Que estas buscando?

viernes, 28 de marzo de 2008

Cómo superar un divorcio

Por: Lorena Rodríguez

Cuando las cosas no funcionan en la relación de pareja y se opta por la separación, se experimenta dolorosa etapa de duelo.

 
Cuando las cosas no funcionan en la relación de pareja y se opta por la separación, se experimenta dolorosa etapa de duelo en la que se entremezclan depresión, rencor, angustia y confusión.

¿Cómo se puede salir adelante sin desfallecer en el intento?, continúe leyendo y descúbralo.

La separación aparece como consecuencia de prolongado desgaste en la relación, inconformidades no comunicadas a tiempo, necesidades no manifestadas, desengaños o haber permitido pasivamente que la rutina opacara la vida conyugal.

Por estas razones, aunque se albergue mucha tristeza al momento de decidirse por el divorcio y después de consumado el mismo, debe tenerse presente que la relación terminó porque ya no funcionaba, en donde lo más saludable es cortar por lo sano.

Después de la separación es necesario que la mujer reencamine su vida, por ejemplo, si no trabajaba debe hacerlo.

En cuanto al tiempo libre, resulta normal que quien acaba de divorciarse se sienta perdida, de hecho, muchas féminas en el afán de no aceptar que están solas programan salidas constantes para gastar el tiempo que antes compartían con su pareja.

Ante ello, es importante que cada una aprenda a estar a solas consigo misma, pero sin llegar al extremo de convertirse en ermitaña.

¿Qué hacer? Cuando es una quien toma la decisión de divorciarse es necesario reflexionar y mantener una postura firme antes de comunicarla a la pareja y, llegado el momento de hablar, se requiere sinceridad, honestidad y dirigir el diálogo hacia la posibilidad de crecimiento personal que hasta ahora parece estancado.

En caso de ser quien recibe la noticia, en primer lugar habrá que asimilarla y luego expresarse; asimismo, es importante poner en claro si lo que se siente hacia la pareja es amor o sólo se trata de costumbre y sentimiento de dependencia.

Ahora bien, una vez decidida la ruptura, hay que evitar la crítica, hablar mal de la expareja, darle valor al "que dirán", conductas ruines, mentiras y sentimientos de culpa, odio y rencor.

 
Cada persona, según su personalidad, carácter, creencias religiosas y filosofía de vida, podrá superar con el tiempo el divorcio, para ello es fundamental entender y aceptar las causas que acompañan a este problema, así como aceptar el grado de responsabilidad (nunca culpas) que se tuvo en la separación.

Durante este proceso es válido sentir angustia y llorar, pero no se debe permitir que estas conductas invadan totalmente la vida, al grado de impedir seguir adelante.

Por otra parte, se hace necesario aceptar que a partir de la separación la vida cambiará totalmente, pero lejos de ser algo malo esta situación debe percibirse como una oportunidad para mostrar potencialidades y espíritu de lucha para sobreponerse y salir adelante; por supuesto que resulta imprescindible la compañía afectiva de familiares y amigos.

Asimismo, una mujer que se acaba de divorciar debe pensar cómo reorganizará su vida y, si hay hijos, tendrá que evitar junto con el padre que ellos sufran o que se sientan culpables por la ruptura.

Cabe destacar que una separación, ya sea de mutuo acuerdo o no, genera siempre una fase de duelo en todos los miembros de la familia, la cual se supera gradualmente con el paso del tiempo.

No obstante, cuando la etapa de sufrimiento se prolonga mucho tiempo y se convierte en sentimiento paralizante que impide realizar las actividades cotidianas, es aconsejable acudir al psicólogo o psiquiatra, especialistas que ayudarán a superar y aceptar la situación de la mejor manera.

Si hay hijos de por medio... Si la pareja engendró hijos es fundamental que ambos progenitores hablen con ellos y les expliquen por qué tomaron tal decisión, dejándoles muy en claro que no son los culpables, que seguirán queriéndolos de la misma manera y que todo seguirá prácticamente igual, con la única diferencia de uno de los dos ya no vivirá en la casa, pero que ello no será impedimento para que se sigan viendo.

Si los hijos son pequeños (menores de 12 años) se entiende que estarán mejor a cargo de la madre, en tanto que los adolescentes pueden decidir con quién vivir.

Lo habitual es que la persona que se quede a cargo de los niños siga viviendo en la misma casa para generar los menos cambios posibles en la vida de los chicos.

Una vez separados, la relación que deben tener los padres es de amistad y respeto, ya que un ambiente adecuado entre ellos facilitará el equilibrio físico y mental de los niños, amén de que esto les permitirá estar en contacto para todo lo que tenga que ver con el crecimiento de los chicos.

Por estas razones hay que considerar que usted y su expareja no son dos oponentes que rivalizarán para obtener como premio el cariño de los hijos, sino es necesario comprender que están en el mismo bando para educarles, ayudarles a crecer y enseñarles a ser independientes, aun y cuando el proyecto de matrimonio se haya venido abajo.

Por último, para poder darnos cuenta que estamos viviendo una crisis matrimonial o conyugal hay que ser capaces de desligarnos emocionalmente del vínculo de dependencia que nos une a la pareja y mirar el problema desde fuera, objetivamente, como un espectador más.

No hay que evaluar lo que perderemos si nos divorciamos, sino simplemente analizar la situación actual de crisis que dificulta la convivencia.

 
 

1 comentario:

Vampi-Oso dijo...

Saludos!

Prima le deje una tarea en mi blog.