URUGUAY/ EDUCACIÓN
Un estudio de la Facultad de Psicología detectó que los menores pobres no unen la ecuación entre el esfuerzo y el logro. Ante la pregunta "¿qué querés ser cuando seas grande?" muchas de las respuestas de adolescentes liceales pobres fueron: narcotraficante, ganarse la lotería, casarse con alguien rico, ser descubierto como estrella del fútbol o del espectáculo.
Ante la pregunta "¿qué querés ser cuando seas grande?" muchas de las respuestas de adolescentes liceales pobres fueron: narcotraficante, ganarse la lotería, casarse con alguien rico, ser descubierto como estrella del fútbol o del espectáculo.
La Facultad de Psicología realizó un estudio entre liceales de hogares pobres que recoge información inquietante sobre las proyecciones que estos tienen de su futuro. Se constató que se ha modificado la creencia de que a través del estudio a alguien le puede ir bien. Muchos prefieren incluso realizar actividades al margen de la ley o esperan casarse con alguien que tenga plata. Esto le explican los adolescentes de 13 años a los orientadores vocacionales.
Los liceales más jóvenes y pobres tienden a imaginarse un futuro en el que "no unen la ecuación esfuerzo-logro" señaló Carina Santiviago, profesora adjunta del Servicio de Orientación Vocacional de la Facultad de Psocología.
Además Santiviago señaló que existe una desvalorización del estudio como medio de ascenso social, se entiende que no garantiza nada en el plano laboral y no se valoran otras ventajas, como la cultura, que pueda brindar.
Indicó que la mayor deserción se produce en el primer ciclo de secundaria cuando " de cada 100 estudiantes que ingresan, en el correr de los tres primeros años desertan 60". "Esto tiene un impacto social y personal importante e incide en la construcción de proyectos de vida" expresó la especialista.
En base a El Observador
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