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lunes, 19 de mayo de 2008

La exposición de la intimidad sexual

 
 
Sin llegar a mostrar sus genitales o a tener sexo en lugares donde puedan ser vistas, muchas personas exponen su intimidad sexual incluso en la red. ¿Alguna vez has fantaseado o tenido sexo en lugares públicos? 

Todos tenemos la imagen del exhibicionista (quizá producto de haber visto muchas comedias del séptimo arte) que, vestido sólo con un impermeable, abre su prenda para mostrar su total desnudez a las desprevenidas mujeres que encuentra a su paso. Quienes experimentan el exhibicionismo obtienen placer erótico o llegan al orgasmo al mostrar parte de su cuerpo o sus genitales no con fines de concretar una relación sexual, sino de causar sorpresa o miedo en quienes son sus víctimas. A veces se masturban luego al evocar ese momento. Esa práctica es, pues, considerada una parafilia.

Pero si bien ésa es la definición más "académica", en los últimos años y gracias a los avances tecnológicos, muchos han hecho del exhibirse –incluyendo su intimidad sexual– un modo más de comunicarse. Famosos o ignotos tienen videos o fotos que muchas veces ellos mismos suben a la red, desdibujando los límites de lo público y lo privado.

El ojo tecnológico
Las famosas que hacen sus habituales periplos por los programas o revistas de chimentos ya no escapan a las preguntas indiscretas que indagan sobre su sexualidad. A ellos recurrió Luciana Zalazar para afirmar que la rubia que aparecía en un video porno no era ella y algo similar declaró en principio Wanda Nara, aunque terminó por admitir que ella era la protagonista de una cinta en la que practicaba sexo oral. Lejos de destacarse por sus dotes en las lides artísticas, estas mujeres tuvieron mucha más prensa por estos incidentes que por sus trabajos y fue un video el que llevó a la ignota Chachi Telesco, participante del reality High School Musical, a hacerse famosa, al menos por 15 minutos.

Es que el hecho de filmarse se ha impuesto como una moda y muchos estudiosos afirman que la cámara o filmadora actúan como los ojos de una persona para quienes se filman teniendo sexo. Un exhibicionismo menor, si se me permite el término, pero que deja en manos del dueño de las imágenes un material comprometedor, que por dinero o por el simple hecho de alardear, termina siendo un estreno en Youtube.


¿Ésa es la nena?
Los fotologs, especie de diarios íntimos que cualquiera puede crear en la red, también son un reducto en donde la intimidad se vulnera. Sin controles, este tipo de herramienta comunicacional tan elegida por los adolescentes se convierte en un espacio donde exhiben fotos comprometedoras o donde se cuentan detalles demasiado íntimos.

Pero también los mayorcitos entran en la red, sobre todo con el nuevo auge del porno casero, el protagonizado por personas comunes y corrientes que deciden exhibirse teniendo sexo ante la mirada anónima de cientos de personas.


¿Todos somos exhibicionistas?
En los foros de internet que hablan sobre fantasías sexuales, entre las más recurrentes están la de protagonizar un trío sexual o tener relaciones en un espacio público. Si bien en el estudio clínico del exhibicionista como sujeto parafílico se afirma que su origen puede remontarse a la infancia o primeras etapas de la adolescencia, pero se definen en la etapa final de la misma o en la adultez joven (ver artículo sobre parafilia del psiquiatra y sexólogo clínico Andrés Flores Colombino en www.sexovida.com), muchos adultos llegan a tener conductas con un componente exhibicionista por un afán experimentador.

Se trata de personas –independientemente de su edad, aunque cerca de los 40 suele verse con mayor frecuencia– que, más allá de tener sexo satisfactorio con su pareja o su amante ocasional, quieren dejar de tener sólo fantasías y dar el paso para concretarlas. Si bien tanto los tríos sexuales como el sexo en lugares públicos o espacios donde se pueda ser descubierto son fantasías recurrentes, quienes se animan a concretarlas deben vencer fuertes parámetros sociales e incluso sus propios prejuicios, porque colocan al sexo en una dimensión diferente de la de la intimidad en la que se había plasmado hasta ese momento.

Ser observado o descubierto por otros o la mirada del tercero (la unión entre voyeurista y exhibicionista), que rompe la tradicional unión sexual de la pareja, son los componentes exhibicionistas de estas relaciones, en las que muchos encuentran gran placer.

Si no, pruebe con poner en un buscador como Google las palabras "tríos + Mendoza". Se van a sorprender.
 

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