El reciclaje de la conducta

Son las seis de la tarde, estoy con una madre y su hija en mi programa "Quién tiene la razón" y me doy cuenta de cómo nuestros hijos reciclan nuestra conducta. La madre no para de llorar porque su hija está enamorada de un hombre "igualito a su papá" y me ruega que la "convenza" de dejar ese novio que, según su percepción, es un delincuente como su ex marido, quien también estuvo preso y fue finalmente deportado del país.

La madre se siente angustiada al pensar que su adorada hija pudiera pasar por lo que ella pasó.

El hecho es que con frecuencia trasladamos los conflictos no resueltos de nuestras familias de origen -o sea, mamá y papá- a nuestra relación de pareja. Es como una bola de nieve: reciclamos la conducta, los conflictos no resueltos, las disfunciones, las reglas de una familia a la siguiente. Lo que hemos vivido en nuestro hogar define lo que será nuestra relación de pareja en el futuro, al menos que vayamos a terapia y trabajemos esos temas no resueltos de nuestra niñez. En el afán de ayudar a su hija la está alejando y, por ende, la acerca más a ese novio.

Después de ese caso nos llega un padre desesperado porque su hija se niega a dirigirle la palabra y no se cansa de decirle que ella no tiene padre. Considera que ha sido traicionado por su ex esposa, ya fallecida, que le inculcó una idea errada sobre él.

Cuando la joven tenía 3 años -hoy es ya una mujer de 20-, estando el padre preso en Cuba por motivos políticos, su esposa se fue a Miami con ella y tan pronto llegaron allí no supo más de ninguna de las dos.

Así como hoy ya sabemos que amor/hogar, también sabemos que las figuras del padre y la madre son intocables. Si usted quiere desgraciarle la vida a un niño, sólo tiene que destruir la imagen de uno de sus padres. No sólo somos el resultado biológico de la unión del espermatozoide y el óvulo, también somos el resultado psicológico de la imagen paterna y materna.

Para más consejos puede visitar el portal www.nancyalvarez.com.

Tomado de www.eldiariony.com