Agresiones entre congéneres, conflictos entre hijos, alumnos, empleados; actos criminales, afectos movedizos y truculentos convertidos por medios y expertos en psicopatologías y enfermedades, "trastornos" que requieren la consulta expresa de los especialistas en el campo de las psicoterapias y farmacología.
En la cotidianidad de la ciudad, las instituciones laborales y educativas, se presentan sucesos que son "leídos" desde ciertas causas: 1) como efecto de la acción de una cierta sustancia (alcohol, cocaína, marihuana...¿por qué no el café o el red bull también? 2) una enfermedad mental, una psicopatología.
3) Que obedecerían, las dos anteriores, a una malformación o malfuncionamiento (factores anatómicos o fisiológicos) de cierta área del cerebro y/o los genes.
En la actualidad las explicaciones neurobiológicas y genéticas gustan mucho, puesto que ubican las condiciones del problema en el cuerpo, desprendiendo los contextos y el sentido de lo padecido.
Por ejemplo, si un niño o niña se porta mal en clases, a menudo tanto maestros como padres de familia se preguntan sobre ¿qué es lo que tendrá su hijo o hija en la cabeza? ¿Si no será Déficit de Atención? Sin considerar lo que hace y ante quien lo hace como otra cosa: un símbolo de algo que comunica, pudiendo referirse a "algo" entre los alumnos y el maestro, una dificultad con el material a estudiar, deficiencias del método del maestro o del colegio.
Quedando con ello las causas del "problema" identificadas con algo "interno" neuronal o genético, entonces la desimplicación tanto de colegio y padres, como del resto de la sociedad (medios, familia, etc.) Por otro lado, lo que queda fuera es el sentido de lo que comunica el acto, puesto que comunicamos cosas no solamente a voluntad y mediante la palabra, sino más allá de nuestro decir mismo, por nuestros actos.
El reciente caso, muy lamentable, del joven quien asesina a sus padres a machetazos mientras ellos duermen da cuenta como muchas situaciones de la reducción explicativa de tales situaciones: 1) O andaba drogado o tomado, o 2) Está Loco.
Definitivamente eso no esa algo de todos los días, ni tampoco estamos diciendo que no tenga conflictos quien ejecuta semejante acto, lo que estamos diciendo es que reducir las razones del asesinato ¡Lo humano en si! a los procesos y estructuras biológicas subyacentes no explica, sino participa, en lo que el ser humano hace, piensa, siente, dice, actúa.... Es decir, no podemos reducir la expresión subjetiva, siempre creativa y en búsqueda, a un conjunto de células, por más especializadas que estás sean.
Como hay quienes explican las llamadas adicciones como afecciones psicopatológicas provocadas por ciertos elementos genéticos y adictivos a nivel de los centros del placer dentro del sistema nervioso central, el cerebro; dejando justamente fuera, las razones y explicaciones simbólicas e imaginarias de alguien que consume determinada sustancia, como quien come.
Puesto que tanto sustancia y comida, comparten elementos estructurales: ambas son "cosas" atractivas culturalmente, justamente a condición de que no son solo nutrientes para el cuerpo, si así fuera no existirían los antojos, los restaurantes, ni mucho menos los chefs.
Lo mismo cuando se considera el hecho de que un niño se pare a cada rato en el salón de clases, que no haga lo que el maestro le pide y que no cumpla con la tarea, anteriormente se habría "leído" en esa acción solamente un acto y no una conducta reconocida como muestra de un trastorno llamado trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad (TDAH).
Habrá quien crea que si antes no se decía así es precisamente porque no estaba identificado ni descrito por los psiquiatras y psicólogos, incluido en los manuales de diagnóstico de las enfermedades mentales, cayendo con ello en el error básico de todo conocimiento: no contemplar la posibilidad de que el conocimiento se crea ahí, justamente donde nada había.
El conocimiento conocido no es un descubrimiento exacto (matemático) del mundo y sus objetos, posición de la ciencia desde Galileo, sino una invención, un artefacto con el cuál dar forma a lo caótico de lo Real.
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