete que será diferente y que nunca volverá a suceder?


El principio encantador


Te sientes encantada con tu novio, esposo, pareja. Estando juntos ríen,
él es un caballero te trata como una princesa, atento a cada una de tus
necesidades; en una palabra es increíble tu relación de pareja.



Un día él se enoja y si lo analizas ese enojo no tiene razón aparente.
Se enoja porque:

• cuando te llamó al celular no contestaste,

• te encontró platicando con un compañero del trabajo

• no le gustó como ibas vestida ese día

• sintió que lo ignoraste en una reunión o fiesta etc.


Y empieza el martirio…



El enojo empieza como un reclamo sencillo sin embargo va en aumento y de
ser un simple desacuerdo pasa a una severa discusión en la cual se
incluyen por parte de él:


Humillaciones: eres una puta siempre coqueteando con otros, eres
descuidada, estas bien sorda porque no contestaste el teléfono, te
vistes como una cualquiera para llamar la atención al que se te ponga en
frente.


Culpándote por su enojo: siempre haces cosas para que me enoje, mira
como estoy alterado, me dan ganas de golpearte y todo por tu culpa.


Golpeándote: en un principio te empuja, luego en otra peleas te
pellizca, luego te da un puñetazo y al pegarte dice "tu haces que me
enoje, te lo mereces."


¿Qué hacemos las mujeres ante este enojo?

Nosotras como siempre damos explicaciones y justificaciones, entre más
aumenta el enojo más incrementan nuestras justificaciones que se
convierten al final en súplicas.


Decimos:
• Mi vida ese compañero de trabajo está casado, solo hablábamos de
asuntos de trabajado.

• Tú eres al único que quiero y adoro.

• Te prometo no ponerme la blusa amarilla si esto te molesta, debí haber
pensado antes de usarla.

• Tienes razón de enojarte de verdad que voy a poner más atención.

• Llevaré el celular en todo momento…


Y así sigue la conversación por momentos, minutos u horas infinitas. Las
mujeres acabamos pidiendo perdón por algo que consideramos que no fue
nuestra culpa. Lo más importante en ese momento es quitarle el enojo,
reconciliarnos y reestablecer el bienestar.


¿Cómo termina la discusión?

La discusión termina cuando él nos ha humillado tanto que decidimos
irnos o lloramos incansablemente, o cuando él nos violentó físicamente.


Los perdones y promesas....

Al día siguiente o en ese momento él empieza a: Pedir perdón,
disculparse por lo sucedido, y las promesas de cambio parecen interminables.


Escuchamos frases como: Mi amor prometo que cambiaré, tú eres lo más
importante en mi vida, de verdad que seré diferente, ¿Te resulta familiar?


Perdonamos y permanecemos

Al escuchar sus promesas y franco arrepentimiento las mujeres cedemos a
dichas súplicas y decidimos darle otra oportunidad.


Sentimos quererlo y al final concluimos que equivocarse es de sabios.


Al perdonarlo él lo agradece enormemente y por un rato la pareja
encuentra paz y bienestar.


En estos momentos de bienestar las mujeres pensamos que nuestra decisión
fue acertada, volvemos a creer en él.


El círculo de la violencia

La pareja esta contenta El se enoja nos culpa damos explicaciones de las
acusaciones Su enojo aumenta Seguimos explicando Él nos humilla, golpea
lloramos o queremos huir, dejamos de justificarnos Él se calma, pide
perdón y promete cambiar le creemos, perdonamos y permanecemos en la
relación viene el periodo de calma Él se enoja ….


Y el ciclo sigue y sigue, repitiéndose incesantemente… El ciclo se va
cerrando en donde los periodos de bienestar son cada vez más cortos y
las agresiones cada vez más intensas.


Todas las relaciones violentas todas presentan este ciclo


Si estas acciones te resultan conocidas, te ves reflejada en lo que hoy
he descrito, te percatarás que te encuentras inmersa en un ciclo sin fin.


A veces pensamos que la violencia es algo ajeno y que no podría
pasarnos. Que nunca estaríamos con alguien violento, pero no te
avergüences si hoy te das cuenta que vives violencia.


Somos un sin número de mujeres que estamos o hemos estado en estas
relaciones con violencia.


Te invito a tomarte unos minutos para releer el artículo, si te ves
reflejada en dichas acciones y pensamientos, no te asustes, existen
soluciones.

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