Complejos, maridos superprotectores, publicidad engañosa, padres desconfiados, tópicos sociales... Muchos factores entran en juego en la denominada "amaxobofia", pero el miedo a conducir se genera, normalmente, por dos causas: accidentes de tráfico que dejan secuelas físicas o psíquicas o malas experiencias cuando se aprende a conducir. Aunque no hay ninguna estadística fiable, distintas actividades realizadas en nuestro país reflejan que esta fobia se ha cebado en especial en las mujeres y que no se trata de un problema baladí. |
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El Comisario Europeo del Automóvil (CEA) trabaja desde hace años en un proyecto para combatir esta enfermedad que, de momento, no ha tenido el apoyo suficiente para desarrollarse. Según comenta Antonio Lucas, portavoz de CEA, hace meses realizaron un llamamiento en la Cadena SER; se trataba de una cuña de apenas 20 segundos emitida a las siete de la mañana que recibió una respuesta asombrosa: más de 1.600 personas llamaron a la emisora para interesarse por el tema y declararon sufrir, en mayor o menor medida, miedo a conducir.
Javier Díaz, psicólogo clínico y profesor de autoescuela en activo, estima que esta fobia afecta a cerca del 1,2 por ciento de las personas que han obtenido el carné de conducir. "Por lo general, se trata de mujeres de entre 30 y 40 años, que llevan mucho tiempo sin ponerse al volante y que, por necesidades laborales o personales, tienen que volver a hacerlo", destaca. "Esta fobia a la conducción - añade Díaz- se traduce en la sensación de pérdida de control sobre el vehículo y en la idea de no ser capaz de desenvolverse con solvencia en el medio circulatorio". Estas personas normalmente acuden a las autoescuelas para recibir clases de "reciclaje", ya que identifican el miedo con no saber lo suficiente o con ser malos conductores, pero éste también se da en gente que es muy buena al volante. "Hay casos en los que controlan muy bien el coche, pero lo que no controlan es el miedo", afirma.
Como profesor de autoescuela, Díaz asegura que "la escasa preparación de los profesores para abordar problemas psicológicos no permite una adecuada resolución del miedo a conducir. Al no poseer los medios adecuados, estos instructores piensan que por practicar la conducción el problema se solucionará solo". Por otro lado, según su experiencia como psicólogo, afirma que un especialista "sentado en un despacho, tampoco puede tratar el problema en totalidad". |
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