María José Herrera, que trabaja en el Instituto Fénix de Psicología, señala en una entrevista a Efe que 'un comportamiento tan fuera de la razón humana que a todos escandaliza y nos deja de piedra' no se explica si no hay asociados otro tipo de trastornos más grave, como los de personalidad o los síntomas sicóticos.
La depresión postparto aparece en un porcentaje muy alto de mujeres y además también se habla del síndrome del 'Baby blues', que surge hacia los tres días de dar a luz, lo que coincide con el regreso del hospital a casa tras el parto.
Es entonces cuando las madres se vuelven más llorosas, tristes, no quieren visitas y todo les produce 'un pequeño desbordamiento', pues salen de un hospital en el que todo está hecho hacia su hogar, en el que hay una nueva situación 'y todo es un caos'.
María José Herrera, también natural de La Palma y que ha realizado un máster en Psicología Clínica, señala que la depresión posparto aparece normalmente a lo largo del primer mes de vida del bebé, pero también hay casos en los que surge a los seis meses y hasta después de un año de dar a luz.
Los síntomas son tristeza, ansiedad, abatimiento, bajo estado de ánimo, irritabilidad -sobre todo con las personas próximas- peleas con la pareja e incluso irritación con el bebé.
Es normal que una mujer sienta fatiga y ansiedad tras el parto pero en este caso esta sensación es aún mayor y todavía no se conoce bien su origen, de forma que se pueda identificar las probabilidades de que una parturienta la sufra y otra no.
Se habla de un cambio muy brusco en las hormonas relacionadas con la reproducción, como la progesterona y los estrógenos, pero al efectuar análisis se ha comprobado que no hay diferencias sustanciales en las mujeres que padecen la depresión post-parto y las que no.
Una hipótesis sería la de que las mujeres que padecen la depresión posparto tienen una mayor sensibilidad hacia los cambios hormonales, y también hay otros factores de riesgo como el tener mayor o menor apoyo familiar y de la pareja en el cuidado del niño, si éste ha sido deseado, si el embarazo ha sido bueno o el bebé presenta deficiencias 'o es muy llorón'.
Algunas parturientas pueden quedarse sin diagnosticar pero actualmente son los ginecólogos y los pediatras los que identifican este tipo de depresión cuando la madre acude a las consultas, y para ello están 'perfectamente cualificados', apunta la psicóloga.
Un problema de este tipo de depresión es 'que no se entiende' ni por los hombres ni por otras mujeres, pues la sociedad culpa a quien la padece 'como una mala madre'.
En cuanto al tratamiento, la psicóloga desaconseja el uso de antidepresivos por la etapa de lactancia y recomienda una terapia cognitivo-conductual, y lo primero sería explicar a la mujer lo que le pasa y sus síntomas para que se sienta identificada.
También hay que explicarlo a su pareja -que debe ser su principal apoyo- a los padres y gente a su alrededor para que la sepan entender y ayudar, detalla.
Tomado de actualidad.terra.es
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