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martes, 25 de marzo de 2008

El sexo de las embarazadas

 

Tras descubrirse que los orgasmos estimulan al feto y que hacer el amor durante la fase final de la gestación ayuda a tener un parto más fácil, el sexo prenatal ya no es ningún tabú

Luis Landeira Madrid

Durante siglos, el sexo durante el embarazo fue algo innombrable. Para nuestros abuelos, mal informados por curanderos y sacerdotes, el coito prenatal era algo antihigiénico, infeccioso o degenerado. Si levantaran la cabeza, se encontrarían con un panorama completamente distinto: hoy, la "tripa" es erótica, las embarazadas famosas se desnudan en las revistas de tendencias y los médicos consideran que el acto sexual durante la gestación es tanto o más sano que en condiciones "normales".

En un estudio realizado en colaboración con la revista norteamericana Gynecology & Obstetrics, el ginecólogo Tan Peng Chiang, de la Universidad de Malasia, llegó a la conclusión de que mantener relaciones sexuales, sobre todo durante el último mes de embarazo, permite a la futura mamá tener un parto más fácil y espontáneo, pues, entre otras cosas, estimula y ejercita los músculos uterinos.

El trabajo de Chiang, fruto del seguimiento durante tres años de la actividad lúbrica de 200 mujeres casadas, también sostiene que las relaciones sexuales por parte de la mujer durante el estado de gestación "no causan rotura de las membranas ni parto prematuro" y tampoco son perjudiciales para el niño, ya que no hay mejor amortiguador que el líquido amniótico.

Otro exótico especialista, el ginecólogo y obstetra brasileño José Bento, no sólo confirma las tesis de su colega, sino que va aún más allá, asegurando que las embarazadas que gozan de gran actividad sexual tienen bebés más tranquilos y felices: "Después de que la madre tiene un orgasmo, se produce una inmensa liberación de endorfinas, que llegan por el cordón umbilical hasta el feto, dándole sensación de placer", afirma el doctor.

Vientres multiorgásmicos

El deseo sexual durante el embarazo no sólo depende de cada mujer, sino también de la fase de gestación en la que se encuentre.

Según coinciden todos los estudios realizados al respecto, durante el primer trimestre gestacional, el 54% de mujeres experimentan un descenso de su apetito sexual, debido a los cambios físicos que experimentan, y a las náuseas, mareos o fatigas que genera el principio del embarazo. También influye el factor psicológico, es decir, el vértigo que muchas veces se siente ante el reto de alumbrar un nuevo ser.

Pero todo esto se acaba a partir del cuarto mes de gestación. Con el cuerpo ya habituado y cargado de hormonas, la embarazada suele multiplicar su libido. Desde entonces y hasta el sexto o séptimo mes, la mujer necesita una gran actividad sexual y nota cómo se excita con más facilidad y rapidez. Aumenta la hinchazón de los labios mayores y menores y también la lubricidad de la vagina durante el coito, por lo cual el acto acto sexual es mucho más placentero, alcanzando en ocasiones el multiorgasmo.

Del sexto mes en adelante, el 75% de las parejas continúan con su vida sexual normal, aunque en el 25% restante la ansiedad y la incomodidad de la barriga impide un desarrollo normal del ayuntamiento carnal. Sin embargo, como hemos visto, es cuando resulta más beneficioso el orgasmo para la premamá y su futuro hijo.

El Mama Sutra

Estas son algunas de las posturas eróticas más recomendables para practicar durante el embarazo:

De lado: es una posición muy cómoda si el "bombo" está muy desarrollado. La mujer se tumba de lado y el hombre detrás de ella, sujetando con el torso parte de su peso. Él la penetra desde atrás levantándole, si es necesario, una pierna con la mano para facilitar el acto. Así no hay presión sobre el abdomen de la mujer y, además, él puede acariciarle los pechos o la tripa.

Cara a cara: la mujer se coloca encima del hombre, en posición supina y así es capaz de controlar el ritmo y la profundidad de la penetración. Aunque parezca una postura cansada para una embarazada de más de cinco o seis meses, no lo es tanto: el hombre puede usar sus muslos y rodillas de respaldo para que la mujer esté cómoda y se concentre plenamente en los movimientos vaginales.

Boca arriba: la embarazada se tumba boca arriba y el hombre la penetra de lado, colocándose bajo las piernas de ella. Es una postura reservada a embarazadas de cuatro meses o menos, ya que a partir del quinto mes el peso del útero podría oprimir vasos sanguíneos de gran importancia.

Sentados: una silla puede ser muy útil a la hora de sujetar el peso de ambos cuerpos y aportar comodidad al acto sexual. Por supuesto, el hombre se sienta abajo y ella sobre él, con las piernas abiertas, se introduce el pene. Si el embarazo está muy avanzado, la mujer puede sentarse de espaldas.

Cuatro patas: los adictos a esta postura pueden practicarla durante los dos primeros trimestres de embarazo, teniendo cuidado en colocar unos almohadones bajo el vientre de ella, para que no se vea obligada a hacer tanto esfuerzo.

Tomado de www.adn.es

 
 

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