Cómo es el Trastorno de Género
Aproximadamente uno de cada 13 mil hombres y una de cada 15 mil mujeres sufren un Trastorno de Identidad de Género (TIG) y en más de la mitad de los casos solicitan una operación de cirugía plástica, reconstructiva y estética de cambio de sexo, para completar su tratamiento de reasignación sexual.
Cuándo empiezan los conflictos
Unos encierran un alma femenina en el cuerpo de un hombre. Otros a la inversa, piensan y siente como varones, aunque su anatomía es la de una mujer. Pero en todos los casos, la alteración de la identidad sexual causa sufrimiento.
El cambio de género es un proceso prolongado y complejo que debe ser controlado por profesionales para evitar riesgos físicos y psicológicos. La cirugía es el paso final después de un asesoramiento psicológico, legal, y un tratamiento hormonal que dura al menos dos años.
Según la Organización Mundial de la Salud, el transexualismo es el deseo de vivir y ser aceptado como un miembro del género opuesto, por lo general acompañado por el deseo de modificar mediante métodos hormonales o quirúrgicos el propio cuerpo para hacerlo lo más congruente posible con el género preferido.
Un hombre transexual es aquel que nace en cuerpo de mujer y siente la necesidad de ser hombre, y una mujer transexual, el caso contrario.
"Las personas con TIG comienzan a ser conscientes y a sufrir este trastorno a partir de los cinco años, donde encuentran los primeros conflictos, situaciones de sufrimiento personal y problemas de adaptación, como consecuencia de la disociación entre su aspecto externo y el sentimiento de pertenencia al sexo opuesto", explica el doctor Francisco Giraldo, cirujano plástico de la Unidad de Trastornos de Identidad de Género (UTIG), de Andalucía (Sur de España).
Añade que "a medida que el desarrollo y el crecimiento continúa, este sentimiento aumenta y lleva a quienes lo sufren y sus familiares a la inadaptación personal, familiar y social".
La transexualidad en esta región española tiene un tratamiento concreto al que los pacientes pueden acceder a través de la UTIG tras haber pasado por varias fases dentro de un grupo de estudio. En él, se valora si realmente una operación o un tratamiento hormonal va a ayudar al paciente a superar las barreras sociales y psicológicas que tiene por su condición de transexual.
Los criterios diagnósticos son:.
- Saber si el individuo se identifica de modo intenso y persistente con el otro sexo.
- Conocer si presenta pruebas de malestar persistente por el sexo asignado o un sentido de inadecuación en el papel de su sexo.
- Valorar si muestra pruebas de malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas.
Según el doctor Pérez Macias, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, (SECPRE) "el proceso pasa por tres fases: el tratamiento psicológico, el hormonal y, más adelante, el quirúrgico.
Además, el grupo de estudio que trata cada caso, debe estar formado por un psiquiatra con experiencia en problemas de identidad de género, un endocrinólogo especialista en terapias hormonales, un abogado que se ocupe de temas de redefinición de género, un asistente social y un cirujano plástico.
"La intervención de reasignación de sexo intenta hacer congruente el sexo genital con el sexo cerebral, liberando así al paciente de su sentimiento de frustración", según Giraldo.
Para ello se emplean técnicas quirúrgicas que permiten modificar las estructuras genitales externas y su adaptación a la identidad de género del paciente. El cirujano plástico realiza las cirugías mamarias apropiadas a cada caso y las cirugías de reasignación genital de sexo hombre-a-mujer y de mujer-a-hombre.
En el caso de los transexuales mujer-a-hombre, los ginecólogos realizan la cirugía extirpativa de los genitales internos: útero, trompas, ovarios y vagina. Esta intervención es más complicada, tiene más etapas y los resultados no son tan satisfactorios.
Tomado de www.univision.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario